INTRODUCCIÓN:
Existen innumerables
estudios que demuestran que tenemos problemas de salud relacionados con los
utensilios que habitualmente forman parte de nuestras cocinas, ya que estos utensilios están
habitualmente fabricados con metales
tóxicos tales como el aluminio,
plomo o teflón, hierro colado con plomo... A los metales deberíamos añadir el
plástico o los productos sintéticos en general y nuestros alimentos son cocinados, comidos,
procesados o conservados en ellos. Existen opciones saludables, como veremos a continuación, pero la opción
más saludable de todas es, sin duda,
cocinar a fuego lento, en caso de
hacerlo, en utensilios que no dejen residuos
de metales pesados o mejor aún NO Cocinar
y dar prioridad al Alimento Vivo.
Además de consumir
alimentos orgánicos, también es muy importante que nos preocupemos de cómo los cocinamos, los cubiertos que utilizamos y cómo los
almacenamos. Otra cuestión es que no todos los materiales que normalmente utilizamos
son inocuos. Estos consejos no son solo para personas con alergias, intolerancias o Sensibilidad Química Múltiple (SQM), sino que son
para todas las personas interesadas en llevar una vida más saludable y sin tóxicos, ya que estos materiales nos
afectan a todos.
No obstante vamos a hacer una relación de estos materiales,
para que sean conocidos y cualquiera pueda elegir libremente lo que entra en su
cocina.
METALES TÓXICOS
Los minerales tóxicos,
son aquellos que por pasar los niveles que requiere nuestro cuerpo u organismo
en la ingestión o inhalación ya sea por vía respiratoria o por la piel, nos
intoxican porque se acumulan, al no tener un factor biológico que nos ayude a
eliminarlos.
ALUMINIO
Actualmente en los
comercios ya no se venden cacerolas de aluminio. Esta medida fue tomada hace años
cuando se constató que los recipientes
de aluminio pueden emitir partículas
a la comida, eso no evita, sin embargo, que en muchos lugares donde se
sirve comida a grupos grandes se
sigan utilizando cacerolas de este
material. Tasas elevadas de aluminio han
sido relacionadas con pérdida de
memoria, senilidad precoz y Alzheimer, aunque no haya sido identificado
como causa directa del mismo. El aluminio
en la enfermedad de Alzheimer
crea una condición que da como resultado que los iones de aluminio reemplazan a iones de hierro, acumulándose en la célula, lo que empeora la demencia
ya existente. Algunos investigadores creen que el zinc puede promover la formación de placas de amiloides. En un experimento, este proceso se aceleró
cuando el zinc fue combinado con silicato de aluminio. El metabolismo anormal del zinc también ha
sido encontrado en pacientes de
Alzheimer.
Otros problemas relacionados con el aluminio son: Irritación
gastrointestinal, Bloqueo en la absorción del fósforo, psoriasis, fibrosis,
sensibilidad, estreñimiento, Inhibición de la absorción del hierro y algunas
vitaminas. Ciertamente el aluminio
puede crear daños degenerativos en
muchos casos irreversibles y siempre que se utiliza en utensilios de cocina, aunque simplemente sean los cubiertos elaborados con este metal, se
desprenden partículas imperceptibles a simple vista que son muy nocivas para nuestra salud. Sólo el aluminio anodizado ha
recibido un tratamiento especial que lo protege de la corrosión y lo sella (este material es de diferente color en interior y
exterior) con lo que no se incorpora aluminio
a los alimentos que contiene.
Se trata de un buen
conductor del calor y un metal ligero, de modo que habitualmente forma parte de base de sartenes y de menaje o de los fondos
difusores. No presenta ningún problema cuando está sellado por materiales inocuos.
Las fuentes más comunes de contaminación con aluminio son:
- Utensilios de cocina a base de aluminio.
- Alimentos procesados (contaminados con aluminio).
Qué Podemos Hacer:
- No cocinar en “papillotte” con papel de aluminio.
- No envuelvas la paella en aluminio. Usa papel encerado, un trapo o una tapa.
- Evitar meter en el horno comida precocinada congelada en recipiente de aluminio. Cambiarlo previamente a un recipiente de cristal.
- No utilizar aluminio para envolver comida. Envolver los bocadillos en papel.
- Leer las etiquetas para evitar los desodorantes y las pastas de dientes que contengan aluminio.
- No usar medicamentos antiácidos.
- No fumar.
PLOMO
El plomo, es otro de
los metales tóxicos,
que no tiene función biológica en ningún
sistema enzimático pero desbloquea el calcio, es decir, lo desplaza de los órganos donde se encuentra tales como los
huesos y dientes. A su vez altera las enzimas
del calcio y el magnesio.
Los esmaltados
tradicionales y los barnices de cazuelas metálicas o de barro pueden contener
plomo u otros metales pesados. Además, si el esmaltado se desgasta o se deteriora por un golpe, el alimento
queda expuesto al material que hay en la base. El doctor Héctor Lamadrid, investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), explica
cómo sucede esto:
“El plomo contenido en
el esmalte de una cazuela se libera poco a poco, de manera constante e
imperceptible, al guisar y/o conservar comida en ella”.
Es importante, por tanto, que nos informemos de que nuestras cazuelas no contienen plomo.
Por otro lado el barnizado libera plomo.
El Plomo es absorbido en el cuerpo
humano por inhalación o por ingestión,
pocas veces es absorbido a través de la piel, salvo cuando se está en contacto
con componentes orgánicos del mismo. Cocinar
alimentos en ollas de barro que contengan barniz,
será causa de liberación de plomo.
El recubrimiento brillante, que utilizan aún la mayoría de
los alfareros para evitar que se trasminen los líquidos, contiene plomo, lo que convierte a los utensilios de barro en una fuente de
contaminación por plomo. Por ello, no es recomendable reutilizar para
cocinar utensilios de tierra cocida que no se hayan elaborado expresamente para
cocinar, -como algunos souvenirs-,
e ir con precaución con los esmaltes.
No hay ninguna concentración de exposición al plomo que sea segura. Respecto a la cocción, los recipientes de barro sirven para
platos de larga cocción a baja temperatura, ya que la inercia térmica de la tierra es baja, y transmite poco a poco el
calor. Por ello, también, mantienen la comida caliente mucho más tiempo. Cuidado
también con los alimentos enlatados y antiguas canalizaciones de
agua con tuberías de plomo.
No se debería usar
ninguna vajilla de cerámica con plomo para la alimentación infantil, ya que los
niños son muy sensibles a la contaminación con este metal.
Los alimentos ácidos
como las naranjas, los tomates o las comidas que contengan vinagre hacen que se
libere más cantidad de plomo de estos recipientes.
En los líquidos
calientes como el café, el té y las sopas, se libera más plomo que en las
bebidas frías.
No utilice ningún tipo
de vajilla que tenga una capa polvorienta o gris cretácea en el barnizado
después de lavarse.
Los equipos de pruebas
pueden detectar niveles altos de plomo en los utensilios de cerámica, por eso
algunas vajillas de cerámica no deben ser usadas como contenedoras de
alimentos. Aunque los niveles sean bajos también pueden ser peligrosos.
Tasas elevadas de plomo están relacionadas con: cefaleas severas, vértigo, parálisis del
sistema locomotor, neuritis óptica, problemas mentales, irritabilidad,
problemas de conducta, dolores articulares, crisis convulsivas, comportamientos
extraños, dolor abdominal intermitente. Cuando la toxicidad es crónica se tiene problemas
gastrointestinales, pérdida del apetito, a veces estreñimiento y a veces
diarrea, sabor a metal en la boca, fatiga muscular, fatiga mental, dolores de
cabeza, insomnio, ansiedad y alteraciones del sueño.
En los niños puede
producir, hiperactividad, llanto persistente, actitud temerosa, déficit de
atención, problemas de aprendizaje y problemas para leer.
El plomo pasa al feto a
través de la sangre y por la placenta y cuando los niveles de este metal son
muy altos, el bebé a los pocos meses de nacer puede tener convulsiones lo que
también puede ocasionar problemas neurológicos.
Otros factores que hacen que se sea más propenso a la
contaminación por plomo son:
Bajos niveles de algunos nutrientes tales como:
- Calcio, fósforo, hierro, alta ingestión de proteína, bajos niveles de vitamina D, alcoholismo, enfermedades de riñón o estreñimiento.
La anemia es una de las
condiciones producida por la contaminación por plomo por éste interferir con la
síntesis de proteínas.
Los problemas más grandes son:
Daños al cerebro,
sangre, riñones, circulación, sistema digestivo y cuando la exposición a plomo
se ha producido de 7 a 50 años, daños a los cromosomas.
Las fuentes más comunes de contaminación con plomo son:
- Utensilios de cocina a base de plomo, barro barnizado y esmaltes.
Qué Podemos Hacer:
- Cocinar en utensilios saludables.
- Usar tintes y cosméticos ecológicos.
- Usar pinturas ecológicas.
- No usar insecticidas ni fertilizantes.
- No fumar.
HIERRO
El hierro no es un buen
conductor de calor,
por lo que cocinar en utensilios de
hierro requiere mayor consumo
energético que con el resto de materiales, los fabricantes suelen añadir plomo al hierro de estos
utensilios para mejorar la conducción. Además el hierro colado pesa mucho, sin embargo es otra opción tradicional
que proporciona un calor uniforme.
Las sartenes y ollas de hierro son
muy duraderas, sirven para la placa de
cocina y el horno, y aunque habitualmente no llevan recubrimientos antiadherentes, la
comida no se pegará mientras se trate con aceite el recipiente antes de su primer uso, según las
instrucciones del fabricante, y se les vaya aplicando aceite periódicamente.
Hay recipientes de hierro esmaltados en el
exterior para un acabado más decorativo. Alguna de sus desventajas puede ser el
peso, las precauciones a tener para que no se oxide, -como secarlo inmediatamente tras aclararlo-, y la controversia
sobre la posible incorporación de hierro
a la comida, aunque algunos lo ven, en todo caso, como un suplemento de hierro a la dieta y
durante generaciones se ha utilizado sin efectos
tóxicos. En principio sería más adecuado para saltear o freír, o para
hornear pan, pero no tanto para sopas
o salsas ácidas. Y tiene el problema añadido de los cuidados que necesita
para evitar la oxidación.
Volviendo a la posible incorporación de hierro en la dieta, se trata de un tema controvertido y no hay
consenso acerca de su absorción o de que el
hierro que pueda absorberse sea realmente fisiológico. Pero lo más importante en caso de decidir comprar utensilios de hierro colado es que el
fabricante pueda certificar que no
contienen plomo. Por lo demás, el
hierro solo como material no debería dar ningún problema.
ACERO INOXIDABLE
El acero inoxidable es
una aleación de hierro con carbono, a la que se
añaden metales pesados en diferentes proporciones para obtener
distintas características. El conocido acero
18/10 de las baterías de cocina o cuberterías significa que en su
composición contiene 18 partes de níquel
y 10 de cromo.
Si el utensilio está en buen estado las cantidades de
estos metales que pueden pasar a la
comida son ínfimas e inocuas. La
utilización de materiales abrasivos
a la hora de limpiarlos puede favorecer la liberación de pequeños trozos a la
comida por lo que es recomendable evitar esta práctica.
Los utensilios de acero
inoxidable son de
bajo costo y se pueden usar en calor alto. Además tienen una superficie sólida
que no se desgasta fácilmente con fondos
de cobre o aluminio para el calentamiento uniforme.
Los problemas de salud
a raíz del acero inoxidable son infrecuentes ya que es un material bastante estable en contacto con los alimentos, pero libera pequeñas
cantidades de estos metales pesados a la
comida, por lo que no deben utilizarlo por ejemplo personas
con alergia a alguno de estos metales.
El más aconsejable es el acero quirúrgico (T-304) ya que no es poroso, aunque siempre
hay que tener cuidado con las ralladuras
y deterioros de la superficie.
El acero japonés
utilizado por ejemplo en cuchillos japoneses, es una aleación de extraordinaria calidad, más ligero
y de mayor dureza y que además no contiene cromo
ni níquel.
COBRE
Las ollas de cobre son
populares debido a su calentamiento uniforme; sin embargo, las grandes cantidades de cobre de utensilios sin recubrimiento
pueden causar náuseas, vómitos y
diarrea.
Algunas sartenes de
cobre y latón están cubiertas con otro metal, por ejemplo el aluminio,
para evitar que el alimento entre en contacto con el cobre. Con el tiempo,
estos revestimientos pueden romperse y permitir que el cobre se disuelva en el alimento. El cobre es el mejor metal conductor del calor, seguido por el aluminio, y suelen formar parte de los fondos difusores de ollas y cazuelas,
pero no deben estar en contacto con los alimentos.
Los utensilios de cobre más viejos
pueden tener revestimientos de estaño o
níquel y no se deben usar para cocinar. Siempre pueden usarse para decorar.
En el caso de utilizar utensilios de
hierro, aluminio o cobre al menos hay que tener muy en
cuenta que no entren en contacto con
sustancias ácidas (vinagre, limón, frutas, tomates…) ya que la
reacción química que se produce aumenta considerablemente los niveles de intoxicación por estos metales.
LA IMPORTANCIA DE LOS
METALES QUE ELEGIMOS PARA COCINAR
A parte de las propiedades
específicas de cada metal, debemos tener en cuenta otro aspecto siempre
olvidado: Los metales al ser conductores
atrapan la energía de los alimentos.
Ya que los alimentos
no son estrictamente quemados para obtener kilocalorías,
es decir energía en bruto, sino
que tienen distintas propiedades
eléctricas y magnéticas dependiendo de su composición macromolecular, los metales, en los que son cocinados o
con los que son tratados, les afectan.
Un buen conductor
posee cargas libres que responden rápidamente a la aplicación de un campo
eléctrico. Así,
cuando se coloca una muestra metálica
en el interior de un campo eléctrico,
las cargas móviles se reorganizan en
un tiempo del orden de 10-12 s,
hasta que adoptan una configuración que anula el campo neto en el interior del
material, es decir, el metal anula la
energía electromagnética de los alimentos que estás cocinando, así de
simple. Y esa energía es tan
importante o más para nuestro organismo
que la propia energía calorífica que
se obtiene en el metabolismo de los
mismos.
Una
razón más para DESCOCINAR.
FUENTES:
Joaquín Velázquez
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Ex-presidente Asociación de Naturópatas de P.R 18 de enero de 2005 Michael
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Teflón: Only by Dupont –
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Plástico, aluminio y
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Materiales tóxicos en
nuestros hogares (pdf).
Joaquín Velázquez
Álvarez, NMD, AMD, CPG, NL. Catedrático Universidad Interamericana de
P.R. Ex-presidente Asociación de Naturópatas de P.R 18 de enero de 2005 Michael
Hawthorne Chicago Tribune.
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