Muchos estudios han
evaluado el ayuno periódico y los
resultados son positivamente convincentes. Según Fréderic Saldmann, autor del libro “El mejor medicamento eres tú”, muy vendido en las librerías
francesas, “nuestro organismo
siempre ha sabido cómo adaptarse a la falta de alimentos, sin embargo no sabe
enfrentarse al exceso de estos”.
Vivimos en la cultura de la abundancia, que como también asegura el Dr. Gabriel Cousens es “la cultura de la muerte”. La abundancia y
los excesos de todo son enemigos de nuestra salud. Todo esto se ve agravado por la comodidad y la vida
sedentaria, que impide el gasto físico. Acumulamos calorías sin que se produzca un uso eficaz de las mismas, lo que da
lugar a toxicidad, ensuciamiento corporal, y como
resultado final la enfermedad. La enfermedad no es más que la evidencia
externa del medio tóxico en el que
se mueven nuestras células.
Durante el ayuno, el cuerpo depura y limpia a todos los
niveles, también hay
una mayor capacidad de concentración y se reflexiona más deprisa, ya que en
esos periodos de no ingerir alimentos,
se desencadena un ligero aumento de la adrenalina
y de noradrenalina, que genera un
incremento de la vigilia.
Cuando el tiempo de ayuno excede los tres días, se produce autolisis, proceso mediante el cual las células se autodestruyen, ya sea porque
están dañadas o para evitar un daño corporal mayor. Esto favorece la generación
de células nuevas y el
restablecimiento de la salud.
Los tres principales mecanismos por los que ayunar beneficia
nuestro cuerpo, aumenta
la esperanza de vida y protege de enfermedades, son:
El aumento de la sensibilidad a la insulina junto con la
eficacia energética mitocondrial. Esto conduce a evitar enfermedades que típicamente
están relacionadas con la resistencia a
la insulina y el deterioro de la energía
mitocondrial y trae consigo un retraso del envejecimiento.
Reducción del estrés oxidativo. Ayunar disminuye la acumulación de radicales libres en las células y por lo tanto evita el daño oxidativo de las proteínas celulares, lípidos y ácidos
nucleicos relacionados con el envejecimiento y las enfermedades.
Aumento de la capacidad de resistir al estrés, las
enfermedades y el envejecimiento. Ayunar induce
una respuesta al estrés celular (parecido al inducido por el ejercicio),
mediante el cual las células
sobreregulan la expresión de los genes
que aumentan la capacidad de resistir enfermedades y retrasar el envejecimiento
frente al estrés.
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