La Alimentación Viva es aquella basada en productos
de origen vegetal en su estado
natural: frutas, vegetales, hojas verdes, raíces, tubérculos, frutos
secos, semillas, pastos de cereal, germinados y algas. Alimentos frescos y vivos, llenos de nutrientes, enzimas y energía, que
proceden directamente de la tierra tal como en ella crecen y viven.
Además de ser natural y
responder a las necesidades nutricionales de nuestro cuerpo, esta alimentación
implica un cambio de hábitos y
de perspectiva con respecto a la naturaleza y a lo que somos, ya que el
alimento cumple una función energética y vibracional. Comer vivo es la forma más eficiente de revertir y evitar situaciones
de desorden y enfermedad.
Nuestro cuerpo está diseñado para vivir respetando las leyes
de la naturaleza, aire, agua pura, alimentos ecológicos y bien combinados, sol,
descanso, ejercicio, equilibrio emocional…Todo ello fomenta nuestra salud.
Obviamente, estos hábitos se quedan en la trastienda cuando
totalmente identificados con lo que es el mundo, nos olvidamos de lo importante
que es cuidar todo lo que somos y compramos sin saber ni mirar, comemos
cualquier cosa, no descansamos, nos pasamos el día encerrados y nos olvidamos
de que respiramos, de que estamos vivos.
¿PERO QUÉ BENEFICIOS
NOS APORTA UNA ALIMENTACIÓN VIVA?
Nuestro cuerpo tiene un diseño perfecto y eficiente, una
fuente de energía gratuita, la del universo, sólo necesita el combustible
adecuado para maximizar su efectividad. Los alimentos vivos al mismo tiempo que te nutren, ayudan a desintoxicar tu
organismo y alcalinizar tu sangre, te mantienen fuerte, animado, liviano y
radiante.
Algunos de los
beneficios que
miles de personas han experimentado al cambiar a este estilo de vida, son:
BENEFICIOS PRÁCTICOS:
El beneficio práctico más contundente es la sostenibilidad.
El sólo hecho de prescindir de la cocción, ahorra energía. No existe la
necesidad de los costosos procesados industriales, se generan menos residuos y
los que se generan son reutilizables. Además el consumo de agua es menor. Por
tanto, por un lado evitamos el empobrecimiento nutricional y por otro se reduce
el fuerte impacto ambiental y ecológico, que hoy por hoy es tan preocupante.
BENEFICIOS
FISIOLÓGICOS:
Se depura el organismo. El alimento crudo es en gran
parte un alimento predigerido y muy fácil de metabolizar, por tanto al
consumirlo se genera menos toxemia. Esto se ve potenciado por el aporte
enzimático, que incrementa la eficiencia depurativa. El alimento cocinado
genera una gran demanda enzimática que agota las reservas, lo que trae consigo
que los procesos habituales de desintoxicación queden disminuidos y nosotros
más expuestos a la pérdida de salud. Además la alimentación viva nos aporta
oxígeno, lo que mejora la función celular y nos inhibe de parásitos.
Se alcalinizan los
fluidos. Esto
es una consecuencia inevitable de este tipo de alimentación. Hay otros
múltiples factores para la recuperación de un PH óptimo, pero el alimento es un
factor esencial.
Se normaliza el peso
corporal. Nuestro
ritmo de vida y nuestra pésima alimentación, nos desestabilizan. Además,
hábitos saludables como el ayuno se han perdido y cualquier crisis depurativa
que se promueve desde nuestro interior para limpiar se reprime con fármacos,
así que nos convertimos en grandes acumuladores de basura, que además se
instala muy bien entre las capas de grasa corporal. Pero el cuero sabe cuál es
su normalidad, tanto, que con un cambio de hábitos alimentarios y de vida
también, por supuesto, y alguna práctica depurativa, el orden se recupera y se
normaliza el peso corporal.
Se mejora el descanso. Como se recuperan las buenas
funciones corporales, se recupera el orden fisiológico. El sueño se convierte,
entonces, en un sueño reparador.
Se recupera la salud. Si acidosis, toxemia, obesidad
e insomnio, todos ellos reconocidos síntomas de desorden fisiológico son
fácilmente eliminados con una alimentación viva y la depuración
correspondiente, cualquier problemática de salud remite. La enfermedad es, en
definitiva, un intento de supervivencia por parte del cuerpo.
Se mejora la respuesta
inmune. Nuestro
sistema inmune depende de los aportes nutricionales adecuados y de la correcta
función de órganos y fluidos, por tanto la mejor manera de reforzarlo es la
práctica depurativa y la alimentación viva.
Se incrementa la
energía. Si con el
alimento vivo la economía metabólica y energética es una consecuencia
inmediata, esa energía ahorrada en los procesos normales de nuestro cuerpo, se
traduce en una mayor disponibilidad de vitalidad y de lucidez mental.
Se superan adicciones. Nos hacemos adictos a ciertos
alimentos casi desde que nacemos a: los lácteos, los azucares, las grasas, las
harinas, los refinados…El tránsito a una alimentación viva, vitalizante,
energética y depurativa nos ofrece la posibilidad de terminar con todas esas
adicciones.
BENEFICIOS EMOCIONALES:
Obtener paz y orden
mental. La
alimentación viva es el mejor antídoto contra la inestabilidad emocional. De
nada sirve cualquier técnica o terapia si ésta no va acompañada de un cambio de
vida que lleve incluido un cambio en la alimentación.
Resolver y evitar
conflictos. La
alimentación viva con sus beneficios depurativos y clarificadores a nivel
mental nos devuelve la visión y el control para sortear los conflictos. Somos
lo que comemos y comemos lo que somos. Sólo en paz comemos alimentos que
nuestro cuerpo reconoce como fisiológicos y sólo comiendo lo que la naturaleza
nos ofrece, sin procesados y perfectamente adaptado a nosotros, podemos tener
paz y una mejor visión para afrontar el conflicto.
Expandir la conciencia. Nuestra psique se muestra a
través de lo que se dispone ante nosotros. El alimento es nuestro carburante.
Está ahí cada día para mostrarnos cosas y es una muestra inefable de cómo nos
sentimos, de cuanto nos amamos. Si comemos alimentos vivos nos proporcionamos
vida y se produce en nuestro interior esa liberación de toxemia que está en
todos los planos de nuestro ser.
“Dime lo que
comes y te diré como estás”.
¿CÓMO PUEDO PRACTICAR
UNA ALIMENTACIÓN VIVA?
Es una alimentación asociada a un cambio de vida y de
consciencia y si estás dispuesto o dispuesta a probarla, es que también estas
abierto a ese cambio. En realidad es muy fácil aplicarla a tu vida, lo que
ocurre es que tienes que cambiar unos pocos hábitos, aprender a preparar tus
alimentos de una manera nueva, aprender a germinar y a elaborar tu propio pasto
de cereales. A hacer tus licuados, zumos, batidos verdes, leches vegetales,
ensaladas, hamburguesas de semillas o germinados, sopas ricas, incluso pan
hecho con cereales o semillas germinadas, dulces muy buenos…
Se pueden preparar muchas comidas sabrosas y apetecibles, quizás no haga falta tanta sofisticación, pero nuestra psique trabaja en detrimento de lo que desconoce y se siente más tranquila cuando el mensaje que le llega es ¡Qué rico! Ella también colabora en la mejor asimilación de nutrientes. Si te animas a probar no te faltarán detractores, que tan adictos a su comida habitual y tan desconocedores de lo que es nutrirse, se cierran a esta nueva posibilidad de vivir y lo que es peor de mejorar su calidad de vida e incluso de sanar. En cualquier caso conocer es poder elegir.
TÉCNICAS PARA PREPARAR
ALIMENTOS CRUDOS:
Fermentar es promover un proceso catabólico de
oxidación incompleta, lo que da lugar a alimentos que mejoran la flora
intestinal: rejuvelac o agua enzimática, chucrut, quesos de semillas, kéfir de
agua, yogurt de leches vegetales…
Deshidratar permite conservar los alimentos
por más tiempo y también dar una consistencia parecida a la del alimento
cocido, pero conservando mejor todos los nutrientes. Se puede deshidratar al
sol, enhorno eléctrico, con la puerta entreabierta, en deshidratadora… Ejemplos
de deshidratados son el pan esenio, galletas…
Hidratar es poner en agua o jugo algún
alimento que ha sido previamente hidratado a baja temperatura como las frutas
secas, los hongos, las algas… Esto se hace para ablandarlos y que sean más
fáciles de masticar o procesar.
Entibiar es poner el alimento a una
temperatura que no sobrepase los 42º C, para conservar sus propiedades
nutricionales intactas. Ejemplos de entibiados son los tallarines de zapallo
con salsa cruda de tomates, las cremas vegetales, entre otros. Por lo general
el entibiado no es necesario.
Licuar permite asimilar mejor los
nutrientes de los alimentos al facilitar los procesos de ingestión y digestión.
Ejemplos de licuados son las leches de semillas activadas, los jugos de pastos
de cereal, batidos de frutas con hojas verdes, salsas dulces y saladas, cremas
vegetales, etc.
Filtrar es el proceso que se sigue para
retirar las cáscaras o la fibra de los licuados vegetales, lo que por lo
general se hace con un filtro de paño. Por ejemplo, las leches vegetales, jugos
verdes, entre otros.
Cortar es una técnica que enriquece
visualmente la presentación de los platos y también su textura y sabor. Para
una mayor variedad de cortes, suele utilizarse una mandolina. En caso de usar
cuchillos es mejor el cuchillo de cerámica.
Triturar o procesar es la técnica que se utiliza
para que granos y semillas queden molidas, para lo cual se puede utilizar una
procesadora eléctrica o también molinillos de grano manuales. Al utilizar las
semillas enteras y germinadas en vez de harinas, se hace necesario procesarlas
para hacer masas, patés y otras preparaciones.
Marinar es una técnica de cocina
mediante la cual se pone el alimento de un líquido aromático durante un tiempo
determinado. Se pueden marinar todo tipo de vegetales y verduras.
Activar es promover la germinación de
una semilla, fruta, cereal o legumbre en agua pura. El tiempo depende de la
dureza de lo que queramos activar, pero suele hacerse durante unas horas.
Germinar es promover la activación y el
crecimiento del germen de una planta mediante agua y la temperatura adecuada.
Este proceso permite aprovechar todo el potencial nutritivo de las semillas
que, con este proceso se multiplica. Se pueden germinar semillas, legumbres,
frutos secos y cereales. Los germinados se pueden comer en ensaladas, o por
ejemplo se pueden fermentar (rejuvelac), deshidratar, o licuar (hierba de
cereales).
Ya veis que sólo hace falta motivación, querer aprender y
lanzarse a la aventura de DESCOCINAR.
Todo un reto con resultados sorprendentes porque lo crudo “sienta bien”.
Nuestro sentido común
no nos engaña nunca y nos conduce a la tierra y a lo que ella nos ofrece de
manera pura, sin procesados. En épocas de escasez, el ser humano tuvo que optar
por formas de alimentación antifisiológicas. Ahora desaprender es un paso
adelante para recuperarnos y reencontrarnos.
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