Bajo la dirección del cerebro, el
páncreas es responsable de producir una hormona conocida como insulina.
Uno de los roles
de la insulina es transportar la
molécula de azúcar, en forma de glucosa, a través de la membrana del vaso sanguíneo, al fluido
intersticial (el fluido entre las células) y
continuar escoltando al azúcar a
través de la membrana celular, hasta
el interior de la célula.
Hace unos años, exactamente en 2005, se descubrió que el páncreas no
era el único órgano productor de insulina.
El cuerpo humano es tan desconocido para nosotros, que acabamos de llegar
al conocimiento de que el cerebro
también produce insulina, en pleno siglo XXI. Esta producción es necesaria
para la supervivencia de las células
cerebrales, lo que indica que la
carencia o exceso en la producción de insulina,
puede estar relacionada con los procesos
de deterioro neuronal.
Una línea nueva de investigación sugiere que hay una poderosa
conexión entre la mala alimentación y
el riesgo tanto de enfermedad de Alzheimer,
diabetes, obesidad y cardiopatías. Como de glaucoma, a través de vías similares. De hecho, la enfermedad
de Alzheimer ha comenzado
a ser denominada "diabetes
tipo 3" por los científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Brown.
En distintos estudios se ha demostrado que las personas con diabetes tipo 2 tienen una
incidencia de Alzheimer de
casi el doble que una persona no
diabética. De hecho, las personas con altos índices de glucemia, aunque no entren en el intervalo
de la diabetes, presentan un
riesgo muy alto de desarrollar demencia
o Alzheimer. Las teorías actuales demuestran que la circulación cerebral deficiente provocada
por la diabetes es un
factor principal, así como la resistencia
a la insulina en las áreas
cerebrales relacionadas con la
memoria, la cognición, el sistema límbico y las áreas del hipocampo cortical y
precortical.
La insulina es en
realidad "multifuncional". Ayuda al consumo de glucosa por parte de las neuronas, y regula neurotransmisores, como la
acetilcolina, que son cruciales para la
memoria y el aprendizaje. Esta es la razón por la que disminuir el nivel
de insulina en el cerebro afecta a los procesos cognitivos. Cuando existe resistencia a la insulina, cualquier
tipo de célula corporal, incluidas
las neuronas, no reciben glucosa, ya que la membrana celular está cerrada al efecto
de la insulina. Otra
investigación muestra que los diabéticos
tipo 2 pierden volumen
cerebral a medida que envejecen, especialmente la sustancia gris. Este tipo de atrofia cerebral es otro factor que contribuye a la
demencia.
Investigadores hindúes, igualmente sugieren, que la diabetes puede ocurrir en el cerebro y puede ser la causa
de muchas enfermedades
neurodegenerativas incluyendo el glaucoma,
un trastorno irreversible que afecta a casi 65 millones de personas en todo el mundo y para el que no se ha
encontrado cura.
En un documento reciente, titulado “Glaucoma: La diabetes del cerebro - una hipótesis radical acerca de su
naturaleza y la patogénesis”, publicado en Medical Hypotheses..., se explora el glaucoma y las enfermedades
neurodegenerativas, y el mismo concluye que el glaucoma es “la diabetes cerebral”.
Aunque hay muchas especulaciones al respecto, cada vez está
más claro que el proceso patológico que causa resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, se puede
producir también en el cerebro.
A medida que aumenta el consumo de carbohidratos,
procedentes de azúcares y granos, el
cerebro se ve abrumado por los
niveles consistentemente altos de glucosa
e insulina, lo que conduce a un proceso parecido a la resistencia a la insulina y a alteraciones
en la forma de pensar y en los procesos de la memoria, causando, poco a poco, daño cerebral permanente.
Además, cuando el hígado está
ocupado procesando fructosa (que
el hígado convierte en grasa), se dificulta gravemente la capacidad de
producir colesterol, un producto
esencial para el cerebro y
que es crucial para la función
cerebral óptima. De hecho, las última evidencias apoyan la idea de que reducir
significativamente el consumo de fructosa,
es un paso muy importante para prevenir
la enfermedad de Alzheimer.
Si se eliminan de la
dieta los productos procesados, el azúcar blanco, la fructosa procesada,
la harina blanca, la comida basura y todos los productos que contienen OMG y
otros aditivos y se opta por una basada en alimentos vivos, que
tienen todos un gran poder curativo, se mejora considerablemente la salud a
todos los niveles.
También es aconsejable
la desintoxicación de pesticidas, herbicidas, metales pesados y radiación.
FUENTES:
Hay una cura para la
Diabetes. Dr. Gabriel Cousens. Ed. Sirio, 2014.
La diabetes. Dr. Joseph
mercola.
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