Yo no como pan, aunque hay quien se empeña en
defender lo contrario, los
cereales de los que está hecho, no son alimentos fisiológicos y… ¿qué
es un alimento fisiológico?
Según definición del
técnico nutricionista argentino, Nestor Palmetti, con la que estoy de acuerdo: El alimento fisiológico es aquel
que puede ser correctamente procesado por las enzimas digestivas, las
mucinas y la flora intestinal. En resumen, es el alimento ancestral; que nutre,
vitaliza y depura. Dado que genéticamente somos 99% chimpancés, nuestra fisiología
digestiva está diseñada para frutas,
hojas, semillas, raíces…, todo en crudo.
No obstante, Hay muchas personas que comen pan y les gusta mucho. Es a ellos a
quien va dirigida esta entrega. Todos
debemos conocer lo que comemos.
El pan que se consume en la actualidad
no tiene nada que ver con aquel cuyo valor
nutricional le convirtió en el símbolo del alimento por excelencia en
épocas de carencia. Lo que se consume bajo el sinónimo de pan es una combinación artificial de sustancias
químicas que solamente son útiles para los que venden el pan, pero que dañan al que lo
consume.
Todos hemos oído decir que en la antigüedad
se sobrevivía a veces con pan
y cebolla; mas quien pretendiese tal cosa en la actualidad sería un
suicida. Junto con el germen y el
salvado, el pan, pierde en su elaboración, casi todas sus proteínas,
grasas, vitaminas y minerales. El pan que se ingiere en la actualidad es un
engrudo de almidón que no nutre sino que nos sobrecarga de calorías vacías y conduce
a la obesidad y la
desmineralización.
¿Quién no sabe que el
pan blanco produce estreñimiento? Lo que todo el mundo no sabe es que además está
directamente implicado en otras muchas enfermedades entre las cuales podemos
citar:
- Obesidad.
- Cáncer de colon.
- Desmineralización (osteoporosis, artrosis, etc.).
- Hemorroides.
- Colesterol.
- Diverticulosis… Entre otras afecciones.
Todas ellas tienen por denominador común: el verse
favorecidas por una dieta baja en fibra
y la falta de las vitaminas y minerales del trigo entero,
especialmente la E y el complejo B.
Cuando uno oye hablar de las enormes ventajas de consumir pan integral puede caer en la
tentación de preguntarse ¿qué tiene de
malo el pan blanco?
La respuesta es ¡todo!
El pan es conocido desde antes de
que apareciese nuestra civilización. El
hombre molía el trigo entre piedras
para obtener primeramente la harina.
Esos granos eran mezclados con levadura madre (algo que está “vivo”,
y no algo “químico”), sal y agua para
formar una masa que se dejaba fermentar hasta que “subía”
como resultado del dióxido de carbono
que se produce por acción de la
levadura. A continuación se horneaba para formar el pan. Esto es pan. El engrudo
almidonado que compramos en las modernas
panaderías o en bolsas de plástico no
es verdadero pan, y éticamente hablando es una atrocidad llamar pan a algo que nutre tan poco y causa tantos problemas.
Un grano de trigo está
compuesto por tres partes:
- El germen de trigo, donde está todo el verdadero valor nutritivo.
- El salvado.
- El endosperma.
Si uno quiere realmente nutrirse
debe consumir las tres partes del grano
en la proporción que la naturaleza los combinó.
¿Te has preguntado
alguna vez por qué se refina la harina?
Básicamente el trigo
es refinado para garantizar una
mayor duración, puesto que el grano íntegro
contiene grasas y es susceptible de enranciamiento. Para evitar el
deterioro de los granos se prescinde
de las partes susceptibles de deterioro, pero no por ello menos nutritivas.
El resultado final es un polvo
blanco que no se enrancia pero
tampoco nutre. Sólo son calorías
vacías, es decir, carentes de
proteínas, aceite, vitaminas y minerales. La mayor parte de los seres
humanos no se han dado cuenta de este detalle, pero otros minúsculos seres sí
lo hacen…
A los insectos les
gusta comerse el salvado, porque su instinto les dice
que es bueno para ellos, a los insectos también les gusta comerse el germen de trigo porque les nutre y les hace sanos y fuertes. Pero cabe preguntarse por qué los insectos no se
comen la harina blanca…
Sencillamente, porque no hay suficiente valor
nutritivo en una tonelada de harina
blanca para mantener vivo a un pequeño insecto. Una dieta basada en pan hecho con harina blanca, que no puede mantener vivos ni a los insectos ni a
los animales durante las pruebas de laboratorio, evidentemente tampoco puede
mantener con salud a nuestros hijos.
El pan blanco y
los falsos panes integrales son elaborados con harina
blanca y algo de salvado, levadura
artificial y productos químicos. Todos son igual de nocivos, sin importar la
marca famosa o no y contienen varias de las siguientes sustancias químicas:
- Yeso blanco.
- Monoglicéridos.
- Diglicéridos.
- Estearoil-2-lactilato de sodio.
- Azodicarbonamida, ácido tartárico.
- Diacetilo.
- Glicol propileno.
- Musgo de Irlanda.
- Harina de arroz.
- Almidón de papa.
- Soya molida (residuos de la extracción del aceite).
- Dióxido de cloro.
- Harina de pescado.
- Harina de huesos.
- Actato, de calcio.
- Fosfato de amonio.
- Bromato de calcio.
- Zodicarbonamida.
- Polisorbato 60.
- Y, por supuesto, mucha sal…
¿Crees que todo esto se
añade pensando en la salud? El yeso blanco, llamado sulfato de calcio, no es añadido para
quitar las grietas de nuestro estómago, sino para que sea más fácil amasar hornadas de masa de 250 kg en máquinas
gigantescas.
¿Habías pensado alguna
vez que las levaduras químicas, que han sustituido a la
levadura natural viva, están compuestas de cosas tan sospechosas como el bromato
de potasio, ALUMINIO, cloruro de amonio, tartrato, cloruro de amilasa, etc.?
¿Sabías que el
blanqueador usado para purificar las harinas, DIÓXIDO DE CLORO, puede
matar la flora intestinal y es utilizado también en los detergentes? Todo el mundo busca que el pan esté “fresco”, sin saber que para lograrlo los industriales le añaden
otra sustancia tóxica: etileno. Desde
luego usted no leerá el nombre de esta sustancia en la etiqueta, sino a los
sumo “emulsionante”.
También está el glicol
propileno. Esta
sustancia mantiene el color del pan,
para que no se decolore mientras espera a que lo compremos. El glicol propileno tiene otro uso:
como anticongelante. Se ha
comprobado en animales que produce una terrible depresión.
Los panes envasados y que han de permanecer mucho tiempo
en una estantería sin llenarse de moho (es
decir, sin permitir que se desarrolle la vida) están tratados con
numerosos ingredientes para matar bacterias. Uno de los más usuales
es el propionato que tiene la
particularidad de destruir las enzimas
que permiten al organismo asimilar
el calcio. Otro compuesto químico utilizado para “mejorar” la apariencia del pan aunque haya sido elaborado con harinas de muy baja calidad es el persulfato, un compuesto químico
usado también para niquelar metales,
y que tiene la curiosa propiedad de destruir las pocas vitaminas que pueden quedar en el pan y de convertir el
calcio en cal no asimilable por el organismo humano.
Quizás hayas oído hablar del pan “enriquecido”. Créelo, se trata tan sólo de otra tomadura de
pelo; al pan blanco se le quitan
más de 22 nutrientes al refinarlo y se le añaden 4 ó 5, en forma de vitaminas y
minerales inorgánicos, pero nada de esto hace que se parezca al verdadero pan y sigue sin hacer ningún
bien al cuerpo.
La única solución al
problema del pan es comer pan de verdad o no comerlo. Esta
segunda opción es mucho más saludable.
Tienes más información
sobre el consumo de cereales y pan en este blog.
ADAPTADO DE INTERNET.
sería muy interesante que nos mostraras tu investigación para que fundamentes tu opinión.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Hay muchas referencias al respecto y lo más importante, aparte de los aditivos, es que las harinas que se usan para hacer el pan, que habitualmente se compra son refinadas hasta el extremo de perder todos los nutrientes del cereal. Hay mucha información en este blog al respecto y bien documentada. No obstante, publicaré más referencias en artículos sucesivos.
Eliminarsi tu quierers pediremos que te lo expliquen con piedritas.
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