
¡Qué rico un
zumo de naranja por la mañanas y qué sano! Sí, pero son creencias, porque un zumo de naranja no deja de ser un zumo de frutas, natural, eso sí, y
aunque, ciertamente, está muy bueno, ni es tan sano, ni nos aporta mucha más vitamina C que otros alimentos. Tampoco
es mejor ni peor para nuestro sistema inmune. Esto, simplemente, creemos que es
así.
Vitamina C podemos encontrar, también,
en frutas como la acerola (riquísima en esta vitamina), los arándanos, las bayas
de espino amarillo, la chirimoya, las fresas, las frambuesas, la
grosella, el kiwi, las mandarinas, las manzanas, el melón, el pomelo, la
papaya, la pera, la piña o las uvas, y en hortalizas como el berro, el boniato,
el brécol y las cebollas, las coles de Bruselas, la coliflor, la col rizada, col
lombarda, colinabo, guisantes, hinojo y judías verdes, en el puerro, los nabos,
el repollo y en frutos secos como las nueces. Cómo veis hay un gran surtido,
pero sirve de poco tomar mucha vitamina C
si con nuestros hábitos se destruye la misma o más vitamina C que tomamos.

Realmente damos bastante importancia a acumular mucha vitamina C en nuestro cuerpo, la suplementamos
y buscamos alimentos ricos en ella, sin tener en cuenta los factores que favorecen
su deficiencia. Suplementar sin cambiar de hábitos no nos aporta nada, porque
no hay equilibrio y casi siempre nos constiparemos, aunque busquemos lo
contrario. Es bueno saber que nos
estamos autoengañando.
Si tomamos un zumo
de naranja por las mañanas y
fumamos, tenemos que tener claro que cada cigarrillo destruye entre 25 y 100 mg. de vitamina C, si abusamos de la aspirina, antibióticos, cortisona, tranquilizantes,
tomamos anticonceptivos, bebemos alcohol, tenemos mucha tensión, tomamos
aceites rancios o estamos en ambientes muy contaminados, si tenemos alguna
enfermedad infecciosa, o estamos en el embarazo o la lactancia, la vitamina C de un zumo de naranja es una ayuda ínfima y sirve de poco, es necesario
cambiar de hábitos, llevar una dieta equilibrada, limpia y abundante en alimentos crudos, repletos, todos ellos,
de esta, otras vitaminas y muchos otros nutrientes.

Por otro lado, es cierto que la deficiencia de vitamina C debilita nuestro sistema
inmune, pero éste se ve favorecido, también, por un cambio en nuestros hábitos de
vida. No necesitamos tomar mucha vitamina
C, sino cambiar para fortalecernos.
Además, la mayor parte de los azúcares de la fruta son
fructosa, incluidos los de la naranja. Hemos comentado en otros
artículos que la fructosa tiene un
comportamiento muy peculiar en nuestro organismo. A diferencia de la glucosa,
ésta no estimula la secreción de insulina, pero sí, el aumento brusco de ácido úrico en el hígado, lo que
favorece también la resistencia a la
insulina.
El problema del
zumo de las mañanas es, por un lado, que lo tomamos a primera hora, cuando el
cuerpo no ha terminado su proceso nocturno de depuración y por otro, que para
ser lo primero que tomamos, es un zumo (fruta exprimida o licuada) y por tanto,
supone una ingestión muy grande de fructosa,
que va directa a la sangre y al hígado. Con este aporte, el hígado tiene que trabajar
mucho y al 100%. Todo sería más
fácil si nos comiéramos la naranja, porque a la vez que el zumo, tomaríamos su fibra, pero al retirar la pulpa y la fibra, el jugo pasa
directamente al hígado, que aumenta la generación de ácido úrico muy rápidamente.
El incremento de éste hace disminuir el óxido nítrico y como la insulina requiere de óxido
nítrico para estimular la entrada de glucosa
en las células, esta se ve impedida.
Aparte de esto, nuestro desayuno, habitualmente, no está compuesto sólo de zumo de naranja, sino de otros
alimentos que suelen añadir más azucares al organismo y, por supuesto, más
fructosa. (Muchos cereales de desayuno la tienen añadida e incluso el pan).

Como además, la ingesta de fructosa y otros azucares sigue, en abundancia y con constancia a
lo largo del día, de los días y siempre, el problema persiste y esto tiene
consecuencias serias para la salud,
ya que se genera resistencia a la
insulina, un factor clave para el desarrollo de enfermedades metabólicas: síndrome metabólico, hipertensión, diabetes
tipo 2, enfermedades neurodegenerativas, accidentes cardiovasculares, obesidad
y múltiples problemas de hígado y riñones, e incluso cáncer.
Aparte de esto, la fructosa, en una dieta tan saturada de azúcares como la nuestra, es
el principal agente productor de grasas y su efecto sobre el hígado aún puede
ser más dañino, ya que aparte del aumento de los niveles rápidos de ácido úrico, el metabolismo de la
fructosa puede conducir a un tipo de cirrosis conocida como NAFLD (Non-alcoholic fatty liver disease).
También lleva a la producción de un tipo de colesterol, llamado VLDL (Very Low Density Lipoprotein),
que como podemos leer en el artículo del
colesterol de esta blog, tiene la
peculiaridad de formar “gotitas de
grasa” muy pequeñas que se pegan con mucha facilidad a las paredes de las
arterias, lo que es el primer paso hacia la aterosclerosis.
Por otro lado, investigaciones recientes, parecen
indicar que la fructosa podría
bloquear los receptores del cerebro para la Leptina, que es la hormona natural que controla el apetito y la
saciedad.

Haz recuento,
¿Cuánta fructosa tomas al día? No hablo de fruta, la fruta con pulpa y piel es saludable,
aunque para tomar la piel es mejor que ésta sea ecológica. ¿Tomas bebidas carbonatadas? ¿Alimentos que llevan en su composición
“jarabe de glucosa” (aún con más fructosa)? ¿Jarabe de maíz de alta fructosa? ¿Mermelada?
¿Postres dulces? ¿Alimentos procesados?, ¿chuches?, ¿snacks?...
Desayunar a lo largo de la mañana y tomar la fruta sin
licuar o exprimir es una opción saludable. Lo del zumo es una moda y si el zumo es natural, vale por lo de natural,
aunque no sea la mejor opción, ni nos aporte energía para comenzar el día. Pero
es que creemos que lo bueno es un zumito, porque creemos que es fruta e incluso
tomamos zumos envasados y de producción industrial, que tienen poca fruta o
nada, nuestra ingestión de azucares se multiplica entonces, y nuestros
problemas de salud, también.

¿Qué tal si
mañana probamos con la fruta?

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