“Gracias”


“El agradecimiento es la memoria del corazón”

Lao Tsé                              

Un artículo publicado en Harvard Mental Health Letter señala que “ser agradecido” es una de las formas más simples de sentirse mejor, porque la gratitud “alimenta nuestro espíritu” y genera gratitud en los que nos rodean. “GRACIAS”, es una palabra habitual en muchas de las interacciones que mantenemos cada día, de esta forma ha ido perdiendo su significado original. A veces la pronunciamos acompañada de una sonrisa, otras, nos cuesta un poco más, pero en la mayoría de las ocasiones surge de forma automática, como una mera fórmula de cortesía. De ahí que muchos de los “GRACIAS” que decimos, estén alejados de aquello que debería inspirarlos: la gratitud.

La palabra GRATITUD se deriva de la palabra latina gratia, que significa gracia o gratitud. La GRATITUD es apreciar con agradecimiento lo que se recibe, ya sea tangible o intangible y aplicar ese sentimiento a nuestra vida, para que podamos reconocer las bondades que constantemente recibimos. Como resultado, las personas pueden conectarse con algo más grande que ellos mismos como individuos, ya sean otras personas, la naturaleza o un poder superior.


Más que otra cosa, la gratitud es una actitud, una cualidad que se cultiva con el uso, gratuita y profundamente benéfica, un sentimiento puro, profundo y poderoso. Es capaz de cambiar nuestro estado de ánimo, nuestra manera de interpretar las circunstancias y nuestra realidad. Además, también tiene el poder de cambiar las respuestas o reacciones de nuestros interlocutores, y en última instancia, de transformar nuestras relaciones. Podríamos decir que “GRACIAS” es, sin duda, una palabra mágica.

Cuando nos sentimos agradecidos, conectamos con la ABUNDANCIA en mayúsculas, porque somos capaces de valorar y apreciar todas las cosas de la vida. Lo más simple, por ejemplo el hecho de que al pulsar un interruptor se encienda la luz, o que al encender el grifo en la ducha fluya agua caliente, un sencillo gesto de cariño, una sonrisa inesperada o un instante de armonía, nos produce regocijo y gratitud. Normalmente, vivimos inmersos en  sentimientos de carencia y al no valorar o apreciar lo que la vida nos ofrece, nos sentimos decepcionados. Nos puede la expectativa y el deseo. En estos casos, el agradecimiento aparece como un antídoto que nos hace colocarnos en un lugar mucho más sano y constructivo a la hora de enfrentarnos a las experiencias de la vida.

Además, el sentimiento de agradecimiento mejora la salud. Como se señaló en un artículo publicado en “ABC News”, los estudios han demostrado que la gratitud puede producir un gran número de efectos beneficiosos en todos los sistemas del cuerpo: en los neurotransmisores del estado de ánimo (serotonina y norepinefrina) y en los neurotransmisores relacionados con el placer y la cognición (dopamina), en los sistemas inmunes e inflamatorios (citoquinas), en las hormonas de la cohesión social (oxitocina), en las hormonas del estrés (cortisol), en la presión arterial, el corazón y los ritmos EEG,  y en los niveles de azúcar en la sangre.


La ciencia sigue investigando la GRATITUD. Hace tres años, el “Grater Good Science Center” en colaboración con la Universidad de California, desarrollaron un proyecto llamado “Cultivar la Gratitud en una Sociedad de Consumo” Este proyecto trata de:

Expandir la base de datos científicos sobre la GRATITUD, particularmente en las áreas claves de la salud humana, bienestar personal y social, así como la ciencia del desarrollo.

Promover prácticas basadas en la evidencia sobre la GRATITUD en los centros médicos, educacionales y organizacionales, así como en escuelas, lugares de trabajo, hogares, comunidades…

Integrar al público en una mayor conversación cultural sobre “el papel de la GRATITUD en la sociedad civil”.

En el 2012, se anunciaron 14 proyectos de investigación, con temas que iban desde la “neurociencia de la GRATITUD”, hasta “el papel de la gratitud en la prevención de la intimidación”.

Los científicos también están estudiando la “causa, efecto y significado de la GRATITUD”.

Comenzar cada día sintiendo todas las cosas por las que estamos agradecidos es una forma de poner la mente en el camino correcto, ya que creamos nuestra vida con lo que pensamos, creemos y sentimos, así que cada momento es una oportunidad para cambiar nuestra forma de pensar y fomentar la capacidad de ser, con positividad y creatividad consciente. 


La mayoría de los expertos están de acuerdo en que no hay secretos para la felicidad, las personas felices no experimentan el sentimiento de alegría las 24 horas al día. Pero una persona feliz puede tener un mal día y a pesar de eso, encontrar el lado positivo de todo lo que le ocurre, aceptar la experiencia como parte de su crecimiento personal y ver siempre la magnitud de lo pequeño. Una persona feliz agradece.

De la mano de la gratitud, surge, de forma natural, la valoración. Es decir, la capacidad de apreciar lo que somos, lo que tenemos y lo que hacemos en el momento presente. Por cada 100 razones para llorar, hay 1000 razones para sonreír, cuanto más valoramos nuestra existencia, más abundancia experimentamos. Vivir el momento presente como un regalo y agradecerlo, nos llena de plenitud y nos integra al movimiento de la vida, en la que todo es uno.

Para agradecer, los pequeños detalles son un vehículo más poderoso que las palabras, Daniel Defoe decía, que "todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos procedía de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos" y tenía razón. Si queremos desarrollar la gratitud, tenemos que ser capaces de "dejar de interpretar" lo que nos sucede como un “problema” para comenzar a ver las “oportunidades de aprendizaje”, que hay detrás de cada situación “complicada”. Para conectar con el agradecimiento tenemos que ganar flexibilidad y perder rigidez. No en vano, agradecer significa apreciar, valorar y vivir en el presente.


Cuando alguien nos da las “GRACIAS”, despierta una sensación agradable en nuestro interior. Pero a nuestro ego le encanta pensar que ese agradecimiento es un deber. Nadie nos debe nada y no debemos agradecer para solicitar una respuesta. El agradecimiento, cuando es verdadero, sale de nuestro interior y resuena como una campana de gratitud allí mismo. "Parte de nuestra presencia y carece de motivos".

Practicar la gratitud es una tarea que requiere de tanta constancia como determinación. Pasa por honrar todos los pequeños gestos y detalles que vivimos en nuestro día a día con ilusión. “GRACIAS” no es una fórmula de cortesía, sino una expresión de complicidad con la vida y un acto de amor.

Por cierto, agradecemos la oportunidad de expresarnos y compartir. “GRACIAS”, también, a todas las personas que ven, han visto y verán nuestro blog. “GRACIAS”.



FUENTES:

“El Efecto Gratitud”, John F.Demartini,  BOOKS4POCKET, 2012.

“Dar gracias a la vida”, John F. Demartini, URANO, 2012.



Lucía Madrigal                 



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