Las Hojas Verdes son vitales para todos los seres
vivos de nuestro planeta, apenas son tenidas en cuenta porque para casi todo el
mundo occidental, lo verde no es un alimento de verdad, de hecho, tiramos las
hojas de las zanahorias, las remolachas, los nabos o los rabanitos porque
pensamos que no son comestibles, aunque superen en nutrientes a las raíces;
pero así estamos educados. No obstante, las
hojas contienen todos los minerales esenciales, vitaminas e incluso aminoácidos
que necesitamos los seres humanos para mantenernos saludables, nos aportan clorofila y son un alimento muy depurativo;
estas son algunas de sus virtudes, no olvidemos que han formado parte de la
dieta de los humanos durante miles de años.
Las cosas empezaron
a cambiar hace unos 180 años. A partir
de la revolución industrial se inventaron los procesados de alimentos y
empezamos a adoptar, de buena gana, formas de comer más progresista y más
baratas, enlatados, refinados, congelados… Todo esto redujo el consumo de
alimentos crudos e integrales, en especial las verduras de hoja.
Nosotros
pertenecemos aproximadamente a la séptima generación de personas que se han
alimentado a base de productos procesados. Azúcar
blanca, harinas blancas, aditivos artificiales y muchos otros componentes
de los productos procesados, han favorecido el grado de deficiencia nutricional
y toxicidad que se aprecia en la sociedad moderna. No consumir verduras de hoja
ha sido una elección que nos ha costado cara, puesto que estas mejoran la
homeostasis y las secreciones gástricas, nos aportan aminoácidos libres de
fácil obtención, fibra insoluble, que facilita la eliminación de toxinas, Omega
3 y todos los minerales y vitaminas necesarios.
También nos
aportan celulosa, que dificulta que
nuestro sistema digestivo pueda descomponer las verduras adecuadamente, por lo
que tenemos que licuarlas antes de llegar al tracto digestivo. Esto lo podemos
hacer masticándolas o con una secreción saludable de ácido gástrico, pero hoy,
son pocas las personas que podemos hacer este proceso en su totalidad ya que no
presentamos niveles normales de ácido
clorhídrico en nuestro estómago, porque carecemos de varios minerales, en
especial de zinc. Así que la
solución es consumirlas en batidos.
No sucede lo
mismo con la fruta que no suele tener alcaloides y no es necesario que la
variemos con tanta frecuencia. La naturaleza las hace apetecibles en olor y
sabor para que las comamos y esparzamos las semillas, así que podemos repetir
cuanto queramos.
Pero hablamos de los Smoothies o batidos verdes. ¿Qué
son? ¿Qué nos aportan?
Un batido no es un zumo o un licuado. Es el resultado de la mezcla
de verduras de hoja verde con fruta, en la combinación y proporciones que
deseemos, sin retirar la pulpa ni nada de su fibra.
No hablamos de
hortalizas, sino de hojas verdes. Incluir las verduras de hoja en la misma
categoría que las hortalizas nos ha confundido siempre, pensamos que son lo
mismo, incluso las cocinamos de la misma manera. Pero no es lo mismo cocinar
una hoja que una flor o un fruto como la alcachofa. Cierto es que todo se puede
comer crudo y que cuando te acostumbras, disfrutas de los sabores, pero la
combinación de la alcachofa con fruta dulce para un batido, no resulta nada
atractiva y sin embargo combinar melocotón con espinacas da lugar a un batido delicioso y muy nutritivo.
También es
importante saber que, aunque los licuados
son también muy nutritivos y requieren más cantidad de verdura, se oxidan más
que los batidos y si utilizamos la fruta, al retirar la fibra, el azúcar se
concentra más. Los batidos mantienen los vegetales y las frutas con muy poco
grado de oxidación y si los envasamos bien podemos beberlos a lo largo del día.
Es importante
tener en cuenta la alternancia de diferentes hojas para nuestros batidos, ya
que, como las hojas verdes son la parte más nutritiva de la planta y los seres
vivos tenemos inclinación a comerlas, la planta ha desarrollado los alcaloides para protegerse y que su
prole no se extinga por completo. Están en pequeñas cantidades y si bien los alcaloides resultan venenosos, en pequeñas dosis no hacen daño e incluso fortalecen nuestro sistema inmunológico,
de hecho, en este principio se basa la homeopatía.
Puedes
alternar diferentes hojas verdes e ir probando con frutas distintas para
experimentar con los sabores y descubrir las mezclas que para ti son más apetecibles.
Estas son algunas de las hojas que podemos utilizar en
los batidos:
Acelga, apio,
aloe, canónigo, col, col china, col verde, endivia, escarola, espinaca,
germinado de trigo, Hojas de calabaza o calabacín, Hojas de nabo, hojas de
parra, hojas de pepino, hojas de rabanito, hojas de remolacha, hojas de
zanahoria, todos los tipos de lechugas, mizuma, mostaza parda, achicoria y
rúcula.
Entre las plantas silvestres comestibles se encuentran, la acedera, el cenizo, el
diente de león, flores y hojas de margarita, flores y hojas de rosa, fresa
silvestre, lechuga de minero, malva, mostaza silvestre, ortiga, perejil
silvestre, rabanito silvestre, trébol, verdolaga y violeta silvestre. Es
importante tener en cuenta que dentro de las plantas silvestres hay muchas que
no son comestibles, así que debemos tener precaución cuando las recolectemos.
Entre las hierbas encontramos, albahaca, bergamota, cilantro,
eneldo, hierbabuena, hinojo, hojas de
menta, perejil y stevia.
Podemos incluir brotes, aunque debemos saber que los brotes
tienen más alcaloides entre el tercero y el sexto día de vida y que conviene
alternarlos ya que, nos aportan una dosis más alta de vitaminas del grupo B y
muchas más vitaminas que la planta desarrollada. Los brotes más comunes son: de,
alfalfa, brócoli, fenogreco, girasol, lechuga de trigo sarraceno, rábano,
trébol o guisante…
Puedes utilizar también alguna hierbas medicinales de temporada aunque en
pequeñas cantidades ya que tienen más cantidad de alcaloides.
En cuanto a las frutas, todas las variedades son
aceptables, excepto el melón y la sandía que se aprovechan mejor solas.
En Resumen:
- Prepara el batido y si te apetece haz uno bien grande para beber a lo largo del día. Se conserva perfectamente en el frigorífico. No lo metas nunca en el congelador.
- Bebe el batido lentamente para mezclarlo con la saliva. Así se absorbe mejor.
- Preferiblemente no añadas a los batidos nada más que verduras de hoja, fruta y agua.
- Bebe el batido solo, no como parte de una comida.
- No añadas a tus batidos hortalizas con almidón, zanahoria, remolacha, brócoli, calabacines, calabaza, coles de Bruselas, judías, judías verdes, coliflor…
- No prepares los batidos con demasiados ingredientes.
- Haz batidos sabrosos para que tus papilas gustativas aprendan a disfrutarlos.
- Varía la hoja verde que utilizas en cada batido.
- Escoge productos ecológicos y de temporada.
- Usa fruta madura y de reciente recogida.
Recetas Tipo:
Un mango.
Una taza de
col rizada.
Una taza de
agua.
Media papaya.
Una taza de
espinacas.
Agua.
Un manojo de
perejil fresco.
Un pepino
pelado.
Dos manzanas.
Una taza de
agua.
Un manojo de
hojas de diente de león.
Dos peras.
Una taza de
agua.
Estas
recetas sirven para empezar a tomar
batidos. En la medida en que te vayas acostumbrando a los sabores de los
vegetales, irás reduciendo la cantidad de fruta sin darte cuenta. Pero no lo
olvides, prepara licuados que te gusten y disfruta de sus beneficios, así no
dejarás de tomarlos.
FUENTES:
Smoothie. La Revolución Verde. Victoria Boutenko. Gaia
Ediciones, 2013.
La Revolución Verde. Victoria Boutenko. Gaia
Ediciones, 2012.
La Comida con Vida. Beberley Pugh. 2012.
Nutrición Vitalizante. Néstor Palmetti. Argentina,
2012.
101 Recetas Crudiveganas. Ana moreno. Mundo
Vegetariano Ediciones. 2012.
Heal Yourself 101. Markus Rothkranz.
Excelente la info! Gracias por.compartir la.fuentes. abrazo!
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