Los Germinados son la Energía de la Vida en estado Puro, son un Alimento Vivo. Esto es así, porque las semillas cuando son
germinadas, liberan Aminoácidos Esenciales
para la Vida, Nutrientes y Vitaminas
que no estaban presentes en el estado de semilla. Son, en definitiva, un
manantial de Clorofila, Enzimas y Vitaminas,
muy indicado en cualquier tipo de alimentación. También son un alimento Predigerido y por tanto, fácilmente
asimilable y adecuado para todos.
La Semilla tiene como estructura básica el Germen o Embrión y una reserva nutritiva que lo alimentará para que
se convierta en la futura planta, todo ello recubierto de una envoltura
protectora que es la cáscara o tegumento.
El Germen de las Semillas es el
rudimento de una nueva planta, es decir, es una planta imperfectamente
desarrollada, en estado de vida latente, que espera condiciones adecuadas para
manifestarse. En el momento en que éstas se presentan, la Semilla inicia el proceso de germinación. Germinar es promover el
proceso que convierte la Semilla en
una planta, mediante agua a una temperatura adecuada.
El Gran Valor Nutritivo de la Semilla obedece a que ella guarda en
su interior las fuerzas vitales necesarias para construir toda una generación
de plantas. La Germinación es, por tanto, el conjunto de fenómenos o cambios que
se producen en una semilla para que el embrión pase de la vida latente a la
vida activa, o sea, para que brote o nazca y comience a crecer la nueva
planta.
Casi cualquier Semilla, Grano o Legumbre puede ser germinado, aún semillas que comúnmente no forman parte de nuestra alimentación como la de rábano, alfalfa, nabo, col, etc. Las Solanáceas son las únicas que durante la germinación son Tóxicas, cuando la planta ha crecido tampoco sus hojas son aprovechables. Los sabores de los germinados varían, por ejemplo los brotes de alfalfa o los de trébol rojo son muy agradables mientras que la mostaza, el rábano daikon o el rabanito son picantes.
Cuando se Germina una Semilla su contenido nutricional
cambia, mejora y aumenta. En cuanto la semilla entra en contacto con el
agua, el oxígeno y el calor necesarios, empieza a desarrollarse. Mediante la
absorción de agua, la semilla duplica su volumen y revienta la cáscara
protectora, las enzimas se activan y se producen las siguientes
transformaciones:
- El volumen y contenido de agua pasa de ser un 5% o un 12% en semilla a un 70% en el germinado.
- Los inhibidores (sustancias que se encargan de mantener la supervivencia de la semilla) se descomponen y eliminan.
- Las proteínas se convierten en aminoácidos libres y además aumenta el contenido de aminoácidos esenciales.
- El almidón se transforma en azúcares simples: maltosa y dextrina.
- Las grasas se convierten en ácidos grasos libres.
- Las sales minerales se multiplican.
- Se sintetiza la clorofila como resultado de la fotosíntesis.
- Todo el complejo vitamínico se reproduce en grandes cantidades, así como el de minerales y oligoelementos.
- La semilla germinada se convierte en un alimento muy rico en Vitaminas A, B, E. Calcio, Potasio, Magnesio y Oligoelementos: Hierro, Selenio y Zinc.
- Los ácidos y toxinas que de forma natural defienden la semilla se descomponen.
- Todo el complejo vitamínico se reproduce en grandes cantidades, así como el de minerales y oligoelementos.
- La semilla germinada se convierte en un alimento muy rico en vitaminas A, B, E. Calcio, Potasio, Magnesio y Oligoelementos: Hierro, Selenio y Zinc.
La introducción del
germinado en la dieta tiene una larga historia. Ya en China y Japón se preparaban semillas germinadas hace más de 3000 años y en el año 500 A.C. se elaboraban medicamentos
cuya base eran legumbres y germinados. Griegos
y Romanos germinaban para complementar su alimentación y se cuenta la
anécdota de que los soldados romanos metían bajo su cinturón una bolsita de
semillas, que germinaban con su propio sudor. Documentos encontrados a orillas
del mar muerto que datan de entre 250
años A.C. y 66 D.C., adjudicados a los Esenios,
hablan de la germinación y de su valor nutricional y siglos más tarde Vasco de Gama y Magallanes o el Capitán Cook se valieron de la
germinación de semillas para evitar el escorbuto en sus barcos. (Se solía
mezclar cebada germinada, agua caliente y miel). Las tropas inglesas
estacionadas en África durante la 1ª Guerra Mundial, se alimentaron de
cerveza de avena y germinados de habichuelas y lentejas, escapando así
del escorbuto y los ejércitos alemanes, durante la 2ª Guerra Mundial, basaban gran parte de su dieta en germinados de
espelta.
Ann Wigmore hizo mundialmente conocidos los beneficios de los germinados
en 1954, tras recuperarse de una
grave enfermedad, con una dieta basada en ellos. Por otro lado, los cereales
germinados constituyen el grueso de la dieta de los Hunzas, un pueblo del norte de Pakistán
famoso por su buena salud y longevidad.
Pasos a Seguir Para una Correcta Germinación:
- Lavar las semillas que hayamos elegido para germinar.
- Desinfectarlas con unas gotitas de limón, vinagre de manzana o bicarbonato.
- Poner las semillas en un frasco, mejor de vidrio y de boca ancha, con agua en una proporción de 1/3 de semillas por 3 de agua.
- Tapar el bote con una gasa o tul.
- Ajustar con una goma.
- Dejar las semillas a oscuras durante los tiempos recomendados y en esa misma agua. (Más o menos una noche).
- Aclarar las semillas, enjuagar y remojar.
- Escurrir el agua y mantener a oscuras, también los tiempos que se recomiendan, pues cada semilla sigue un proceso.
- Volver a remojar de dos a tres veces al día.
- El último día de germinación exponer las semillas a la luz para que se carguen de clorofila.
Mucilaginosas:
Son semillas que una
vez activadas segregan una sustancia parecida a la clara de huevo llamada
mucílago, lo que hace que la semilla se pudra en un frasco. Semillas de este
tipo son: lino, chía, trébol, rúcula, zanahoria…
Hay Varias Maneras de Germinarlas:
- Con agua y un colador, gasa o tul.
- Con tierra.
- Con fibra de coco.
- En todos estos casos necesitamos también un pulverizador.
Si se desea separar
las capas exteriores de las semillas, o sea las cáscaras, antes de comer los
brotes, éstos se colocan en un cuenco con agua y entonces las cáscaras flotan y
se recogen en la superficie.
El cuidado de los Germinados consiste básicamente en proporcionarles el drenaje adecuado (es necesario escurrir completamente el agua con que se enjuaguen), para mantenerlos solamente húmedos, ya que mucha agua o muy poco aire crearán hongos y desechos. En clima más caliente y más húmedo, es preferible acortar el tiempo de remojo y enjuagar con más frecuencia, para mantenerlos frescos. Así pues, el tiempo de germinación varía según la temperatura. También la clase de semilla tiene que ver con el tiempo de germinación. Por ejemplo, los brotes de sésamo se amargan teniéndose en proceso de germinación más de dos días, es decir que deben aprovecharse a más tardar 48 horas después de haberse iniciado el remojo. En el caso del amaranto se consideran como condiciones óptimas para la germinación una temperatura de 30°C y un intervalo de tiempo que va de 18 a 30 horas, ya que puede obtenerse un incremento en la concentración de proteína de 15.78 a 16.11%.
Dieta y Germinados:
En comparación con
otros alimentos, los germinados son la máxima manifestación de lo vivo gracias
a su fuerza de crecimiento; precisamente contienen hormonas de crecimiento,
además de proteínas de gran valor biológico. Sus efectos desintoxicantes y
reconstituyentes ayudan a que nuestro cuerpo se mantenga sano. Los germinados
fortalecen el sistema inmunitario y constituyen un excelente suplemento
vitamínico para contrarrestar los efectos negativos de la vida actual: estrés,
ruido, alimentos desnaturalizados…
Las semillas
germinadas son un alimento predigerido, lo que supone una economía energética
para el cuerpo, al exigir menos esfuerzo al aparato digestivo. Por ser
alimentos frescos no se pierde la energía de sus sustancias activas y debido al
alto contenido en enzimas llegan a aprovecharse
todas. Se trata pues del alimento más nutritivo y vital al mínimo precio.
Los germinados nos
dan, más que ninguna otra verdura, la seguridad de alimentarnos con un producto
no adulterado. Tienen muy bajo contenido calórico, están indicados para
personas con exceso de peso y por tratarse de un alimento integral sacian el
hambre durante más tiempo. Germinado significa activo, productivo, útil y
nutritivo. Cuando comemos semillas germinadas incorporamos todas estas energías
a nuestro cuerpo y a nuestra vida. Usándolos en nuestra dieta el metabolismo
funciona de manera más económica y los procesos naturales de curación se
activan, además ayudan en los procesos de desintoxicación. Contienen vitaminas,
minerales y oligoelementos, que son sustancias reguladoras imprescindibles para
que se puedan producir todas las reacciones químicas de nuestro cuerpo y para
la correcta absorción de los nutrientes. Dan vigor, mejoran la vida sexual y
retrasan el envejecimiento. Son la máxima fuente de proteínas, aminoácidos,
enzimas, vitaminas y minerales que tenemos a la mano y debemos aprovechar. Son
alimento vivo, ya que al ingerirlos estamos incorporando a nuestro organismo la
energía vital de la semilla que acaba de despertar.
Al añadir los
germinados a nuestra alimentación, aunque sea en poca cantidad, podemos
conciliar mejor el modo actual de vida con el mantenimiento de una buena salud.
La alimentación moderna suele carecer de alimentos vivos. Muchos de los
productos que consumimos proceden de países lejanos y con el fin de que tengan
buen aspecto en los supermercados, sufren tratamientos de conservación que destrozan
su vitalidad. Hasta las frutas frescas son recogidas antes de estar maduras lo
que implica una gran pérdida de su valor nutritivo.
El Cultivo de Germinados nos Permite:
- Asegurarnos que nuestros alimentos estén libres de pesticidas e insecticidas.
- Se evita el transporte.
- Se pueden cultivar en casa con mínimo esfuerzo.
- Están llenos de energía.
- Son ricos en vitaminas y otras sustancias biológicas esenciales para nuestra salud.
- Son digeridos y asimilados fácilmente por el organismo.
Las semillas que se
requieren para germinar deben estar vivas, no sirven semillas irradiadas o
sometidas a procesos físicos o químicos que alteren su estructura vital.
Propiedades de las Semillas Germinadas:
SÉSAMO: Es revitalizante y una fuente natural de calcio. Disminuye el
colesterol. Ideal para embarazadas y para combatir la osteoporosis.
LINO: Es multivitamínico, antidepresivo, y reduce el colesterol. Contiene
Omega 3 y 6 y gran cantidad de vitaminas especialmente del grupo B.
QUÍNOA: Rica en hierro, potasio, vitaminas del grupo B. Proporciona gran
cantidad de proteínas vegetales.
RÚCULA: Muy rica en vitaminas A y C. Minerales: Calcio. Hierro, fósforo y
magnesio. Abre el apetito, diurética, regenerativa y fortalece el sistema
inmunitario.
TRIGO SARRACENO: Vitaminas E, F, K, B. Minerales: fósforo, magnesio, calcio y
potasio. Rico en proteínas e hidratos de carbono. Desinfectante. Abre el
apetito, regula el colesterol. Especialmente indicado para las anemias y el
cansancio psíquico.
GIRASOL: Posee vitamina D y del grupo B, es fuente de proteínas y omega 6.
Antidepresiva y calmante. Aporta gran cantidad de hierro.
CALABAZA: Fuente de vitaminas del grupo B, rica en fósforo, hierro y calcio.
FENOGRECO: Es revitalizante y ayuda a regenerar los tejidos. Ayuda a
reducir la glucosa en sangre. Beneficial al hígado y favorecen las funciones
digestivas.
JUDÍA MUNGO: Es muy rico en proteínas y vitaminas. Rica en
magnesio, vitaminas del grupo B, hierro y fósforo.
GUISANTE: Vitaminas A, B1, B2, PP, D, no contiene prácticamente grasas. Minerales
como: potasio, fósforo, calcio, hierro. Estimula el sistema inmunitario.
MOSTAZA: Vitaminas A, B, C. Minerales, calcio, hierro, fósforo. Ayuda en procesos
febriles, resfriados, dolores musculares, además de limpiar la sangre.
RÁBANO DAIKON: Contiene una gran concentración de vitaminas A, B1, B2, C,
PP. Minerales: hierro, potasio, calcio, magnesio, sodio y fósforo. Antiséptico,
fortalecedor de la musculatura, ayuda a la secreción de los jugos gástricos y
fortalece el sistema inmunitario.
ALFALFA: Contiene vitaminas A, B, C, y K, calcio magnesio, potasio, hierro,
selenio, zinc y los aminoácidos más importantes. Es remineralizante, combate la
fatiga y la debilidad.
GARBANZOS: Son ricos en carbohidratos, fibra, calcio, proteínas,
magnesio, potasio y vitaminas A y C.
LENTEJAS: Retrasan el envejecimiento y son ricas en proteínas, hierro y
vitamina C.
TRIGO: Rico en hidratos de carbono, proteínas, vitaminas: C, E. B, B17, minerales:
calcio, magnesio, fósforo, potasio y sodio. Energético. Ayuda a que pelo y uñas
sean muy elásticos, estén más sanos y los regenera.
ALBAHACA: En la antigua Grecia la llamaban “hierba de los reyes”. Muy rica en
vitaminas A y B1. Energética. Favorece la digestión.
AZUQUI: Muy rica en proteínas, hierro, calcio, potasio, magnesio, fósforo y
vitaminas: B1, B2, B3, D, C y minerales.
BERRO: Muy rica en vitaminas A, B1, B2, B3, D, C y minerales. Especialmente
indicada para limpiezas intestinales y remineralizaciones. Indicada en procesos
anémicos, bronquitis, reumatismos, procesos anti nicotina.
BROCOLI: Vitaminas: A, B, C, E. Minerales: Potasio, calcio, yodo, magnesio y
azufre entre otros. Protege la flora intestinal, aumenta las defensas.
CEBOLLA: Vitaminas A, B, C. Rica en aminoácidos, enzimas y minerales como calcio,
potasio, fósforo, azufre, antiséptica, antibiótica y diurética. Ayuda a limpiar
nuestro organismo.
Tiempos Aproximados de Germinación:
¿Cómo Comer Germinados?
- Se pueden comer solos.
- En ensaladas, pizzas, pasta, salsas o tostadas.
- Como decoración de platos o canapés.
- En arroz, mijo o trigo bulgur.
- En tartas, sándwiches o licuados.
- Se pueden deshidratar para hacer harinas y con ellas pan esenio, galletas o crackers.
- Podemos hacer brotes.
- Se pueden fermentar.
Una vez cosechada la semilla, se deben conservar en frío. Es importante que se guarden secos y
limpios para evitar así una posible descomposición. Los brotes continúan
creciendo en el frigorífico y mantienen sus propiedades durante una semana o
más. Es preferible sin embargo, hacer cantidades frecuentes de germinados,
porque tienden a enranciarse si se guardan mucho tiempo. Puesto que al volverse
rancios se crean productos químicos peligrosos, se recomienda hacer el esfuerzo
de mantenerlos frescos para la dieta.
Los germinados son
mejores si se comen crudos, porque la cocción siempre destruye una gran parte
de su contenido nutricional. El brote entero puede comerse, incluyendo las
raíces y las hojas.
¿Por qué Comer Germinados?
- Son alimentos vivos y frescos, con grandes cantidades de enzimas, minerales, oligoelementos y vitaminas.
- Limpian, depuran y enjuagan el organismo.
- Nutren y Desintoxican, razón más que suficiente para que su consumo sea recomendado sobre todo en la ciudad o zonas contaminadas.
- Se digieren muy bien (son alimentos pre-digeridos) y son un alimento perfecto para paliar todas las deficiencias alimentarias.
- Son fáciles de preparar, no requieren mucho espacio y son una forma deliciosa de introducir y fomentar el consumo de alimentos vivos en nuestra dieta.
¿Te Atreves a Germinar?
FUENTES:
La nutrición en la Nueva era. Viktoras Kulvinskas. Mandala
Ediciones, 1992.
Brotes y germinados caseros. Dr. Soleil. Ediciones Obelisco,
2003.
Alimentación Consciente. Gabriel Cousens. Epidauro, 2011.
La comida con vida. Beberley Pugh.
Germinados. Superalimentos de la cuisine viva. Vivir
Divinamente.
Alimentación vitalizante. Néstor palmetti. Argentina, 2011.
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