Grasa Abdominal ¿Qué es y Cómo Eliminarla?


Solemos relacionar la barriga prominente con la edad, como si la edad fuera un detonante, o con el consumo de cerveza, “barriguita cervecera”. Otras veces, se la ha identificado con el comer y el vivir bien, pues sólo cuando se come bien (mucho) se engorda y estar gordo ha sido durante décadas un indicativo de  bienestar económico y satisfacción. Hoy en día, el hecho de tener barriga es algo aceptado, aunque hayamos perdido el mito de la barriguita saludable y opípara y sepamos que el sobrepeso, más que otra cosa, desequilibra nuestra salud. LA GRASA ABDOMINAL ha llegado a parecernos normal, pero no lo es.


Hace unos años, se creía que las células grasas eran contenedores, donde las masas de grasa indeseable podían quedarse al margen del resto de los procesos vitales, pero eso era un concepto erróneo, porque las últimas investigaciones muestran, que las células de grasa están bastante implicadas en la fisiología humana. Las masas de grasa corporal forman órganos hormonales sofisticados, complejos  y bastante activos. Parece raro, pero en concreto la grasa visceral, la más significativa en este aspecto, hace muchas más cosas que resguardarnos del frío. Esta es la grasa más devastadora para nuestra salud.

La grasa visceral es grasa que recubre nuestros órganos internos y que podemos ver externamente en los abdómenes abultados y en los michelines de la cintura. Es la grasa abdominal. Por eso la circunferencia de la cintura suele ser un parámetro  que predice problemas de salud posteriores  e incluso la muerte. Esta grasa visceral tiene la capacidad de desencadenar reacciones inflamatorias, así como de indicar a las moléculas que alteren el curso normal de las reacciones hormonales, lo que a su vez repercute en la propia grasa visceral. Así mismo, no sólo genera inflamación sino que ella misma se inflama y alberga en su interior muchos glóbulos blancos, que sugieren un proceso inflamatorio.

Las moléculas hormonales e inflamatorias producidas por la grasa visceral se desechan directamente al hígado, que reacciona con más inflamación y sustancias que alteran las hormonas. Los problemas asociados a la grasa visceral son muchos, desde obesidad o síndrome metabólico hasta cáncer, trastornos autoinmunes y enfermedades cerebrales. Así que todos deberíamos tener en cuenta estos datos y reducir la grasa que rodea nuestra cintura, no sólo por estética, sino también por salud.


La clave para reducir LA GRASA ABDOMINAL es la dieta y el ejercicio. Cerca del 80% de la capacidad para reducir el exceso de grasa corporal, depositado en la barriga, está determinado por lo que se come, el 20% restante está relacionado con el ejercicio y otros hábitos de vida saludables, tales como el sueño y la reducción de estrés. Lo que quiere decir, que si nuestra alimentación se basa en alimentos procesados y muchos carbohidratos, las probabilidades de tener un abdomen plano, incluso si se hace mucho ejercicio, son muy pocas.

Para eliminar LA GRASA ABDOMINAL, es importante reducir o eliminar el azúcar de la dieta. Esto incluye todas las formas de azúcar y fructosa, ya sea refinada o “cien por cien natural” como el agave y la miel, así como la ingesta masiva de cereales (incluyendo los ecológicos), ya que los granos se convierten en azúcar en el cuerpo y después se almacenan en grasa.

Aumentar el consumo de grasas saludables, incluso las grasas saturadas saludables (aceite de coco) y omega-3, es también un aspecto a tener en cuenta, ya que contrario a lo que mucha gente cree, las últimas investigaciones confirman que su consumo no afecta al aumento de peso corporal. 


Una de las influencias alimenticias más perniciosas para la pérdida de peso es la fructosa, principalmente en forma de jarabe de maíz de alta fructosa, que se encuentra oculta en los alimentos procesados y bebidas endulcoradas, lo que hace que sea prácticamente imposible evitarla, a menos que cambiemos de hábitos a la hora de comprar y cocinar.

La fructosa es el principal factor causante de las descontroladas tasas de obesidad y está presente en: Postres a base de granos (pasteles, galletas, barras energéticas, etc.), refrescos, bebidas energéticas y bebidas deportivas, panes, jugos, cereales para el desayuno, comida rápida y envasada, alimentos procesados y bebidas de café.

También hay un gran número de alimentos que por lo general son considerados saludables, pero están cargados de azúcar y fructosa como, el yogurt, los condimentos, salsas, y aderezos para ensalada, ciertas frutas con índice glucémico alto y que se comen en exceso, alimentos y bocadillos dietéticos, las frutas secas: pasas, higos, albaricoques…, las fórmulas y alimentos para bebés, las aguas mejoradas…


Si evitamos los alimentos procesados en general y los reemplazamos  por alimentos ecológicos cultivados en nuestra zona y cocinados en casa, eso nos ayudará a perder GRASA ABDOMINAL.
Otro factor decisivo es dormir bien, ya que no sólo ayuda a normalizar los niveles de cortisol, sino que también nos ayuda a optimizar nuestros ritmos circadianos, lo que puede tener un impacto profundo en el metabolismo y el peso.

Como conclusión y en cuanto a la dieta, podríamos decir que las opciones más saludables para perder barriga y optimizar nuestra salud son: limitar el consumo de fructosa a menos de 25 gramos al día, ya que probablemente la estemos consumiendo en los alimentos procesados y en las bebidas dulcesaumentar la cantidad de vegetales frescos, limitar o eliminar el consumo de alimentos procesados, comer al menos un tercio de nuestros alimentos en forma cruda o poco cocinados, eliminar el gluten y los alimentos altamente alergénicos de la dieta y evitar todos los edulcorantes artificiales.

Ya ves que simples cambios de hábitos derriten la grasa abdominal y te aportan salud y bienestar. Lo sé, hemos aprendido a comer mal y desandar lo andado se hace muy costoso. Además, somos tan adictos a la comida, que hay personas que se sienten orgullosas de su barriga y se niegan a perderla, aludiendo al trabajo que cuesta tenerla, pero seguro que saben que esa grasa les perjudica y conocen los riesgos que trae consigo el mantenimiento del flotador para su salud. Puede que  ahora lo tengas más claro y te decidas. LA GRASA ABDOMINAL no es beneficiosa, nos inflama y es un paso avanzado hacia la enfermedad, baja nuestra energía, afecta a la estética corporal y entorpece nuestros movimientos.


Lánzate a  la aventura de experimentar otros hábitos mejores para ti.

¡Atrévete a perder peso!



Lucía Madrigal                 



Estreñimiento


Evacuar es tan importante como comer, si comemos pero no nos desprendemos de los desechos corporales con eficiencia, acumulamos toxinas y nos sentimos mal. Recuperar nuestro correcto funcionamiento intestinal y prevenir el estreñimiento es fácil, si nos comprometemos a seguir unos nuevos hábitos más saludables para nuestro cuerpo. Comer buenos alimentos  y beber agua ionizada, alcalina y estructurada, es el primer paso para que los movimientos de nuestro intestino sean adecuados y evacuemos eficientemente.

Si se padece de gases o estreñimiento crónicos, se puede hacer rodar una bola o una pelota sobre el abdomen, con movimientos circulares. Si esta acción la repetimos cada mañana antes de levantarnos, primero sobre el abdomen en la dirección del flujo colónico, es decir, desde la parte inferior derecha hacia la caja torácica, luego sobre el colon transversal y finalmente de nuevo hacia abajo, por la izquierda, en dirección al recto, se moviliza todo el tracto intestinal. Es este un método excelente para expulsar las bolsas de gases, desprender las heces incrustadas y estimular el movimiento de los músculos intestinales, antes de ir al baño por primera vez en el día.
Otra posibilidad es la del masaje, con la mano abierta, también en la dirección del flujo colónico. En el masaje, es aconsejable evitar la zona de debajo del ombligo, de forma que una vez se haya hecho una pasada de derecha a izquierda, se repite el mismo recorrido todas las veces que creamos oportuno.
Otra buena manera de aliviar el estreñimiento crónico consiste en utilizar las puntas de los dedos para dar un masaje suave en la zona blanda situada entre el ano y el extremo de la columna vertebral (el cóccix). Este masaje estimula directamente el colon e induce a los intestinos perezosos a evacuar más minuciosamente. También se puede practicar el ejercicio del esfínter anal, mediante las contracciones y relajaciones rítmicas del esfínter varias veces al día. Esto induce a las glándulas del anosegregar un lubricante natural, que facilita considerablemente el movimiento de las heces secas. Este ejercicio también hace circular la sangre estancada en el esfínter anal, lo que previene la formación de hemorroides.


Otras pautas saludables para mantener nuestro intestino en buen estado son:

Mantenernos hidratados. El agua estructurada permite una mejor hidratación, ya que transforma las agrupaciones moleculares presentes en el agua del grifo y otras aguas comerciales en agrupaciones más pequeñas, que pasan a través de los pequeños poros de la célula, acuaporinas, formados por proteínas que se extienden a lo largo de las paredes celulares.

Beber un vaso de agua ionizada o dos antes de cada comida.


Evitar las bebidas con cafeína y el alcohol, ya que son muy deshidratantes.


Comer una dieta que incluya alimentos integrales, rica en verduras y frutas frescas y ecológicas, que aportan  muchos nutrientes y fibra. La mejor fuente de fibra para nosotros son los vegetales.


Retirar todas las fuentes de gluten de nuestra dieta (trigo,  cebada, centeno, espelta y otros granos).


Evitar los edulcorantes artificiales, el exceso de azúcares, los aditivos químicos, el MSG, y los alimentos procesados, ya que son todos perjudiciales para nuestra función gastrointestinal. Además afectan al buen funcionamiento de nuestro sistema inmune.


Aumentar nuestras bacterias benéficas con la adición de alimentos fermentados  a nuestra dieta, chucrut y kéfir, preferiblemente de agua.


Hacer ejercicio diario.


Evitar las drogas y cualquier tipo de fármaco, tales como los analgésicos, antidepresivos y antibióticos, ya que  pueden causar muchos trastornos gastrointestinales.


Gestionar adecuadamente nuestra salud emocional.


Considerar la posibilidad de acuclillarse, en lugar de permanecer sentado en el inodoro. En el artículo de este blog “En el Inodoro, Sentarse o Acuclillarse”, de la sección de DEPURACIÓN, se puede encontrar información al respecto. 


Probar con el consumo de fibra adicional, si las opciones anteriores no funcionan correctamente, el psyllium o las semillas de lino, recién molidas, son buenas elecciones.


Estreñimiento y diarrea son dos síntomas de un mal funcionamiento intestinal. Podemos encontrar las causas de la diarrea en múltiple factores, todos los cuales son solucionables con los cambios apropiados en nuestros hábitos. Lo mismo ocurre con el estreñimiento, una condición muy común en la actualidad, que es solucionable de la misma manera.

Para ir al baño, no es aconsejable tomar laxantes y si eso fuera absolutamente necesario, deberían ser utilizados por poco tiempo. Otras soluciones son las lavativas o en caso de estreñimiento reiterado o si tomamos la decisión de una limpieza profunda, la hidroterapia de colon. Ambas mejoran la limpieza intestinal y pueden ser muy útiles para un mejor funcionamiento interno. Aunque hay quien dice que acaban con nuestra flora, lo cierto es que en un intestino en malas condiciones y sucio, la flora, si es que existe, es patógena o se ha convertido en fauna.




Lucía Madrigal                  



El Microbioma. La Importancia de un Intestino Saludable


Nuestro MICROBIOMA está constituido por más de 100 billones de individuos que pueblan y vivifican nuestras mucosas, 1,5 kg de microorganismos de 500 especies diferentes. Digerimos y nos nutrimos gracias a ellos, gran parte de lo que comemos es para su sustento y además, compiten en nutrientes con la mucosa intestinal. Esta benéfica población se regenera periódicamente, excretándose los individuos muertos  a través de las heces. Un tercio del peso seco de las mismas representa a esta población que está en constante cambio y regeneración.

Nuestro MICROBIOMA genera un equilibrio ecológico y dinámico, gracias al cual se evitan enfermedades. Si prevalecen los microorganismos benéficos, estos impiden que otros pobladores peligrosos les roben su sustento. Además, el MICROBIOMA protege la mucosa digestiva, cubriendo ciertas porosidades en las que podrían depositarse microorganismos patógenos. Sin ellos la vida es imposible, así que cuando esta población de bacterias se encuentra en un medio tóxico o es insuficiente o inexistente, nosotros no estamos bien.

Nuestros hábitos alimenticios afectan a su composición y calidad, lo que significa que disponemos de los individuos adaptados al proceso metabólico  de nuestro alimento habitual. De esta forma, los nutrientes que ingerimos son aprovechados al máximo. Nuestra relación con estos inquilinos benéficos es de colaboración recíproca. Ellos cumplen funciones, especialmente enzimáticas, que posibilitan la digestión y la síntesis de nutrientes y nosotros garantizamos su supervivencia. Se conoce poco que, muchas veces, la degradación inicial de los alimentos, por ejemplo las fibras vegetales, la realizan estas bacterias buenas y no los jugos intestinales. 


Una función muy importante del MICROBIOMA es la capacidad de desdoblar cuerpos grasos, como los ácidos biliares y el colesterol, para que estos no sean asimilables. Si esta población de bacterias es escasa o no existe, el colesterol permanece intacto y es reabsorbido por la mucosa intestinal y conducido al torrente sanguíneo. Esto nos permite entender porqué hay vegetarianos con el colesterol elevado. Su MICROBIOMA no está bien.

La capacidad adaptativa de nuestras bacterias intestinales ha conseguido que no perezcamos en épocas de hambruna. Este es nuestro recurso rápido para sobrevivir, porque para que se produzcan mutaciones hacen falta de 50.000 a 500.000 años. En estos largos periodos de tiempo pasamos de la abundancia a la escasez en múltiples ocasiones, lo que nos obliga a cambiar de dieta muchas veces. Dependemos de los recursos naturales y estos no son siempre los mismos.

Comiendo vegetales se desarrolla flora fermentativa, mientras que con las proteínas animales se genera flora putrefactiva. Esta dualidad ha permitido al ser humano sobrevivir ante  condiciones extremas y cambiantes, porque hemos podido pasar de un punto a otro y adaptarnos, simplemente con el cambio de la población que habita en nuestro intestino, pero nunca como ahora, nos hemos alimentado de forma tan desequilibrada. Nuestras bacterias benéficas viven en simbiosis con nosotros y además nos protegen y colaboran con la supervivencia de la especie, pero son sensibles a nuestros desequilibrios y ante estos o no se regeneran o mueren.


Los microorganismos fermentativos son mecanismos biológicos que la naturaleza desarrolló para degradar vegetales y sintetizar, a partir de ellos, los nutrientes que el  cuerpo necesita. Por nuestra fisiología nos adaptamos muy bien a este tipo de MICROBIOMA, que produce ácido láctico. El ácido láctico inhibe la proliferación de microbios putrefactivos. Las bacterias fermentativas más importantes son las bífidobacterias y los lactobacilos acidófilus.

La alimentación a base de vegetales, semillas, bayas y frutas es muy saludable para nosotros. No obstante, el consumo excesivo de frutas, sobre todo las de índice glucémico alto genera una acumulación de fructosa y como residuo, ácido úrico. Hace 200.000 años que los primates perdimos la uricasa y no podemos degradar, ni aprovechar las grandes cantidades de ácido úrico que se generan con estos y otros abusos. No estamos preparados para comer de todo a todas horas y en todas las épocas del año.


Por otro lado, los productos cárnicos contienen microorganismos putrefactivos (clostridios, proteus, estafilococus, escherichia colli…) mecanismos biológicos normales para la descomposición de cadáveres y que son abundantes en los intestinos de carnívoros y carroñeros. Estos animales tienen mecanismos protectores contra las sustancias que genera el metabolismo putrefactivo, pero las mismas son mucho menos eficientes en el organismo humano.

Este es el gran problema del consumo excesivo de proteína animal. En el proceso metabólico de la proteína animal se generan sustancias de manejo difícil para nosotros, por ejemplo ácido úrico y amoniaco, relacionados con el reuma y la artritis; histamina, relacionada con las alergias, compuestos como los fosfatos, los uratos y los oxalatos que causan osteoporosis o la cadaverina y la putrescina,  que intoxican y desnutren. Otras  bacterias propias de la flora putrefactiva (clostridios y bacteroides) generan sustancias que favorecen la creación de cálculos biliares. Además, el metabolismo putrefactivo inhibe la síntesis y absorción de vitaminas, minerales y otros nutrientes, al tiempo que estimula el estreñimiento.

Esta dualidad bacteriana influye también en el equilibrio ácido-básico. La flora fermentativa genera residuos ácidos y retiene sustancias alcalinas y la flora putrefactiva genera la absorción sanguínea de sustancias ácidas y desecha sustancias alcalinas. Así que la flora fermentativa ayuda a alcalinizar y la putrefactiva a acidificar.

Si conseguimos equilibrar la ingesta de alimentos, podemos conseguir que nuestro MICROBIOMA se mantenga sano y que nuestro PH se estabilice en sus valores biológicos saludables, pero la dieta que hemos asumido como normal no colabora mucho para la consecución de este objetivo. Vivimos en la época de los excesos y los tóxicos. Sin embargo, a pesar de ser adictos a la comida, no necesitamos grandes cantidades de alimentos, sino calidad eficiente. A nuestro intestino no le sientan bien los azúcares, los alimentos procesados, los refrescos, los excesos proteicos, los refinados…


Actualmente, el ser humano convive con la realidad de comer de todo, a todas horas y durante todo el año. No rota los alimentos, lo que significa que no respeta los ritmos y los ciclos naturales y es carnívoro y vegetariano a la vez. Esto exige una gran capacidad adaptativa, y por si eso fuera poco, tiene para adaptarse también a los tóxicos, todo lo cual genera desequilibrio y desorden. Nuestra dieta muy artificial y poco fisiológica afecta negativamente a nuestro microbioma. A veces, también nuestro intestino delgado se ve invadido por gérmenes del colon, lo que genera mala absorción de nutrientes (vitamina B12), flatulencias y deposiciones sin consistencia.

Cuando nace un bebé entra en contacto, en el mismo canal del parto con montones de lactobacilus y bífidobacterias maternas que comienzan a colonizar su intestino. Actualmente este proceso es obstaculizado por las cesáreas programadas o los pobres microbiomas de las madres, relacionados con la candidiasis  y la insuficiente proliferación de estas bacterias benéficas. La lactancia materna es básica para el desarrollo inicial de un MICROBIOMA sano, por eso los niños que son amamantados son menos susceptibles a infecciones y absorben mejor los nutrientes. Con el destete su flora cambia y se produce la adaptación necesaria a nuestra desequilibrada alimentación.

El exceso de proteínas, la falta de fibra soluble, los azúcares refinados, los aditivos, los antibióticos, la candidiasis, los parásitos intestinales,  la mala masticación, el uso de antiácidos, el exceso de higiene o el mal funcionamiento del hígado, afectan al equilibrio de nuestro MICROBIOMA, lo que provoca, flatulencias, divertículos, colon irritable, celiaquía o apendicitis. La disbiosis o mal funcionamiento del MICROBIOMA es un problema serio que impide la buena absorción de nutrientes y el buen funcionamiento de las funciones biológicas de nuestro organismo, incluidas las del cerebro. 


Un MICROBIOMA en buen estado es imprescindible para nuestra vida saludable. Es aconsejable cambiar de hábitos, para que nuestro medio interno sea lugar adecuado para su regeneración. El consumo de alimentos fermentados colabora a la recuperación y buen estado del mismo, pero es importante saber, que los alimentos fermentados pierden su valor biológico cuando son cocinados, ya que las bacterias mueren con el calor. Tampoco tienen bacterias vivas los que podemos comprar envasados. Incluso los yogures comerciales, al ser elaboraciones, pierden este valor biológico a los pocos días de refrigeración.

Los fermentados caseros son los que nos pueden aportar una buena cantidad de bacterias benéficas, que contribuyan a la regeneración de nuestro MICROBIOMA.




Lucía Madrigal                



El Aceite de Sándalo


Los cosméticos comerciales son altamente nocivos para la salud. Ya hemos hablado del aceite de coco para usos cosméticos, pero hay otro aceite muy beneficioso para la piel: El aceite de sándalo, que como aceite esencial, lo podemos añadir a nuestros preparados caseros. Este aceite ya se utiliza en perfumería y cosméticos naturales y en ungüentos sagrados, calmantes o curativos. Pero más allá de estos usos prácticos, tiene propiedades calmantes y terapéuticas demostradas, cuando es usado como aceite esencial para aromaterapia. 


Originario de la India, el Sándalo es un árbol sagrado, hasta el punto de que el gobierno de dicho país ha declarado “propiedad nacional” a todos los árboles, para preservarlos de la destrucción. Sólo se permite su tala cuando el árbol, de más de 30 años, comienza a decaer y el tronco deja de estar verde, anunciando su próxima muerte. 

Su perfume penetrante era utilizado ya en los antiguos cultos orientales para alcanzar la armonía espiritual y limpiar los pensamientos. El primer escrito de los Vedas Hindúes que se conoce, data del siglo V a C., en él se mencionan los usos de este Aceite Esencial como base de la medicina ayurvédica, ya que entre otras cosas se sabía que elevaba las vibraciones personales. También se anunciaban sus fines purificadores de los ambientes, en los cuales se realizaban los rituales del culto.

El Aceite Esencial, se obtiene del corazón del tronco y de las raíces, no de la corteza. Si se tiene en cuenta que el tronco tarda aproximadamente 25 años en desarrollar un espesor de 6 cm., podemos tener una idea de la razón por la cuál es tan costosa su obtención.

El aceite de sándalo se ha utilizado desde hace más de cuatro mil años, por lo que es uno de los materiales más antiguos conocidos, usados ​​por su exótico aroma. Actualmente se usa en fragancias, cosméticos y productos de cuidado personal. También es normal su uso  para las prácticas meditativas y espirituales.


Es un que aceite tiene un aroma exótico, amaderado, que es sutil y persistente. Su color varía de amarillo pálido a dorado pálido. Aunque caro, tiene muchas características maravillosas que hacen que sea útil y beneficioso para la salud y el bienestar. Por un lado, el aceite de sándalo crea un efecto calmante, armoniza la mente y ayuda a reducir la tensión y la confusión.  También se utiliza tradicionalmente en el Ayurveda, el sistema de salud integral de la India, para el tratamiento somático y los trastornos mentales.
 

Usos del aceite de sándalo

El aceite de sándalo se utiliza mucho por sus efectos calmantes y relajantes. Puede ser utilizado para la depresión, el estrés diario, y los estados de ansiedad, el miedo, o la enfermedad crónica.

Este aceite esencial es muy considerado para el cuidado de la piel, ya que tonifica y alivia el picor, la inflamación, y la piel deshidratada. Mejora las erupciones, el tejido de cicatriz, el eczema, la psoriasis, el acné, la caspa y mucho más. Hay estudios que demuestran que, por sus efectos en modelos animales, puede ser un agente quimiopreventivo eficaz contra el cáncer de piel, .

Es un buen remedio para problemas respiratorios y enfermedades de la piel que surgen en la cara. También puede restaurar la humedad en el pelo, para lo que basta con poner unas gotas después de la ducha.

Con él podemos hacer perfume  artesanal o usarlo en vaporizadores y quemadores.

Es importante, sin embargo, que no se use el aceite esencial de  sándalo sin rebajar sobre la piel. Lo podemos mezclar con algún tipo de aceite portador, como el de jojoba.


Beneficios del aceite de sándalo

Es antiséptico. Este aceite es un buen agente antiséptico y es seguro, tanto para aplicación interna como externa. Ayuda a proteger las heridas internas y las úlceras; cuando se aplica sobre la piel protege de las infecciones, heridas, llagas, forúnculos, y espinillas.

Es anti-inflamatorio. Este aceite esencial es eficaz como agente anti-inflamatorio ya que tienen un efecto de enfriamiento, que alivia el cerebro, el aparato digestivo, el sistema nervioso, el circulatorio y la inflamación del sistema excretor, que son resultado de infecciones, fiebres, efectos secundarios de antibióticos, picaduras de insectos, heridas y envenenamiento.

Es antiespasmódico, relaja los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos.

Es astringente. Aunque su efecto es muy suave, el aceite de sándalo puede inducir a la contracción de las encías, los músculos y la piel, ofreciendo beneficios como una mejor fuerza muscular y una piel más tersa.

Es desodorante. Hay personas que utilizan el aceite de sándalo para aliviar el olor corporal.

Es desinfectante. Su fragancia mantiene los microbios y los insectos pequeños a distancia, por lo que es ampliamente utilizado en las varillas de incienso, aerosoles y fumigantes, y evaporadores para la desinfección de zonas grandes.

Es emoliente. Suaviza la piel, alivia la inflamación y la irritación, cura las infecciones, y promueve una sensación de frescura.

Es expectorante. Es especialmente eficaz en el tratamiento de la tos, pero también combate las infecciones que causan  tos, el resfriado, la gripe, o las paperas.

Refuerza la memoria. El aceite de sándalo mejora la memoria y estimula la concentración. Mantiene el cerebro fresco y relajado, y ahorra el estrés y la ansiedad innecesarios.

Es tónico. Calma el estómago y el aparato digestivo, circulatorio y nervioso, ayudándoles a funcionar armoniosamente.


Como ves, no es necesario el uso de perfumes artificiales o de aceites derivados del petróleo. Los aceites naturales tienen propiedades maravillosas y se nos ofrecen para ayudarnos a prescindir de la cosmética elaborada con pigmentos y productos de síntesis. La naturaleza nos lo ofrece todo. Aprovéchalo.




Lucía Madrigal