Las Patatas forman parte de la familia de las solanáceas, que se caracterizan porque producen solanina, entre otros alcaloides. La solanina es producida por la planta para proteger al tubérculo de la luz y son manchitas de color
verde fácilmente visibles. El color
verde es clorofila y se recomienda desechar la patata entera cuando observamos alguna mancha, al igual que cuando empiezan a salir los brotes.
La Solanina proporciona a la patata
un sabor amargo y es tóxica en altas
concentraciones. Puede producir: palpitaciones,
vómitos, diarreas, boca seca y sed e incluso delirio, alucinaciones y
parálisis. La dosis mortal de
solanina para un adulto medio es de 3
a 6 miligramos por kg de peso corporal.
¿Pero qué dosis de solanina hay en una
patata? las patatas que han sido
expuestas a la luz y han empezado
a ponerse verdes pueden mostrar
concentraciones de 1 mg/g o mayores.
En estos casos una única patata sin
pelar, puede contener una dosis
peligrosa de solanina.
Esto explica el hecho
de que las patatas deban conservarse
en lugares secos y sombríos. Las patatas más sucias y conservadas en un lugar oscuro son más saludables que
las que se venden en bolsas
transparentes, ya que una exposición a la luz a 16ºC durante 24 horas,
cuadruplica el contenido de solanina.
Al pelar la patata se pierde entre el 30 y el 85 % del
alcaloide, también
se pierde más, al ser frita, que hervida o al vapor.
La patata es un alimento muy habitual en nuestra dieta. Lo mejor para nuestra salud es elegir las que salen nuevas
en cada temporada, con buen aspecto y sin
manchas de solanina en la piel.
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