Todos los mamíferos
excretan toxinas a través de su leche. Estas incluyen pesticidas,
antibióticos, productos químicos, hormonas e incluso leucocitos procedentes de
las mastitis (pus). También podemos encontrar en la leche de vaca virus y bacterias (o al menos las toxinas por ellos
producidas) de enfermedades frecuentes en el ganado, (leucemia, tuberculosis e inmunodeficiencia).
Además de estos tóxicos
“naturales”, la industria láctea
añade otros como la vitamina D sintética
que en sobredosis es tóxica y otra vitaminas, o los múltiples aditivos autorizados,
minerales, semillas, frutas, proteínas, plantas, ácidos grasos que en
algunos casos son de animales distintos a la vaca…
Dentro de las explotaciones agropecuarias, el uso y abuso de sustancias biosólidas, fertilizantes, estiércol de ganado,
agroquímicos y la irrigación con aguas contaminadas son algunos ejemplos de
actividades que contaminan el ambiente y específicamente los suelos agrícolas y de pastoreo. La ubicación geográfica de las granjas, las
diferentes prácticas de manejo y alimentación, así como la raza, el número de
partos y el período de lactancia son factores que determinan la presencia de
contaminantes en la leche de vaca.
Vamos a especificar más y mejor cuales son estos tóxicos que más comúnmente podemos
encontrar en este alimento tan consumido:
Pesticidas y
fertilizantes: Acaricidas, nematicidas, fungicidas,
rodenticidas y herbicidas, compuestos químicos –DDt, dieldrín, lindano,
metoxiclor, malation, aldrín… son usados para incrementar las cosechas o
para conservarlas. Estas cosechas sirven de alimento al ganado vacuno que excreta todos estos tóxicos a través de su leche. La mayoría de estos compuestos
pueden ocasionar cáncer. El grupo de
Investigación en Medio Ambiente y Salud
y del servicio de Toxicología Clínica y analítica de la Universidad de Las
Palmas De Gran Canaria confirmó la presencia de pesticidas en la leche vacuna, tanto
convencional como ecológica. Se trata en concreto de pesticidas organoclorados y bifenilos
policlorados.
En el caso de la leche
analizada se detectaron más de 20
pesticidas organoclorados, que tienen características carcinogénicas e inductoras de obesidad, y que pueden producir
alteraciones en el sistema endocrino.
Estos eran más comunes en las leches
convencionales. En cuanto a los bifenilos
policlorados, más comunes en las leches
ecológicas, los científicos advierten de que tienen una capacidad tóxica similar a la de las dioxinas y pueden afectar al sistema inmunitario y a las hormonas e
incluso provocar cáncer.
Detergentes y
desinfectantes: Formol, ácido bórico, ácido benzoico, sales alcalinas,
bicromato potásico…Todas
estas sustancias se emplean en la limpieza y desinfección del material que se
pone en contacto con la leche y su
uso está justificado, ya que el agua
no puede destruir todas las bacterias que
proliferan en los centros lecheros y
que pueden pasar a la leche.
Metales y plásticos: Se
ha llegado a detectar hierro, cobre, plomo, cadmio, zinc… o sus aleaciones
en la leche de vaca.
Son los materiales de los que están hechos todos los útiles necesarios para la producción de la leche. El material
utilizado en la explotación ganadera para almacenar, obtener y conducir la leche puede contaminarla. El consumo de leche que contenga metales
contaminantes por encima de los permitidos, puede favorecer la pérdida del
apetito, cuadros de anemia, un crecimiento retardado o la disminución de los
índices productivos o reproductivos, alteraciones en el sistema inmunitario y en
algunos casos alteraciones mutagénicas, carcinogénicas, teratogénicas y
abortos. (Estudio realizado por la Universidad de León).
Micotoxinas: Procedentes
del alimento que se da a las vacas cuando éste está contaminado por mohos,
especialmente por el aspergillus flavus.
Dioxinas: La leche
de vaca es una de las sustancias que contienen más dioxinas. Contrario a lo que se creía, las dioxinas en la leche y en los quesos nos exponen al riesgo
de contraer cáncer. Durante el
verano de 1999 la industria de la leche en Bruselas cerró
por un mes debido a que la leche
contenía 100 veces más altos los
niveles recomendados de dioxinas. La
exposición a dioxinas está
relacionada con el cáncer de pulmón y
los linfomas, la diabetes, los problemas de desarrollo del niño y diversos
desarreglos del sistema inmune.
Antibióticos y otros
fármacos: La leche extraída de vacas tratadas con antibióticos y
otros fármacos para la prevención de las enfermedades infecciosas y
parasitarias puede estar contaminada, especialmente cuando el uso de estos
fármacos es continuado. Esto ha contribuido a que determinas cepas de gérmenes patógenos se hayan hecho resistentes y al pasar a
los humanos a través de la leche
comercial se hace difícil dejarlas inactivas con antibióticos. Los gérmenes
se hacen resistentes cuando el consumo de antibióticos y fármacos es tan grande. Además nos medicamos sin
saberlo y nuestra flora intestinal se queda muy dañada.
En una investigación realizada en la universidad de Jaén se encontraron también fármacos antiinflamatorios, ácido
niflúmico, ácidomefenámico y ketoprofeno, de uso común como analgésicos tanto
en personas como animales.
Hormonas sintéticas: Son
usadas para activar los embarazos en las vacas y para incrementar la producción
de leche. Estas hormonas presentes en los lácteos de consumo, ingresan en nuestro
organismo y se mimetizan con nuestros
mensajeros hormonales, alterando
nuestro equilibrio endocrino. Además
estimulan la producción de IGF1, hormona
relacionada con el desarrollo de cáncer
de mama y próstata.
Exceso de vitamina D: Su
presencia en la leche vacuna es 20 veces más alta que en la leche materna. Los excesos de esta vitamina son muy perjudiciales: depresión inmunológica, elevados niveles de
calcio, fósforo en sangre y orina, mayor absorción de aluminio en el organismo,
estimulación de la reactiva enzima XO y de los problemas cardiovasculares.
FUENTES:
“Don´t drink your milk”
Frank O. Oski. Ed Teach. N.Y. 1982.
“Milk, the deadly
poison” Robert Cohen. Ed Argus Publishing. N. Y. 1998.
“El equilibrio a través
de la alimentación” Olga Cuevas. 9ª Edición, enero de 2010.
“El Mito de las
Carencias” Néstor Palmetti. 2ª Edición, diciembre de 2011.
“Nutrición vitalizante”
Néstor Palmetti. 7ª edición, diciembre de 2012.
“Leche que no has
de beber” David Román. 1ª edición en 2010.
“Tu vida en tus
Manos” Jane Plant. RBA libros, S.A. 2001.
“Lácteos y trigo”
Néstor Palmetti. Abril 2013.
“Grasas saludables”
Néstor Palmetti. Septiembre 2011.
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