Los Tóxicos y el Cerebro


Soy docente y aunque los problemas de aprendizaje son antiguos, nunca como hasta ahora, se habían visto en el aula tal cantidad de niños hiperactivos y con síndrome de déficit de atención. En realidad, este síndrome me parece más una justificación o una excusa ante algo que no podemos explicar y que nos sorprende mucho, porque no es posible que tantos niños sean hiperactivos. Tampoco es posible, que se use tanto la medicación en niños o adolescentes y tan alegremente. Aparte de todo ¿Qué nos está mostrando este dato?

El Dr. Russell Blaylock explicaba recientemente la relación entre alimentación y conducta, basándose en los datos recogidos, de experimentos realizados entre grupos de reclusos, que así lo evidenciaban. Nuestro funcionamiento cerebral  tiene que ver con las dietas inadecuadas y con la alta ingestión de tóxicos. Conducta, exceso de actividad, falta de atención, desinterés, problemas de comprensión, de creatividad... tienen que ver con lo que comemos y no olvidemos que comemos por todos nuestros sentidos. Pero mientras recopilaba información, he descubierto este artículo y me parece muy interesante ponerlo en el blog. Está escrito por Miguel Jara y debidamente documentado. Así que, pongamos nuestra vista en el tema de los tóxicos. Además podeis encontrar más información respecto a ellos en el artículo "Excitotoxinas" publicado en este blog.

Los tóxicos que ponen en peligro la inteligencia de las próximas generaciones.

Una de las claves para entender por qué hay una “epidemia” de lo que denominamos hiperactividad o Trastorno por déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son los tóxicos cotidianos. En realidad, de casi todas las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer  el  Parkinson y de otras muchas.

Un buen trabajo de Iván Gil en El Confidencial, titulado “Pandemia silenciosa”: las 12 toxinas que acaban con tu cerebro, así lo documenta. Las últimas líneas de investigación se están centrando en las denominadas neurotoxinas: una serie de sustancias químicas, de origen animal, vegetal o de naturaleza inorgánica, capaces de alterar el funcionamiento del sistema nervioso.


Hay al menos una decena de sustancias responsables de la generalización de los problemas conductuales y cognitivos. Son insecticidas, disolventes y otras sustancias presentes en multitud de productos de uso cotidiano. ¿Sus nombres? raros para el común de los mortales pero conocidos de los especialistas desde hace ya muchos años:

“Metilmercurio, bifenilos policlorados, etanol, plomo, arsénico, tolueno, manganeso, fluoruro, clorpirifos, tetracloroetileno, difeniléteres polibromados y DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano)”.

En las vacunas por ejemplo se encuentra etilmercurio como conservante. El plomo en las gasolinas, luego en el aire que respiramos.Los clorpirifos los están echando estos días en la vegetación de vuestras piscinas para que estén “limpias” de bichitos el próximo mes de junio que comienza la temporada de baño.

El informe en el que se basa la información de Gil es el titulado Neurobehavioural effects of developmental toxicity y publicado en The Lancet.

El periodista explica la “polémica”, más bien estrategia de confusión que llevan a cabo las compañías químico tóxicas para distraer a la población y continuar comercializando sus productos.


La idea de que la dosis hace el veneno, según reza la regla básica de la toxicología por la que la exposición en las cantidades legalmente permitidas es segura para la salud, cae por su propio peso; ¿qué sucede entonces con los casos de personas que padecen el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple (SQM)?

A estas se les desencadenan sus síntomas al contacto con dosis muy muy bajas de cualquier producto tóxico. Además, la constitución genética de las personas y por tanto su capacidad de desintoxicación del organismo es muy diferente, algo que no se tiene en cuenta al comprobar la “seguridad” de los citados productos (cuando se comprueba, claro).

El mayor peligro está durante el embarazo, aseguran los científicos que han publicado el informe. Comiendo productos orgánicos durante el embarazo puede reducirse la exposición del feto hasta en un 80%” (…)

Los niños de todo el mundo estarán expuestos a ellas mientras perjudican de manera silenciosa su inteligencia y alteran sus funciones cognitivas. “Una barrera para el éxito y los logros de toda una sociedad”.

Creo que esto nos ayuda a reflexionar sobre la necesidad de encaminarnos con urgencia a una sociedad ecológica. Además podemos entender mejor qué está ocurriendo con nuestra infancia, a la que se diagnostican cosas como hiperactividad cuando en muchos casos puede que lo que estén esos niños es intoxicados (de manera paradójica se suelen luego recetar medicamentos como metilfenidato que no son otra cosa que potentes tóxicos).

Si estamos intoxicados puede comprobarse con cierta facilidad (aunque los test no son baratos) y también con cierta eficacia pueden llevarse a cabo tratamientos de desintoxicación. Pero lo más importante es prevenir.

Miguel Jara


No son sólo los tóxicos. Todos los alimentos con alto índice glucémico, que generan en nuestro cuerpo lo que se ha dado en llamar “hipoglucemia secundaria”, afectan muy negativamente al funcionamiento del cerebro. Son las dietas insanas, el exceso de dulces, de alimentos preparados llenos de conservantes, de colorantes, de químicos en general, de metales pesados… El cerebro es el centro de mando y control del organismo y necesita energía limpia gestionada por un cuerpo libre de toxinas. Si deseamos estar sanos, algo a lo que tenemos pleno derecho, es importante tener un cerebro sano, pero aunque sabemos que el cerebro consume mucha de la energía de nuestros alimentos, no lo conectamos totalmente con el cuerpo. No caemos en la cuenta de que todo es lo mismo.

Limpiar nuestro cuerpo es trabajar la ecología de nuestros pensamientos, de nuestras emociones y del cuerpo en sí.

Es trabajar la ecología del planeta.

Madres, padres, todos podemos abrirnos a la posibilidad de liberarnos de todos los tóxicos que tenemos en nuestro interior. Quizás así, en vez de tantos niños hiperactivos o con síndrome de déficit de atención, tendríamos niños felices que quieren aprender y conectar plenamente con la vida. Es una posibilidad muy importante, porque no nos engañemos, los niños llegan a la vida en cuerpos tóxicos y desde que nacen inician su vida tóxica.

Los problemas de salud llegan antes con cada generación.




Lucía Madrigal         



Las Grasas de la Leche Vacuna

La leche y los lácteos son muy recomendados desde la dietética oficial, la medicina y los medios de comunicación. Es tanto el empeño e insistencia con que son recomendados, que hemos llegado a creer que son imprescindibles en nuestra dieta por su “excelente composición nutricional”. Sin embargo, la verdad es que, ambos leche y lácteos están relacionados con muchos problemas de salud, que desconocemos en su mayoría. Hoy vamos a ocuparnos de las grasas de la leche.

La leche es un alimento muy denso por diversas razones, una de las cuales es precisamente su grasa. Contiene un 35% de materia grasa por litro. Si tenemos en cuenta que de 1 litro de leche la mayor parte es agua, 35 gr de grasas son en proporción una cantidad muy grande. Además, de estas grasas un 54% son grasas saturadas. Las grasas saturadas son aterogénicas por su tendencia a agregarse y coagularse y el exceso está relacionado con daños en el sistema circulatorio, sobre todo en arterias coronarias y cerebrales, pudiendo conducir a infarto, daños cerebrales, daños renales, intestinales… Estas grasas son incluso más aterógenicas que las procedentes de otros productos animales como la carne.

Además, la leche contiene mucho colesterol: una sola taza de leche contiene 34 mg de colesterol mientras que una loncha de bacon tiene 3mg. Si tomamos 1 litro de leche, tomamos el equivalente a ¡53 lonchas de bacon!


A esto se suman los procesos industriales, que son utilizados para conservar la leche en épocas de producción superior a la demanda, y que implican la deshidratación de la leche para conservarla y después rehidratarla cuando se necesita, pero que oxidan este colesterol abundante. Mientras que el colesterol  no daña las arterias, el oxicolesterol o colesterol oxidado, presente en las leches en polvo, inicia los daños arteriales que conducen a la arteriosesclerosis y al infarto. Hay muchas evidencias de que el oxicolesterol pasa inalterado a la sangre y llega a todas las células del organismo. Otros procesos como el rallado de queso también producen oxicolesterol y la mayoría de los productos industriales como flanes en polvo, comida para microondas, mayonesas, pastas, galletitas, golosinas, chocolates, fórmulas para bebés o helados lo contienen.


Uno de los ácidos grasos predominantes en la leche de vaca es el araquidónico, precursor de ciertos eicosanoides llamados prostaglandinas 2 que tienen un efecto coagulante, inflamatorio, hipertensor, inmunosupresor y vasoconstrictor y que estimulan la transmisión del dolor, la proliferación tumoral y la retención de líquidos.

Otro detalle poco conocido de la grasa láctea es que es la única fuente natural de grasas trans. En el sistema digestivo de los rumiantes y como consecuencia de la transformación bacteriana de ácidos grasos insaturados, se produce un proceso natural de hidrogenación natural que da como resultado más o menos un 3% de grasas trans en la leche.


En todas las leches de mamíferos podemos encontrar péptidos opiáceos similares a la morfina, que de manera natural relajan al bebé, para que duerma las horas que necesita. Cuando dejamos de ser bebés, estos péptidos opiáceos combinados con las grasas lácteas ralentizan nuestro tránsito intestinal, causando estreñimiento y otros inconvenientes. Al ser vehículo de toxinas liposolubles, muchas de ellas de efecto cancerígeno,  la grasa saturada permite que estas sustancias tengan tiempo de actuar en el intestino, reabsorberse y actuar en otras zonas del cuerpo. Esto se relaciona con el cáncer de colon y con patologías hepáticas. Un inconveniente más es su capacidad de almacenar, concentrar y distribuir toxinas ambientales presentes en los procesos de cría vacuna: pesticidas, herbicidas, fertilizantes…


A todos estos problemas propios de las grasas saturadas, debemos sumar el problema generado por la homogenización, un proceso de conservación de la leche que consiste en centrifugarla para que la grasa se subdivida en pequeñas partículas, evitando la separación de la crema y el suero. Las moléculas grasas quedan encerradas en diminutas partículas (liposomas) que encapsulan una enzima presente en la leche, la Xantino Oxidasa, protegiendo a esta de la digestión gástrica. Esta enzima que se hace biológicamente activa con la homogenización, es más importante y decisiva en la generación de arterioesclerosis  que el colesterol, los triglicéridos o el tabaco. Incluso en los niños pequeños se observa una incipiente aparición de arteriosclerosis e incluso podemos observar índices de colesterol y triglicéridos equivalentes a los de las personas mayores, en aquellos que consumen gran cantidad de lácteos. La vitamina D componente natural y añadido a la leche también genera estimulación de este factor XO.


Nos atiborramos a leche y productos lácteos que como veis no son tan saludables como parece. En concreto las grasas lácteas son aterogénicas y nada saludables, pero los problemas causados por el consumo de grasa no se resuelven optando por productos descremados, que en muchos casos apenas disminuyen un 25% su contenido graso. Los términos “bajo en grasa” o “0% de grasa” pertenecen al  lenguaje del marketing.

Cuando leemos que un producto tiene un 2% de grasa esto indica que por cada 100 gr de leche hay 2 de materia grasa, pero si el 87% de la leche es agua y la leche entera tiene un 3.5%, esto no implica una disminución real y considerable de la grasa que ingerimos. Para comprenderlo mejor debemos saber que en un vaso de leche desnatada hay más grasa que en tres lonchas de bacon, pero con toda la caseína intacta. Además en los productos 0% grasa, como no se detecta ninguna materia grasa en la boca, no se produce la activación del flujo biliar necesario para la digestión de grasas y proteínas, por lo que digerimos peor las proteínas y se genera putrefacción intestinal.


La leche de vaca está destinada a la cría del ternero y está dotada por la naturaleza con lo necesario para este menester. Ni su equilibrio nutricional ni sus principios activos tienen que ver con nuestra fisiología y nuestras necesidades biológicas, además, se consumen en mucha cantidad y son alimentos procesados y manipulados.

¿De verdad necesitamos leche?



FUENTES:

Lácteos y trigo. Néstor Palmetti. Argentina, 2013.

Grasas saludables. Néstor Palmetti. Argentina, 2011.

Las grasas esenciales y mortales. Andrés Morón Moreno. Díaz de santos, 2008.

Leche y queso. Claudio Corvino. Macro edizioni, 2007.



Lucía Madrigal                



Cosméticos con Nitrosaminas

Según “el Ministerio de Sanidad y Consumo de Alemania” en la región federada bávara, uno de cada cinco productos cosméticos contienen Nitrosaminas.

Las Nitrosaminas son sustancias muy tóxicas, relacionadas con procesos cancerígenos y muy nocivas para el ser humano. Se permite su uso por debajo de los 10 microgramos por kilo, que es una cantidad muy pequeña. Sin embargo, no deberían estar permitidas en ninguna cantidad y han sido encontradas en los productos de belleza, procedentes del uso inadecuado de conservantes, así como de materias primas ya contaminadas por nitratos transformados.

Al parecer, debido a la internacionalización del mercado cosmético, se importan productos de otros países, con unas normas y unas reglas de tolerancia diferentes. Además, la regulación de componentes y usos de productos cosméticos es un asunto bastante olvidado  por las administraciones y el uso de sustancias tóxicas es algo que ocurre con regularidad.

Los niveles más importantes de Nitrosaminas se han encontrado en los maquillajes, el rímel, lápices de ojos y en los llamados “eye liners”. En estos últimos la proporción de productos con Nitrosaminas se eleva a un 40%.

Por la piel también se come, así que puedes elegir mejor los cosméticos que usas. Es una sabia decisión



Lucía Madrigal              



¿SABÍAS QUÉ?...


Los Jugos o Licuados


Los zumos de frutas y verduras contienen sustancias nutritivas concentradas, que nos ayudan a depurar nuestro cuerpo, estimular el metabolismo, ayudar a eliminar toxinas y mejorar las funciones lentas de eliminación, de sustancias de desecho por parte del hígado y los riñones, por lo que bebiendo solamente unos vasos de delicioso zumo todos los días, le estarás proporcionando a tu cuerpo muchos de los elementos esenciales que necesita para estar fuerte y sano.

Todos no beneficiamos de los zumos de vegetales, son altamente nutritivos y están repletos de la beneficiosa clorofila. Sin embargo, hay que ser precavidos con los zumos de frutas, que al ser licuadas, concentran mucho la proporción de azúcares, así que las personas con sobrepeso, hipertensión, diabetes o colesterol alto deberían limitar su consumo  y más, en licuados.

La excepción la constituirían los limones y las limas, ya que prácticamente no contienen fructosa, que es la causante de la mayoría de las complicaciones metabólicas. Además, los limones y las limas son muy buenos para eliminar el sabor amargo de los vegetales de hoja verde oscura, que son el tipo de vegetales que más benefician al hacerlos en forma de jugo


Beneficios de los Jugos o Licuados Vegetales

Los licuados tienen un gran valor nutricional y son muy fáciles de hacer.

Los jugos de vegetales ayudan a absorber todos los nutrientes de los vegetales. Esto es importante porque, como resultado de nuestras malas elecciones y hábitos nutricionales, la mayoría de nosotros no tenemos una buena digestión. Esto limita la capacidad del cuerpo para absorber todos los nutrientes de los vegetales. Hacerlos  en forma de jugo ayudará a que sean predigeridos, por lo que la nutrición será mejor.

Los jugos de vegetales permiten consumir una cantidad óptima de vegetales de una manera eficiente. A algunas personas les puede costar trabajo consumir tantos vegetales, pero esto puede lograrse fácilmente con un licuado.

Puede añadir una mayor variedad de vegetales a su alimentación. Muchas personas comen sólo algunos vegetales en ensalada al día, los demás cocinados, y de vez en cuando. Esto viola el principio de rotación de alimentos y aumenta las probabilidades de desarrollar alergias. Con los jugos, se pueden incorporar una amplia variedad de vegetales que normalmente no comeríamos en su forma entera, y que además, nunca comeríamos crudos. Hasta los vegetales más fibrosos pueden licuarse y extraer de ellos su gran valor nutricional. No olvidemos que la cocción altera el alimento y lo desprovee de vitaminas, minerales y sobre todo enzimas. En un jugo lo comemos todo, excepto la fibra, que también nos beneficia. De ahí la importancia de alternar licuados con batidos.

Es importante tener en cuenta, también, que los licuados de vegetales tienen muy poca proteína y casi nada de grasas, así que por sí solos, no constituyen un alimento completo, por lo que, si no es para un programa de desintoxicación, deben utilizarse como complemento de una comida  o entre horas.


Para empezar a tomar licuados, debemos escuchar a nuestro cuerpo y comenzar con jugos que nos gusta comer en su forma entera. A veces el sabor de los vegetales es muy fuerte y nos resulta desagradable o incluso, nuestro estómago, generalmente bajo en ácido clorhídrico, tolera mal algún vegetal. También es posible que si no hemos depurado, los vegetales nos remuevan porque su ingesta es la mejor manera de empezar a depurar.


Cómo Empezar

Es aconsejable utilizar vegetales ecológicos y una licuadora de prensado a bajas revoluciones, ya que permite el exprimido de los vegetales sin oxidarlos demasiado.


Para empezar a tomar jugos hay vegetales que son más fáciles de digerir y tolerar: El apio, el hinojo y el pepino juntos tienen un sabor un poco picante y agradable. Si quieres mejorar el sabor añade lima o limón.

Estos vegetales no son tan ricos en nutrientes como los vegetales de color verde oscuro, pero tienen propiedades maravillosas.

Cuando estés acostumbrado a estos sabores se pueden añadir todos los tipos de lechugas, endivias, escarola y espinaca. Después las coles. La col es muy buena para cicatrizar úlceras por su contenido en vitamina U.

Se pueden añadir también cilantro y perejil, ambos muy beneficiosos, pero de sabor particular. El cilantro es más difícil de tolerar que el perejil.

Las hojas más amargas son las de la acelga, la col rizada, el diente de león y las hojas de mostaza, y todas ellas deberían dejarse para ser consumidas, cuando ya estemos acostumbrados a los licuados.


Para hacer que los jugos sepan mejor podemos añadir, como ya hemos dicho, limas y limones. Es bastante con un cuarto o la mitad con cáscara incluida, para beneficiarnos de sus propiedades.

Podemos añadir arándanos. De ellos se ha descubierto que tienen cinco veces el contenido antioxidante del brócoli y muchos fitonutrientes, lo que significa que protegen nuestra salud.

El Jengibre fresco es una excelente adición si es que la puedes tolerar. Le da a su jugo un ¡“empujón”! Y como un bono extra, los investigadores han descubierto que el jengibre beneficia mucho la salud cardiovascular, previene la aterosclerosis, disminuye los niveles de colesterol y previene de la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL).

El Coco  da al licuado un delicioso sabor y es una excelente fuente de grasas que le ayuda a equilibrar su comida. El coco tiene triglicéridos de cadena media, que tienen muchos beneficios para la salud. Incluso puede añadir agua de coco a su jugo, que es una excelente fuente natural de electrolitos, especialmente de potasio.

Los jugos de vegetales son altamente perecederos por lo que es mejor tomarse todo el licuado inmediatamente, y limpiar el extractor al terminar, para evitar la formación de moho. 


Nutrir a tus células con zumos y alimentos crudos es una excelente opción para tu salud. El cuerpo humano necesita alimentos vivos para generar células vivas. Cuando ingerimos hortalizas y frutas frescas, el cuerpo extrae de la fibra en forma líquida lo que necesita y ésta pasa al intestino. En realidad, el líquido que extrae es zumo que contiene los mismos elementos que el preparado con la licuadora. Al beber el zumo se está eliminando un proceso digestivo, la extracción del líquido de las fibras, por lo tanto lo que se bebe no contiene pulpa y el cuerpo recibe la máxima cantidad de sustancias nutritivas en pocos minutos. Al separar la pulpa utilizamos mayor cantidad de vegetales y elevamos el valor nutricional de lo que comemos.

Preparar nuestros zumos es fácil, sano y delicioso. ¡No lo dudes y prueba!



FUENTES:

El poder de los zumos. Jay Kordich. Círculo de lectores.

La terapia Gerson. Charlotte Gerson y Morton Walker. Ediciones Obelisco, 2011.

Frutoterapia. Albert Ronald Morales. Edaf, 2002.



Lucía Madrigal               



Smoothies. Batidos Verdes


Las Hojas Verdes son vitales para todos los seres vivos de nuestro planeta, apenas son tenidas en cuenta porque para casi todo el mundo occidental, lo verde no es un alimento de verdad, de hecho, tiramos las hojas de las zanahorias, las remolachas, los nabos o los rabanitos porque pensamos que no son comestibles, aunque superen en nutrientes a las raíces; pero así estamos educados. No obstante, las hojas contienen todos los minerales esenciales, vitaminas e incluso aminoácidos que necesitamos los seres humanos para mantenernos saludables, nos aportan clorofila y son un alimento muy depurativo; estas son algunas de sus virtudes, no olvidemos que han formado parte de la dieta de los humanos durante miles de años. 


Las cosas empezaron a cambiar hace unos 180 años. A partir de la revolución industrial se inventaron los procesados de alimentos y empezamos a adoptar, de buena gana, formas de comer más progresista y más baratas, enlatados, refinados, congelados… Todo esto redujo el consumo de alimentos crudos e integrales, en especial las verduras de hoja.

Nosotros pertenecemos aproximadamente a la séptima generación de personas que se han alimentado a base de productos procesados. Azúcar blanca, harinas blancas, aditivos artificiales y muchos otros componentes de los productos procesados, han favorecido el grado de deficiencia nutricional y toxicidad que se aprecia en la sociedad moderna. No consumir verduras de hoja ha sido una elección que nos ha costado cara, puesto que estas mejoran la homeostasis y las secreciones gástricas, nos aportan aminoácidos libres de fácil obtención, fibra insoluble, que facilita la eliminación de toxinas, Omega 3 y todos los minerales y vitaminas necesarios.


También nos aportan celulosa, que dificulta que nuestro sistema digestivo pueda descomponer las verduras adecuadamente, por lo que tenemos que licuarlas antes de llegar al tracto digestivo. Esto lo podemos hacer masticándolas o con una secreción saludable de ácido gástrico, pero hoy, son pocas las personas que podemos hacer este proceso en su totalidad ya que no presentamos niveles normales de ácido clorhídrico en nuestro estómago, porque carecemos de varios minerales, en especial de zinc. Así que la solución es consumirlas en batidos.


No sucede lo mismo con la fruta que no suele tener alcaloides y no es necesario que la variemos con tanta frecuencia. La naturaleza las hace apetecibles en olor y sabor para que las comamos y esparzamos las semillas, así que podemos repetir cuanto queramos.

Pero hablamos de los Smoothies o batidos verdes. ¿Qué son? ¿Qué nos aportan?

Un batido no es un zumo o un licuado. Es el resultado de la mezcla de verduras de hoja verde con fruta, en la combinación y proporciones que deseemos, sin retirar la pulpa ni nada de su fibra.

No hablamos de hortalizas, sino de hojas verdes. Incluir las verduras de hoja en la misma categoría que las hortalizas nos ha confundido siempre, pensamos que son lo mismo, incluso las cocinamos de la misma manera. Pero no es lo mismo cocinar una hoja que una flor o un fruto como la alcachofa. Cierto es que todo se puede comer crudo y que cuando te acostumbras, disfrutas de los sabores, pero la combinación de la alcachofa con fruta dulce para un batido, no resulta nada atractiva y sin embargo combinar melocotón con espinacas da lugar a un batido delicioso y muy nutritivo.

También es importante saber que, aunque los licuados son también muy nutritivos y requieren más cantidad de verdura, se oxidan más que los batidos y si utilizamos la fruta, al retirar la fibra, el azúcar se concentra más. Los batidos mantienen los vegetales y las frutas con muy poco grado de oxidación y si los envasamos bien podemos beberlos a lo largo del día.


Es importante tener en cuenta la alternancia de diferentes hojas para nuestros batidos, ya que, como las hojas verdes son la parte más nutritiva de la planta y los seres vivos tenemos inclinación a comerlas, la planta ha desarrollado los alcaloides para protegerse y que su prole no se extinga por completo. Están en pequeñas cantidades y si bien los alcaloides resultan venenosos, en pequeñas dosis no hacen daño e incluso fortalecen nuestro sistema inmunológico, de hecho, en este principio se basa la homeopatía.

Puedes alternar diferentes hojas verdes e ir probando con frutas distintas para experimentar con los sabores y descubrir las mezclas  que para ti son más apetecibles.

Estas son algunas de las hojas que podemos utilizar en los batidos:

Acelga, apio, aloe, canónigo, col, col china, col verde, endivia, escarola, espinaca, germinado de trigo, Hojas de calabaza o calabacín, Hojas de nabo, hojas de parra, hojas de pepino, hojas de rabanito, hojas de remolacha, hojas de zanahoria, todos los tipos de lechugas, mizuma, mostaza parda, achicoria y rúcula.


Entre las plantas silvestres comestibles se encuentran, la acedera, el cenizo, el diente de león, flores y hojas de margarita, flores y hojas de rosa, fresa silvestre, lechuga de minero, malva, mostaza silvestre, ortiga, perejil silvestre, rabanito silvestre, trébol, verdolaga y violeta silvestre. Es importante tener en cuenta que dentro de las plantas silvestres hay muchas que no son comestibles, así que debemos tener precaución cuando las recolectemos.

Entre las hierbas encontramos, albahaca, bergamota, cilantro, eneldo, hierbabuena, hinojo, hojas de  menta, perejil y stevia.

Podemos incluir brotes, aunque debemos saber que los brotes tienen más alcaloides entre el tercero y el sexto día de vida y que conviene alternarlos ya que, nos aportan una dosis más alta de vitaminas del grupo B y muchas más vitaminas que la planta desarrollada. Los brotes más comunes son: de, alfalfa, brócoli, fenogreco, girasol, lechuga de trigo sarraceno, rábano, trébol o guisante…

Puedes utilizar también alguna hierbas medicinales de temporada aunque en pequeñas cantidades ya que tienen más cantidad de alcaloides.

En cuanto a las frutas, todas las variedades son aceptables, excepto el melón y la sandía que se aprovechan mejor solas.


En Resumen:
  • Prepara el batido y si te apetece haz uno bien grande para beber a lo largo del día. Se conserva perfectamente en el frigorífico. No lo metas nunca en el congelador.
  • Bebe el batido lentamente para mezclarlo con la saliva. Así se absorbe mejor.
  • Preferiblemente no añadas a los batidos nada más que verduras de hoja, fruta y agua.
  • Bebe el batido solo, no como parte de una comida.
  • No añadas a tus batidos hortalizas con almidón, zanahoria, remolacha, brócoli, calabacines, calabaza, coles de Bruselas, judías, judías verdes, coliflor…
  • No prepares los batidos con demasiados ingredientes.
  • Haz batidos sabrosos para que tus papilas gustativas aprendan a disfrutarlos.
  • Varía la hoja verde que utilizas en cada batido.
  • Escoge productos ecológicos y de temporada.
  • Usa fruta madura y de reciente recogida.

Recetas Tipo:

Un mango.
Una taza de col rizada.
Una taza de agua.

Media papaya.
Una taza de espinacas.
Agua.

Un manojo de perejil fresco.
Un pepino pelado.
Dos manzanas.
Una taza de agua.

Un manojo de hojas de diente de león.
Dos peras.
Una taza de agua.

Estas recetas  sirven para empezar a tomar batidos. En la medida en que te vayas acostumbrando a los sabores de los vegetales, irás reduciendo la cantidad de fruta sin darte cuenta. Pero no lo olvides, prepara licuados que te gusten y disfruta de sus beneficios, así no dejarás de tomarlos.



FUENTES:

Smoothie. La Revolución Verde. Victoria Boutenko. Gaia Ediciones, 2013.

La Revolución Verde. Victoria Boutenko. Gaia Ediciones, 2012.

La Comida con Vida. Beberley Pugh. 2012.

Nutrición Vitalizante. Néstor Palmetti. Argentina, 2012.

101 Recetas Crudiveganas. Ana moreno. Mundo Vegetariano Ediciones. 2012.

Heal Yourself 101. Markus Rothkranz. 



Lucía Madrigal