Grasas Saludables


LAS GRASAS son compuestos orgánicos formados por carbono, oxígeno e hidrógeno y forman el grupo más grande de aporte energético en nuestra alimentación.

El cuerpo necesita GRASAS. Una de las recomendaciones más peligrosas por parte de las autoridades sanitarias ha sido la de no consumirlas, ya que éstas desempeñan un papel crucial para el organismo y dejarlas de lado, nos expone a deficiencias nutricionales y a degeneración física y mental. Por tanto, no se trata de no consumirlas sino de usar lo que denominamos "GRASAS SALUDABLES"

LAS GRASAS que denominamos saludables son, las GRASAS SATURADAS de cadena media, procedentes de aceites tropicales, como el de coco; LAS GRASAS MONOINSATURADAS, como el ácido oleico presente principalmente en aceite de oliva y otras grasas de origen vegetal,  como las nueces, las almendras y los aguacates; y LAS GRASAS POLIINSATURADAS (AGE) de cadena larga, presentes en el pescado, las semillas, las frutas y las hortalizas. Estas últimas son muy importantes, ya que son alcalinas y taponan los ácidos generados a partir de la dieta y el metabolismo. Los AGE, son esenciales para nuestro organismo, porque éste  no las puede sintetizar y deben ser suministradas a través de la dieta.

LAS GRASAS MONOINSATURADAS como el aceite de oliva, o la procedente de aguacates y frutos secos, se utilizan para la obtención de energía celular, lo que significa que el organismo las usa en lugar de los azúcares, cuando no hay un exceso de estos.


Los AGE son necesarios para el metabolismo energético y la salud del sistema inmunitario, y fortalecen las paredes celulares, incluidas las membranas de las células de la sangre. El aceite de lino, el de borraja y onagra, el de pepita de uva y el de cáñamo, ayudan a la construcción de las membranas celulares, producen hormonas y fijan y eliminan ácidos.

También fortalecen las células inmunitarias, lubrican las articulaciones, aíslan al cuerpo de la pérdida de calor, se utilizan para sintetizar prostaglandinas, que protegen de las enfermedades cardiacas, los ictus, la presión arterial alta, la aterosclerosis y los coágulos. Además, pueden ayudar a aliviar la artritis, el asma, el síndrome premenstrual, las alergias, los problemas cutáneos, algunos trastornos del comportamiento y a mejorar la función cerebral.

Para entender el comportamiento de los AGE, es interesante entender antes, el valor de LOS EICOSANOIDES (ES). Estos son las primeras hormonas desarrolladas por los primeros organismos del planeta. A diferencia de las otras hormonas son compuestos casi invisibles, fugaces y difíciles de identificar, ya que viven apenas unos segundos, no utilizan el torrente  sanguíneo y operan en concentraciones muy bajas, pero controlan, prácticamente todas las funciones biológicas vitales. No se fabrican en una glándula específica, todas las células del cuerpo pueden sintetizarlos a partir de los AGE. Son tan importantes que su buen funcionamiento nos garantiza protección y buena salud.

Las enzimas son esenciales en los procesos que convierten a los AGE en ES. Hay enzimas que estimulan ES saludables y enzimas que estimulan la producción de ES conflictivos, lo que significa que la competencia por los factores de activación (enzimas, vitaminas y minerales) hace que cuanto más eicosanoides buenos se sinteticen, se produzcan menos de ellos conflictivos. Por eso es muy importante la labor de los AGE.


Tener el equilibrio adecuado entre las grasas omega-3 y omega-6 es también un factor importante para una salud óptima. La relación ideal entre LAS GRASAS omega-3 y omega-6 es variable, pero siempre cae a favor del Omega-3. En casos de enfermedades cardiovasculares la proporción 4/1 está relacionada con 70% menos de mortalidad. En el caso de cáncer de colon la proporción 2.5/1, reduce la proliferación de las células tumorales. En el caso de cáncer de mama, resulta favorable un consumo mucho mayor de Omega-3 que de Omega-6, porque se reduce igualmente la proliferación celular. Para la artritis, la proporción 2.5/1 logra suprimir la inflamación. En pacientes con asma la mejor proporción es 5/1. Queda claro que en cualquiera de los casos, el consumo de Omega-3 debe ser mayor.

Sin embargo, la típica dieta occidental está a favor del omega-6. El exceso de este aceite en los alimentos procesados explica el desequilibrio en la proporción entre ambos. Este desequilibrio no nos beneficia, ya que de hecho, habría que privilegiar el consumo de Omega-3, o cuanto menos, hacer un consumo de ambos por igual.

Otro factor importante de los ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES es el aporte nutricional de ácidos grasos activados, lo que facilita la síntesis correcta de ES saludables. Esto quiere decir que estos ácidos ya poseen transformaciones que, de lo contrario, deben ser hechas por nuestro organismo. Si bien los ácidos grasos esenciales pueden ser sintetizados, el problema radica en la carencia de enzimas necesarias para realizar el proceso.

Podemos encontrar AGE en muchos alimentos: Algas, Semillas, Verduras, aceites, pescados marinos, huevos…Si bien, los aceites ofrecen una concentración mayor, las demás opciones son muy saludables, e incorporan a la dieta principios nutricionales muy valiosos. De elegir aceites, es aconsejable que estos sean de primera presión en fríosin proceso alguno de refinación. También es importante que estén bien envasados, en vidrios oscuros y que sean de cosechas recientes.


El cuerpo necesita, también, GRASAS SATURADAS Las procedentes de animales no son muy recomendables, porque la carne y especialmente el cocinado de la misma, aportan al organismo sustancias tóxicas. Además, si no se opta por carne ecológica, los animales de cría estabulada, han sido tratados con montones de productos químicos, que nuestro cuerpo sintetiza, con el consumo de la misma y que son muy nocivos. LA GRASA SATURADA beneficiosa por excelencia es EL ACEITE DE COCO. Uno de sus componentes el ácido láurico,  se encuentra en mayores proporciones en la leche materna y en este aceite.

El mito que dice que LAS GRASAS SATURADAS causan enfermedades cardíacas ha sido, sin duda, perjudicial, para el consumo de éstas. Aunque probablemente empezó como una estrategia de marketing para apoyar el uso de Crisco, marca de una grasa alimentaria hecha completamente de aceite vegetal hidrogenado  y muy popular en los Estados Unidos, esta creencia erronea comenzó a solidificarse a mediados de la década de 1950, cuando el Dr. Ancel Keys publicó un artículo relacionando el consumo de grasas saturadas con la mortalidad por enfermedades cardíacas. No era un estudio serio, pero se tuvo en cuenta y se inició una campaña para desaconsejar el consumo de GRASAS SATURADAS. Sin embargo, éstas son las favoritas del cuerpo para producir energía. No hay que consumirlas en exceso, pero tampoco descartarlas.

LAS GRASAS SATURADAS brindan un importante número de beneficios a la salud. Son necesarias para el funcionamiento adecuado de las membranas celulares, el corazón, la asimilación de calcio para los huesos, el hígado, los pulmones, la síntesis de hormonas, el sistema inmunológico, la regulación genética  y  para reducir el apetito.

En concreto el ACEITE DE COCO:

Ayuda en la digestión y absorción de vitaminas y amino-ácidos solubles en grasas. Es un potente anti-vírico, anti-bacteriano, y un perfecto fungicida en dietas anti-cándida. Ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y reduce los síntomas de la hipoglucémia y diabetes. Incrementa la absorción de calcio y magnesio y ayuda al cuerpo a usar más eficientemente  los Ácidos Grasos Esenciales, Omega 3, 6 y 9. Apoya la salud cardiovascular y no contiene Colesterol. Es un precursor de la progesterona y la DHEA, componentes anti-envejecimiento.


LAS GRASAS proporcionan una fuente concentrada de energía en la alimentación y brindan los bloques de construcción para las membranas celulares y otra variedad de hormonas. Además, actúan como transportadores de importantes vitaminas solubles en grasa como la A, D, E y K. Las grasas alimenticias también son necesarias para la conversión de caroteno en vitamina A, la absorción de minerales y para otro gran número de procesos biológicos. Son, igualmente, el combustible esencial para el corazón y también son utilizadas como combustible durante el consumo de energía.

Aproximadamente el 20% de nuestras calorías deberían proceder de GRASAS SALUDABLES. Al igual que los hidratos de carbono, son combustible para nuestro cuerpo, pero mucho más efectivo. Además de protegernos del frío, proporcionan energía para el funcionamiento corporal. Como fuente concentrada de energía y calor, el cuerpo recurre a las reservas de GRASA cuando lo necesita. De cada gramo de GRASA obtiene 9 calorías, más del doble de las que aportan los carbohidratos y proteínas. El exceso de GRASA se utiliza en distintos tipos de tejidos, pero en su mayoría se almacena en las células adiposas que sirven como aislante y protección para los diferentes órganos. Además, ayudan a que la piel y el cabello estén sanos ya que promueven la utilización de las vitaminas A, D, E y K a través del torrente sanguíneo.

No lo dudes, consume frutos secos, semillas, algas, aceitunas, coco… y sus aceites. Son buenas fuentes de GRASAS SALUDABLES. Los AGE están, en concentraciones más elevadas en el aceite de lino, el de chía, el de borraja y el de cáñamo. El aceite de semillas de pomelo es una fuente excelente de un ácido linoleico conjugado, ALC u Omega-5, muy saludable. El aceite de coco es una grasa de cadena media, que es enviada directamente al hígado para que la incorpore  al torrente sanguíneo, y ésta se convierta en fuente de energía inmediata para nuestro cerebro. Es también muy saludable.

Es importante aprovechar los beneficios de los aceites en ensaladas u otros preparados con alimentos crudos, ya que los aceites pierden sus maravillosas propiedades cuando se calientan.


(Puedes encontrar más información respecto a las grasas en este Blog,  en Los artículos: “LA REFINACIÓN DE LOS ACEITES”, “LOS PROBLEMAS DE LAS GRASAS TRANS”, “COLESTEROL” “PSEUDOGRAS” y “LAS GRASAS DE LA LECHE VACUNA”).



Lucía Madrigal                



Soja


En la década de 1990, la soja y los productos de soja irrumpieron en la escena de los supermercados, prometiendo abundantes beneficios para la salud.

Este "nuevo alimento milagroso", cuyo consumo era esencial, disminuía el colesterol, hacía desaparecer los sofocos causados por los cambios hormonales, protegía contra el cáncer de mama y de próstata y ofrecía una alternativa completa a los vegetarianos amantes de la tierra.

Todo lo que se dijo era más que nada palabrería, pero consiguió que la soja, que en 1913 fuera considerado un nuevo cultivo industrial de menor importancia, ahora cubra más de 72 millones de acres de tierras de cultivo. De hecho, fue un regalo para la industria alimentaria, que encontró para ella montones de aplicaciones. Se trataba de un componente alimentario barato y  versátil, con un alto valor proteico y  abundante en grasas saludables. Un filón.


Es cierto, la soja posee un alto valor proteico, pero de nada le sirve, ya que carece de aminoácidos esenciales azufrados (metionina y cisteína) y es abundante en inhibidores de las proteasas, necesarias para degradar la proteína. Este factor inhibidor no se inactiva completamente con la cocción y los procesos industriales, lo que dificulta su digestión y produce déficit de crecimiento, trastornos gástricos, agotamiento pancreático, déficit de vitamina B12…Más problemas que beneficios.

Uno de los  problemas más serios de la soja es su procedencia y su cultivo.  El 92 al 96% de la soja cultivada en el mundo es genéticamente modificada (GM). Es, además, uno de los siete principales alérgenos, calificada así por el Dr. Stuart Berger, y se sabe que provoca reacciones de sensibilidad inmediatas. Además, es un alimento bajo en minerales y despoja al cuerpo de los mismos.

No se sabe muy bien qué componentes de la soja provocan reacciones alérgicas tan serias, algunas investigaciones señalan que hay unos 16, otras señalan hasta 30. Kaayla T. Daniel  en su libro “The Whole Soy Story”ofrece datos sobre personas afectadas por problemas alérgicos, relacionados con la soja. En concreto se cree que desde 1981 a 1987, el polvo de soja de los silos de grano descargados en los puertos de Barcelona, afectó seriamente a 687 personas y provocó 1155 hospitalizaciones. Pongo este ejemplo porque nos es más cercano.


La soja tiene sustancias incorporadas, Genisteína y Daidzeína, que son semejantes a los estrógenos y que tienen el mismo efecto en el cuerpo que éstos. Su ingestión puede ocasionar que una persona se haga estrógenica, lo que está relacionado con problemas serios de salud como cáncer, irritabilidad, aumento en la grasa de cintura para abajo, enfermedad fibroquística de las mamas y fibromas uterinos. Además puede producir, ansiedad y cambios de humor, insomnio, dificultad para bajar de peso, dificultades para concebir hijos, problemas digestivos y, como ya se ha dicho, alergias alimenticias.

Un estudio hecho sobre una población de 3774 estadounidenses de origen japonés, confirma también que el consumo de soja, tofu en este caso, está relacionado con el alzheimer y con la destrucción y pérdida de neuronas.

En los hombres, el consumo de isoflavonas está relacionada con la reducción de la función testicular y  de la hormona luteizante, que es la que se encarga de la secreción de testosterona. Esta situación incrementa la probabilidad de dominio estrogénico, lo que contribuye a la pérdida de pelo, la inflamación, el cáncer de próstata y la resistencia a la insulina. También favorece la disminución de la fertilidad masculina y la calidad de los espermatozoides, puede producir aumento de pecho (ginecomastia), disminución en el desarrollo del vello facial y corporal, disminución de la libido, cambios de humor y frecuentes crisis de llanto, disfunción eréctil y disminución en la cantidad de espermatozoides.


En las mujeres, se ha comprobado que las niñas alimentadas con productos de soja llegan antes a la pubertad y en el caso de mujeres embarazadas, puede provocar la alteración sexual del feto hacia la feminización. La soja, además, incrementa la producción de IGF-1, lo que promueve cáncer de mama, próstata, pulmón y colon.

Además, las mujeres que comen productos de soja genéticamente modificados, pueden ser más propensas a experimentar graves trastornos hormonales, entre ellos un exceso de estrógenos, lo que estimula el crecimiento de vello corporal y produce daños en la glándula pituitaria. Otro riesgo es el de desarrollar menstruación retrógrada (el ciclo menstrual se acumula en el cuerpo en vez de ser desechado), lo que causa endometriosis, que puede conducir a infertilidad. Un problema más, relacionado con el consumo de soja transgénica, es la menorragia (periodos menstruales largos y pesados).

La soja genéticamente modificada está químicamente diseñada para soportar grandes dosis de herbicidas sin que la planta sufra. Sin embargo es muy nociva para nosotros, la Soja GM puede llevar a nuestro cuerpo a graves alteraciónes hormonales y a abortos involuntarios.

La mayor parte de la soja es utilizada para crear la proteína de soja. Pero… ¿Qué es la proteína aislada de soja y cómo llega a nuestros alimentos?

Según la asociación americana de productos de soja “La proteína de soja aislada es un ingrediente alimenticio en polvo que ha sido separado o aislado de los otros componentes de la soja, transformándose así en 90 a 95% de proteína, muy pocos carbohidratos y 0% de grasa”.

La proteína de soja fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial para sofocar incendios de petroleo y gasolina a bordo de barcos. Actualmente tiene usos industriales, pero también puede ser encontrada en las barras de proteína, licuados, bebidas de frutas embotelladas, sopas y salsas, sustitutos de la carne, productos horneados, cereales para el desayuno y algunos suplementos dietéticos. Es la omnipresente en los alimentos procesados. Palabras como boullion sabor natural y proteína vegetal texturizada, Mono-diglicerido, Soya, Soja o de Yuba, TSF (harina de soya texturizada) o TSP (proteína de soya texturizada), TVP (proteína vegetal texturizada), Lecitina, MSG (Glutamato monosodico) son utilizadas para sustituir a la equivalente proteína de soja. Su consumo no es aconsejable por los problemas que conlleva la soja y porque, normalmente se extrae de cultivos transgénicos, para los que se utilizan pesticidas peligrosos para la salud.


Muchos polvos, licuados y barras, usados por culturistas para subir de peso, contienen proteína de soja, un ingrediente peligroso, que puede tener efectos secundarios, como disminución de la libido y disfunción eréctil. El ingrediente activo del herbicida Roundup, usado para la soja, se llama glifosato, que es responsable, junto con ella de la alteración del equilibrio hormonal en ambos sexos. "Es un disruptor endocrino", dice el patólogo inglés Stanley Ewen, "interfiere con la aromatasa, que produce estrógenos".

Además, el glifosato es tóxico para la placenta, que es responsable de entregar los nutrientes vitales de la madre al niño, y la eliminación de los productos de desecho. Una vez que la placenta ha sido dañada o destruida, el resultado puede ser aborto involuntario. Los niños  nacidos de madres que han estado expuestas a incluso una pequeña cantidad de glifosato, pueden tener defectos al nacer.

El Dr. Andres Carrasco del laboratorio de embriología de la facultad de medicina de Buenos Aires, explica, de manera simple, los problemas serios, que se produjeron en los fetos que estuvieron expuestos a productos de soja, cargados con este peligroso pesticida.

Para su experimento, se expusieron embriones de anfibios a una concentración muy pequeña de glifosato (diluido 5000 veces) y estos mostraron los siguientes efectos:

"Reducción del tamaño cabeza, alteraciones genéticas en el sistema nervioso central, incremento en la muerte de las células que ayudan a formar el cráneo, cartílagos deformados, defectos en los ojos y los riñones no desarrollados". El Dr. Andres Carrasco también llegó a la conclusión de  que el glifosato no se procesa en las células, sino que se acumula.

Estos resultados apoyan las afirmaciones de que los niveles anormalmente altos de cáncer, defectos de nacimiento, mortalidad neonatal, lupus, enfermedad de los riñones y la piel y problemas respiratorios en las poblaciones cercanas a los cultivos de soja en Argentina,  pueden estar vinculadas a las fumigaciones aéreas de Roundup o glifosato".


Los únicos productos de soja que proporcionan beneficios para la salud son los fermentados, procedentes de soja de cultivo y producción ecológica, no pasteurizados como:

El Tempeh, soja fermentada con una textura firme con un sabor a nueces y hongos.

El Miso, una pasta de soja fermentada con una textura salada y cremosa  (de uso común en la sopa de miso).

El Natto, soja fermentada con una textura pegajosa y sabor fuerte, parecido al queso.

La Salsa de soja, que es tradicionalmente hecha mediante la fermentación de la soja, sal y enzimas.

El proceso de fermentación de la soja predigiere el alimento y destruye las sustancias peligrosas, antes mencionadas, lo que la hace que su consumo sea beneficioso. Además, los productos fermentados de soja son una fuente rica de vitamina K2, una vitamina que trabaja en armonía con la vitamina D para el mantenimiento de la salud. La vitamina K regula la capacidad de coagulación de  la sangre y ayuda a prevenir el cáncer, la osteoporosis y enfermedades cardiacas. Y la vitamina D es esencial para el funcionamiento de todos los sistemas corporales.


Para los vegetarianos que deseen encontrar alternativas saludables a los productos elaborados con soja, las pueden encontrar en:

Las judías son un alimento rico en proteínas, además pueden comerse solas, agregadas a ensaladas o ser servidas como plato fuerte. Es aconsejable comprar judías secas ecológicas y cocinarlas en casa para evitar los efectos adversos de los enlatados. Lo ideal es remojarlas por lo menos 12 horas antes de cocinarlas.

Los frutos secos son también una excelente fuente de proteína. Es aconsejable comprar frutos secos ecológicos sin procesar.

La quínoa es un grano libre de gluten que puede ser disfrutado como un plato de cereal, o añadido como espesante a guisos caseros.

Las semillas de lino, ricas en omega-3, son una excelente fuente de proteínas. Se pueden agregar a ensaladas o al yogur de semillas. Sin embargo, es importante molerlas antes de comerlas ya que el 100% de las semillas de lino, molidas comercialmente, están rancias.

Las semillas de cáñamo son también una excelente fuente de proteína.

La leche de almendras y la leche de cáñamo son alternativas nutritivas a la soja, además, la leche de almendras tiene un delicioso sabor. La leche de cáñamo tiene un alto valor proteico, es muy cremosa.  Ambas leches son fáciles de hacer.  Basta con moler las semillas, con un poco de agua, en una licuadora de alta velocidad.

Tras esta información, se hace lógico pensar en que la soja presenta graves problemas para la salud humana y su consumo no es aconsejable. Las dietas vegetarianas la tienen asumida como alternativa proteica a la carne y al pescado, pero como vemos, sólo es aconsejable y saludable el consumo de fermentados y es preferible encontrar y utilizar otras alternativas saludables.

Conocer es crecer en salud.


En la sección “Documentales” de este blog,  podéis encontrar los enlaces:
  • “El Mundo Según Monsanto”
  • "Hambre de Soja" 
Y más información acerca de la soja.



Lucía Madrigal                



La Sal


En la antigüedad, la sal era tan importante, que los romanos la usaban como moneda de cambio en las transacciones y preferían el pago en sal antes que en oro, con ella pagaban a los soldados y de ella se deriva la palabra salario (salarium), ración de Sal. Pero no existía la Sal de mesa, sino la Sal cristalina que contenía todos los elementos de los que el cuerpo humano está compuesto, en su proporción exacta.

En la antigüedad la Sal, era considerada un bien muy preciado, ya que, sin duda, se conocía el problema que suponía para el ser humano la carencia de los minerales presentes en ella, la preferían al oro, ya que sabían que con oro y sin Sal morirían. Curiosamente, se sabe que Stalin usó este conocimiento y privó a sus prisioneros del consumo de Sal; esto los mataba, pero él quedaba exento de la responsabilidad de la matanza.

Los alquimistas la consideraban el quinto elemento, comparable al éter y siempre fue controlada por los poderosos, estaba sujeta a impuestos y era considerada razón de estado. De hecho, la Sal de roca, la mejor, estaba reservada a la aristocracia y era llamada “Sal de Reyes”. Incluso, guerras como las cruzadas o la “Guerra de la Sal” en la India, tuvieron que ver con esta preciada sustancia, ya que desde la antigüedad, la Sal ha sido considerada como base de la salud. Las supersticiones existentes en torno a ella, nos dejan claro la necesidad de tener Sal y el miedo a desperdiciarla o a perderla. Se trataba de “dinero” y sobre todo de “salud”.


En todas las culturas hay evidencias de los beneficios de la Sal, especialmente de la Sal de roca, pero esta Sal no es la Sal que hoy compramos en el supermercado. Por eso la “sal de mesa” de hoy es considerada uno de los “venenos blancos”.

Lo que conocemos hoy por “sal de mesa” es cloruro sódico. Esta Sal procesada ha sido blanqueada y contiene aditivos, conservantes, carbonato de calcio, carbonato de magnesio y los denominados E-535, E-536, E-540, E-550, E-551, E-552, E-553b, E-570, E-572, agentes antiapelmazantes, absorbentes de la humedad, flúor y dextrosa (azúcar), pero ha sido arrebatada del contenido mineral. Frecuentemente contiene conservantes peligrosos, que no es necesario que aparezcan en las etiquetas, como el hidróxido de aluminio, que funciona como antiapelmazante. El aluminio es una aleación que forma depósitos en el cerebro, lo que contribuye a la enfermedad de alzhéimer. El yodo, que es comúnmente añadido, no constituye ninguna ventaja adicional, ya que es potencialmente tóxico. Todo esto convierte a la Sal común en una sustancia perjudicial para el organismo humano.

La industria decidió un día convertir la Sal cristalina natural, una sustancia repleta de propiedades alcalinas en simple cloruro sódico, una sustancia muy acidificante, porque los científicos de la época afirmaron que los demás elementos que contenía (82 minerales esenciales y otros oligoelementos) eran innecesarios y bastaba el cloruro sódico para salar los alimentos. Desde entonces cualquier parecido entre la Sal que ahora consumimos y la Sal natural  es inexistente. De un alimento que era “oro puro” porque proporcionaba al ser humano todos los elementos necesarios para su subsistencia, se pasó a consumir un producto que es “veneno puro”.


La Dra. Sherry Rogers, en su libro “La Cura se Encuentra en la Cocina” explica que en EEUU la Sal de mesa parece ser un subproducto de la manufactura de armas. Las grandes compañías refinan la Sal para extraer ciertos minerales, que luego utilizan en sus producciones bélicas y espaciales. De hecho el 93% de la Sal que se refina en el planeta está destinada a fines industriales no alimentarios, un 4% se usa como conservante y el restante 3% se usa para salar.

Otra fuente importante de cloruro sódico son las fábricas de pasta para papel. El cloruro de sodio es uno de los desechos emergentes del proceso de producción de la celulosa, base de la industria papelera y su consumo es absolutamente legal en muchos países.

Para su refinación, la Sal de mesa se seca en hornos enormes en los que se alcanzan los 670º C, para que se produzca su “limpieza química”, que rompe por completo su estructura cristalina. El proceso de calentamiento es tan potente, que altera la estructura química de la Sal. Además, se utilizan 3000 voltios y 120 amperios de electricidad para extraer los iones de cloruro de sodio del agua de mar.

Irónicamente, el cuerpo rechaza lo que la industria valora, y no reconoce el cloruro sódico, una sustancia excesivamente refinada, a la que considera tóxica por su reactividad. Es decir, frente a lo que considera una amenaza, el cuerpo pone en marcha sus mecanismos de defensa, que son para él un gasto enorme de energía y recursos.

Un primer mecanismo, que usa el cuerpo, es la hidratación y se basa en el empleo de agua intracelular o plasma. Para eso el cuerpo necesita 23 gramos de “agua” por cada gramo de cloruro sódico que no es capaz de expulsar. La consecuencia a medio plazo es la deshidratación celular, también conocida como senilidad latente. Beber agua no basta para reponer esta carencia, pues el agua intracelular no es únicamente H2O, sino también los restantes elementos que forman el plasma marino. Esto implica que el cuerpo se ve obligado a sacrificar el agua de las células a fin de evitar el efecto negativo del cloruro sódico, lo que hace que éstas mueran deshidratadas y que se forme tejido muerto que también hay que eliminar. 


Otro mecanismo es el encapsulamiento del cloruro de sodio, que los riñones no pueden eliminar. Como consecuencia el organismo va formando un tejido esponjoso que deposita en la epidermis, el estrato más profundo de la piel. Este edema es una de las causas profundas de la obesidad y el sobrepeso y también el origen de la celulitis. Además, se acumulan muchas toxinas en el organismo. La toxemia genera obesidad.

Las moléculas de cloruro sódico que no consiguen ser eliminadas por los riñones o encapsuladas en el tejido graso, obligan al cuerpo a un tercer mecanismo, la cristalización. El cloruro sódico se une con aminoácidos de origen animal y genera cristales de ácido úrico. Los cristales que no consiguen ser eliminados por el organismo, se depositan en huesos y articulaciones, provocando dolores osteoarticulares (artritis, gota o reuma) por sus características punzantes. Otros cristales de ácido úrico se recombinan con más cloruro sódico y oxalatos de calcio, dando lugar a arenillas o cálculos (vejiga, riñón, vesícula). Otra variante del mismo problema es la cristalización que encontramos en paredes de venas y arterias, que causan fragilidad capilar y esclerosis.

La cronicidad de esta intoxicación, termina por envenenar el sistema, ya que el exceso de cristales no consigue ser eliminado por el organismo y ello provoca graves dolencias, también crónicas.

El consumo de Sal refinada está unido también a problemas emocionales, insomnio, excitación, fatiga, úlceras, dependencia adictiva, hipertrofia de las glándulas suprarrenales, pérdida del cabello, estreñimiento, cáncer de estómago y osteoporosis (el exceso de sal incrementa la excreción de calcio por la orina, lo que favorece la desmineralización del hueso).


A esto se suma el excesivo consumo de Sal. Al ser humano le bastan 0,2 gramos al día para tener cubiertas sus necesidades de Sal y en Occidente el consumo medio diario por persona está entre 12 y 20 gramos. Como nuestro cuerpo sólo tiene capacidad para eliminar entre 5 y 7 gramos diarios de cloruro sódico, los órganos de eliminación suelen estar constantemente sobrecargados. La Sal de mesa es inútil y destructiva, pero se encuentra en cada producto procesado que consumimos. Aunque no la usemos en casa, si consumimos productos industriales o comemos en restaurantes, nos llega igualmente, ya que se encuentra en cosas tan comunes como los enlatados.

Paradójicamente, la mayoría de la gente tiene carencia de auténtica Sal (incluso aquellos con saturación de cloruro sódico), de esa Sal que contiene los 82 elementos que pertenecen a la estructura geométrica natural de la Sal sin manipular.

La Sal natural es absolutamente imprescindible para la vida, es saludable, alcalina y está llena de minerales. Nos proporciona potasio, calcio, magnesio y todos los minerales en las cantidades adecuadas. Además proporciona energía al organismo, ya que actúa como catalizador  en el transporte de energía de una célula a otra.

La Sal se puede obtener del mar (sal marina) o de las minas de sal terrestres (Sal Andina o Sal del Himalaya). Pero hoy los mares tienen un alto nivel de contaminación, con acumulación de metales pesados como mercurio, plomo, cadmio y arsénico, entre otros, tóxicos que hacen que la sal marina, aun siendo mucho mejor que la sal refinada de mesa, no tenga ya el mismo efecto positivo que tenía. La única Sal pura y completa de la Tierra se encuentra hoy únicamente en los lugares donde hace millones de años se secaron los mares primarios: las minas terrestres.


En ellas hay dos tipos de Sal: la que compone el 95% de la mina o “Sal gema” y la que se encuentra en forma de vetas y que tiene forma cristalina: la “Sal de cristal de roca”. Ambas son naturales y contienen los  elementos ya mencionados. Ahora bien, los elementos contenidos en la Sal gema no se encuentran en estado coloidal y su aprovechamiento es mucho menor que con  la Sal de cristal, que sí ha estado expuesta a enormes presiones durante millones de años.

La Sal de cristal se encuentra en las minas, en forma de vetas o filones cristalinos de color blanco transparente, rosado o rojizo, rodeada de Sal gema. Vetas que suelen suponer el 1% de toda la mina y se deben extraer manualmente para no alterar su estructura, por lo que su explotación ha sido hasta hoy muy limitada, al ser poco rentable.

Esta Sal nos proporciona los campos electromagnéticos inherentes a cada uno de los elementos presentes en ella. También es importante recordar que la Sal es responsable de generar conductividad eléctrica en el agua. Sin conductividad las funciones corporales se deterioran. El pensamiento o la comunicación hormonal se basan en la transmisión de iones (átomos cargados eléctricamente) entre células. Otro aspecto importante es que los cristales de Sal tienen almacenada la energía del Sol en su interior, los quantos de luz se almacenan en la red cristalina de la Sal, pasando luego al estado líquido cuando las moléculas de Sal se recombinan con agua.

Cuando se disuelven cristales de roca en agua, los iones de la sal se hidrolizan. En este proceso, las estructuras geométricas de la Sal y del agua dan lugar a la formación de una nueva estructura de tercera dimensión. Como curiosidad, el término sajón “Solé”, Sal muera, proviene del término latino “sol”. La estructura cristalina de la solución salina es tan profunda, que conserva su patrón cristalino intacto en el organismo durante 24 horas.


Para aprovechar las cualidades de esta Sal, basta con tomar en ayunas, cada mañana, dos cucharaditas pequeñas mezcladas con agua buena, teniendo en cuenta que lo importante, no es tanto la cantidad como la periodicidad de la ingesta.

Con esta ingesta, desde el punto de vista bioquímico, se estimulan en pocos minutos la actividad gastrointestinal, el metabolismo y la digestión. Además, se restablece el equilibrio electrolítico mejorando la conductividad en nuestro cuerpo con la consiguiente mejora de la circulación. Aparte de esto, como la solución salina es un medio excelente para conseguir el equilibrio entre lo ácido y lo alcalino, se puede, con su toma, eliminar metales pesados como el mercurio, el plomo, el arsénico, la amalgama y los depósitos calcáreos ya que la Sal cristalina es capaz de romper uniones moleculares.

Los principales beneficios de consumir Sal de roca son:
  • Aporta la energía fotónica del sol, almacenada durante años en los cristales.
  • Aporta 82 minerales biológicamente activos y fácilmente asimilables por las células.
  • Mejora el equilibrio electrolítico en los fluidos internos, sobre todo en la sangre.
  • Optimiza la asimilación de los nutrientes de nuestros alimentos.
  • Purga el tejido conjuntivo y estimula el drenaje de materias tóxicas.
  • Mejora el estado de ánimo y brinda energía.
  • Estimula el sistema inmunitario.
  • Armoniza el equilibrio ácido-básico en el cuerpo.
  • Evita la putrefacción intestinal.
  • Normaliza los valores de presión arterial.
  • Disuelve y elimina los sedimentos que conducen a la formación de arenillas y cálculos.
  • Disminuye las molestias provocadas por la artritis y el reuma.
  • Reduce el deseo de sustancias adictivas. 
  • Alivia las enfermedades de la piel. 
  • Favorece la eliminación de metales pesados.

Para preparar la solución salina basta con poner dos litros de agua en un frasco  y disolver en él unos 500 gr de cristales de Sal. A las 24 horas de maceración, el agua se satura de Sal y los cristales no se siguen disolviendo. Es el momento de sacar la solución salina, procurando no remover para garantizar la calidad y la pureza de la sal muera, que se trasvasa. Luego se agrega más agua al frasco con los cristales sin disolver, se remueve y se deja otras 24 horas y así sucesivamente.


La ingesta de Sal de roca es importante y saludable para los seres humanos ya que contiene minerales orgánicamente disponibles que el cuerpo aprovecha con facilidad y sin generar cargas tóxicas.

La Sal natural e íntegra, con un patrón vibratorio ordenado, tiene la capacidad de penetrar en las membranas celulares y proporcionarnos todos sus elementos valiosos. En la Sal de roca, el cristal no se aísla de los elementos minerales constitutivos, sino que se conecta con ellos en estado armonioso. Esto significa un contenido de energía, en forma de minerales, equilibrado y fácilmente metabolizable.

Esta Sal es el oro que los antiguos tanto valoraban. Es la Sal, cuya constitución mineral y de oligoelementos, nuestro cuerpo reconoce y  aprovecha. Es la Sal que nos proporciona salud.



FUENTES:

La sal saludable. Néstor Palmetti. Espacio Depurativo. Argentina, 2009.

La milagrosa dieta del PH. Robert O. Young y Shelley Redford Young. Ediciones Obelisco, 2012.

La sal de mesa, puro veneno. Discovery Salud. Octubre, 2002.

La sal del Himalaya. Dr. Joseph Mercola.



Lucía Madrigal              



Vida Saludable


Un factor clave para una Vida Saludable y duradera es conseguir que la insulina se mantenga en los niveles adecuados siempre y a lo largo de todo el día, las últimas investigaciones así lo prueban. Nuestras dietas, llenas de alimentos procesados, nos han conducido a la resistencia a la insulina y con ella a un montón de problemas de salud.


Para que nuestro organismo mantenga dichos niveles es aconsejable evitar o limitar considerablemente el consumo de alimentos ricos en carbohidratos y pobres en fibra. Esto incluye cualquier cosa que tenga azúcar, fructosa o jarabe de maíz de alta fructosa, además del trigo, el maíz y todos los demás cereales, especialmente los refinados, (arroz blanco, harinas blancas, pan pasta…). No olvidemos que la insulina se encarga de facilitar la entrada de glucosa en las células, pero cuando hay mucha glucosa, se genera mucha insulina y las células cierran sus receptores.

Es aconsejable, también, comer con moderación patatas y otros tubérculos, porque son muy ricos en almidón y pobres en fibra. Las verduras en general, las legumbres, y las frutas, sobre todo las de bajo índice glucémico, son excelentes fuentes de carbohidratos que no conducen a desarrollar resistencia a la insulina.

En suma, las numerosas investigaciones al respecto muestran que es beneficioso:

Hacer ejercicio de intensidad, especialmente de fuerza (con pesas o con el peso corporal) y estirar.

Aumentar el consumo de verduras, legumbres, frutos secos y semillas.

Tomar alimentos fermentados, una buena fuente de vitamina K2.

Aumentar el consumo de omega-3 y de cromo.

Tener buenos niveles de vitamina D (obtenida mediante la exposición directa al sol durante todo el año sin protectores, que son también muy nocivos).

Mantenerse relativamente activo durante el día (evitar permanecer muchas horas sentado).

Dormir de 7 a 9 horas cada noche.

Comer raciones moderadas de alimentos.

Beber agua buena (Ionizada).

Practicar el ayuno o  permitir que el ayuno nocturno sea de más de 8 horas.

Ver la vida en positivo y practicar la felicidad.


De hecho, en una investigación reciente se llegó a la conclusión de que con sólo agregar grasas saludables a la dieta (procedentes de alimentos como aceite de oliva, frutos secos y aguacate) se aumenta la capacidad del organismo de utilizar la insulina.

Es aconsejable comer alimentos enteros, ecológicos y sin procesar, que procedan de una agricultura sostenible y preferiblemente locales. Para obtener mayores beneficios, lo mejor es comer una buena porción de nuestros alimentos en su forma cruda (80 %), alimentos vivos que garantizan nuestra salud. Este tipo de alimentación optimizará de forma natural la señalización de insulina y mejorará el metabolismo.

La mayoría de las personas (aunque claramente existen diferencias individuales) deberían beneficiarse de una alimentación rica en grasas saludables, cantidades moderadas de proteína de alta calidad y muchos vegetales. Debemos tomar pequeñas proporciones de carbohidratos, ya que su consumo excesivo, como actualmente lo conocemos, no es beneficioso para nuestra Vida Saludable.


Los vegetales fermentados son una excelente fuente de vitamina K2, si fermentamos nuestros propios vegetales utilizando un cultivo de inicio o hacemos chucrut, obtenemos esta vitamina.

El azúcar y la fructosa en particular, pueden actuar como toxinas cuando se consumen en exceso, causando múltiples procesos que originan enfermedades como la resistencia a la insulina, diabetes, enfermedades cardiovasculares, inflamación sistémica… todas las cuales pueden acortar la vida.

El estado emocional desempeña un papel muy importante en prácticamente todas las enfermedades físicas, desde las enfermedades cardíacas, hasta la depresión y el cáncer, sin embargo sigue siendo un factor ignorado. El estrés tiene un impacto directo en la inflamación, que es la causa principal de muchas enfermedades crónicas que matan a personas prematuramente todos los días. La meditación, la respiración consciente, la oración, las herramientas de energía psicológica, las terapias energéticas y el yoga son opciones viables que pueden ayudar a aliviar el estrés y a deshacer los bloqueos emocionales ocultos.


Elegir una Vida Saludable implica también evitar los Químicos, Toxinas y Contaminantes todo lo que podamos. Esto incluye deshacerse de los productos de limpieza para el hogar, jabones, productos de higiene personal, aromatizantes, insecticidas y pesticidas, por mencionar algunos, y remplazarlos por alternativas no tóxicas, además de evitar los medicamentos de prescripción y utilizar alternativas naturales, siempre que sea posible.

Vivir una Vida Saludable implica un cambio de hábitos profundo y duradero. ¿Estás dispuesto a cambiar?




Lucía Madrigal