Nuestro cuerpo tiene un diseño perfecto y eficiente, una
fuente de energía gratuita, la del universo, sólo necesita el combustible
adecuado para maximizar su efectividad. Los alimentos vivos al mismo tiempo que te nutren, ayudan a desintoxicar tu
organismo y alcalinizar tu sangre, te mantienen fuerte, animado, liviano y
radiante.
Algunos de los
beneficios que
miles de personas han experimentado al cambiar a este estilo de vida, son:
BENEFICIOS PRÁCTICOS:
El beneficio práctico más contundente es la sostenibilidad.
El sólo hecho de prescindir de la cocción, ahorra energía. No existe la
necesidad de los costosos procesados industriales, se generan menos residuos y
los que se generan son reutilizables. Además el consumo de agua es menor. Por
tanto, por un lado evitamos el empobrecimiento nutricional y por otro se reduce
el fuerte impacto ambiental y ecológico, que hoy por hoy es tan preocupante.
BENEFICIOS
FISIOLÓGICOS:
Se depura el organismo. El alimento crudo es en gran
parte un alimento predigerido y muy fácil de metabolizar, por tanto al
consumirlo se genera menos toxemia. Esto se ve potenciado por el aporte
enzimático, que incrementa la eficiencia depurativa. El alimento cocinado
genera una gran demanda enzimática que agota las reservas, lo que trae consigo
que los procesos habituales de desintoxicación queden disminuidos y nosotros
más expuestos a la pérdida de salud. Además la alimentación viva nos aporta
oxígeno, lo que mejora la función celular y nos inhibe de parásitos.
Se alcalinizan los
fluidos. Esto
es una consecuencia inevitable de este tipo de alimentación. Hay otros
múltiples factores para la recuperación de un PH óptimo, pero el alimento es un
factor esencial.
Se normaliza el peso
corporal. Nuestro
ritmo de vida y nuestra pésima alimentación, nos desestabilizan. Además,
hábitos saludables como el ayuno se han perdido y cualquier crisis depurativa
que se promueve desde nuestro interior para limpiar se reprime con fármacos,
así que nos convertimos en grandes acumuladores de basura, que además se
instala muy bien entre las capas de grasa corporal. Pero el cuero sabe cuál es
su normalidad, tanto, que con un cambio de hábitos alimentarios y de vida
también, por supuesto, y alguna práctica depurativa, el orden se recupera y se
normaliza el peso corporal.
Se mejora el descanso. Como se recuperan las buenas
funciones corporales, se recupera el orden fisiológico. El sueño se convierte,
entonces, en un sueño reparador.
Se recupera la salud. Si acidosis, toxemia, obesidad
e insomnio, todos ellos reconocidos síntomas de desorden fisiológico son
fácilmente eliminados con una alimentación viva y la depuración
correspondiente, cualquier problemática de salud remite. La enfermedad es, en
definitiva, un intento de supervivencia por parte del cuerpo.
Se mejora la respuesta
inmune. Nuestro
sistema inmune depende de los aportes nutricionales adecuados y de la correcta
función de órganos y fluidos, por tanto la mejor manera de reforzarlo es la
práctica depurativa y la alimentación viva.
Se incrementa la
energía. Si con el
alimento vivo la economía metabólica y energética es una consecuencia
inmediata, esa energía ahorrada en los procesos normales de nuestro cuerpo, se
traduce en una mayor disponibilidad de vitalidad y de lucidez mental.
Se superan adicciones. Nos hacemos adictos a ciertos
alimentos casi desde que nacemos a: los lácteos, los azucares, las grasas, las
harinas, los refinados…El tránsito a una alimentación viva, vitalizante,
energética y depurativa nos ofrece la posibilidad de terminar con todas esas
adicciones.
BENEFICIOS EMOCIONALES:
Obtener paz y orden
mental. La
alimentación viva es el mejor antídoto contra la inestabilidad emocional. De
nada sirve cualquier técnica o terapia si ésta no va acompañada de un cambio de
vida que lleve incluido un cambio en la alimentación.
Resolver y evitar
conflictos. La
alimentación viva con sus beneficios depurativos y clarificadores a nivel
mental nos devuelve la visión y el control para sortear los conflictos. Somos
lo que comemos y comemos lo que somos. Sólo en paz comemos alimentos que
nuestro cuerpo reconoce como fisiológicos y sólo comiendo lo que la naturaleza
nos ofrece, sin procesados y perfectamente adaptado a nosotros, podemos tener
paz y una mejor visión para afrontar el conflicto.
Expandir la conciencia. Nuestra psique se muestra a
través de lo que se dispone ante nosotros. El alimento es nuestro carburante.
Está ahí cada día para mostrarnos cosas y es una muestra inefable de cómo nos
sentimos, de cuanto nos amamos. Si comemos alimentos vivos nos proporcionamos
vida y se produce en nuestro interior esa liberación de toxemia que está en
todos los planos de nuestro ser.
“Dime lo que
comes y te diré como estás”.