"La vida está llena de
aromas, entre otros a deliciosa canela. Cuenta la leyenda que esta especia nos
llegó a través del rio Éufrates, desde el mismísimo Jardín del Edén".
La canela proviene
de un árbol de hoja perenne, sumamente aromático, que llega a medir hasta 15 metros de altura y que crece en
terrenos lluviosos, profundos, de textura arenosa y fangosa y con un alto
contenido de materia orgánica. Su origen se remonta al III milenio a.C. y su procedencia es incierta ya que existen
diversas hipótesis que ubican este árbol en Sri Lanka, las Indias Occidentales y China. En este último país, la
canela era un producto tan apreciado
como el oro y se tiene constancia de
ella desde el año 2500 a.C.
Referencias bíblicas revelan que los mercaderes antiguos
cargaron canela asiática (casia)
desde Ceilán a Palestina, aún antes de que las pirámides fueran construidas. No
obstante desde el 2700 a.C., esta
especia ha sido nombrada en numerosos documentos a lo largo de la historia, ya
que era utilizada en actos espirituales que abarcaban desde las ceremonias de
embalsamiento en el antiguo Egipto o los usos de aceites perfumados para ungir, hasta el papel que jugó la canela en la mitología Griega. En Oriente
medio era también utilizada para ofrendas religiosas, en las que un primer
manojo se ofrecía al sol y un segundo
encendía el fuego sagrado para los sacrificios a los dioses…y mucho más.
La Canela es una
de las primeras especias que junto a la pimienta
y el cardamomo llegaron a la cuenca mediterránea. Aquí fue introducida por
los comerciantes fenicios y árabes
desde islas situadas junto a Zanzíbar.
Precisamente, los fenicios
bautizaron esta especia con el nombre de guinnamon,
que pasó a los griegos como kinnamom
y a los romanos como cinnamomum,
término germen de su nombre en botánica.
Los romanos comerciaron con países como la India o Ceilán e iniciaron el
consumo de canela en su gastronomía
al final de la etapa imperial (entre los
siglos III y IV d.C.). Ellos la introdujeron en sus dominios a través de
la ruta de las especias, desde
China hasta las zonas orientales de Europa y las colonias egipcias del Mar Rojo. Los emperadores romanos utilizaban
la canela como perfume. Se cuenta
que Nerón, tras la muerte de su
esposa, hizo quemar en una pira funeraria toda la canela almacenada en la
ciudad de Roma.
Desde la Edad
Media nos llegan otras leyendas e historias relacionadas con esta especia,
pasajes asombrosos sobre su recolección o islas en las que su calidad era inimaginable.
Una de ellas, Ceylan, fue
considerada por Marco Polo como el
mejor lugar del mundo para disfrutar de la canela.
No obstante, parece que ocultó esta información para no entorpecer la situación
privilegiada de Venecia en aquellos
momentos. En esta época, la canela
era utilizada en el Viejo Continente
en la cocina, pero además con ella se elaboraban cosméticos, bálsamos, medicinas contra la tos o la indigestión y
perfumes, normalmente de inspiración romana.
Durante la Era del
Descubrimiento y la era del comercio de especias, el Nuevo Mundo era
concebido erróneamente como el codiciado "país
de la canela". Esta especia ayudó a catalizar la expansión de la
exploración europea en los siglos XVI y
XVII y provocó el comercio de
especias por tierra y mar, originando un mercado sin barreras. La fuente de canela más antigua nos lleva a Sri Lanka, que fue invadida en 1536 por los portugueses, que exigieron
un tributo de 110,000 libras de canela al año al Rey Cingalés.
Durante el siglo XVI
la canela de Ceylán sería explotada por los portugueses, aunque más tarde, cuando
los holandeses capturaron Sri Lanka,
consiguieron la concesión absoluta del comercio de canela a través de la compañía de las Indias Orientales. Ellos extendieron su consumo por toda Europa. De esta zona provienen los
primeros árboles plantados en las Islas
Seychelles y Reunión, con una producción muy importante en la actualidad.
La canela tiene,
como vemos, una historia sorprendente y magnífica. Su esencia dulce y su color
madera han sido conocidos, casi desde el principio de los tiempos, como una de
las fragancias más cálidas y suaves del planeta y ha sido utilizada a lo largo
de los siglos como una especia, una
medicina y una mercancía básica y muy valiosa.
Hay dos tipos de canela,
la de Ceilán, producida en Sri Lanka, India, Madagascar, Brasil y el
Caribe y la canela casia, que
proviene principalmente de China,
Vietnam e Indonesia. En todos los casos, la especia se extrae pelando y
frotando las ramas del árbol del que procede. La corteza que se obtiene, no solo
sirve como especia, sino que tiene muchos componentes beneficiosos y muchas propiedades medicinales.
La canela provee
elevadas cantidades de calcio y fibra.
Además, una cucharada proporciona un asombroso 22% del valor diario recomendado de manganeso. El manganeso
es un mineral que ayuda al cuerpo a formar huesos
fuertes, tejido conectivo, hormonas sexuales y favorece la apropiada
coagulación de la sangre. También ayuda a metabolizar la grasa y los carbohidratos, a regular el azúcar en la
sangre, a absorber el calcio y es esencial para una óptima función cerebral y
nerviosa. Por si esto fuera poco, también es un componente de la enzima antioxidante superóxido
dismutasa, la cual ayuda a neutralizar los radicales libres. Los niveles adecuados de manganeso han sido relacionados con la prevención de la diabetes, la artritis, la epilepsia y hasta
el SPM.
A esto hay que añadir, que cuando se trata de infecciones,
las propiedades antivirales y
antibacterianas de la canela ayudan a la destrucción de gérmenes y bacterias. Por eso,
los egipcios usaban aceite esencial de canela para las momificaciones, lo que demuestra que
ellos conocían las propiedades
antibacterianas de este aceite.
Oler la canela o poner
un poco de canela en la boca es
suficiente para impulsar la actividad del cerebro,
ya que el aceite de canela
beneficia la función cerebral, ayuda a
la recuperación de la memoria y alivia la tensión nerviosa. Además
colabora en la purificación de la
sangre, pues elimina impurezas y mejora la circulación. Por otro lado, es
una especia que tiene propiedades
antiinflamatorias, su aceite aplicado sobre lesiones es perfecto
para disminuir el dolor y la rigidez en las articulaciones. La canela también es diurética y se cree que despierta
el deseo sexual, tanto en hombres como en mujeres. Igualmente, podría ser
un tónico útil para el malestar
estomacal, la diarrea, la flatulencia y los cólicos menstruales.
Últimos estudios realizados
reafirman todo lo dicho e identifican a la canela
como una sustancia que además de tener efectos
positivos sobre la función
cerebral, se ha probado que actúa como quimiopreventivo,
especialmente en el cáncer cervical,
y ayuda a bajar los niveles de glucosa.
Éste es el beneficio más impresionante de esta especia. Curiosamente, para que
esto sea posible, la canela actúa a
diferentes niveles. Por un lado, retrasa el vaciado del estómago para reducir los picos de azúcar en la sangre
después de las comidas, y por otro, mejora
la efectividad de la insulina.
Se han hecho muchos estudios para probar los efectos, “semejantes a la insulina” de la canela y como puede verse en el estudio
más reciente de Medicina para Diabéticos,
la canela sigue mostrándose como una
sustancia muy útil para tratar la diabetes.
Por ejemplo, con tan sólo media cucharadita de canela al día se produce una reducción significativa en los niveles de azúcar en la sangre, los
triglicéridos, el colesterol LDL (malo), y de los niveles de colesterol totales
en las personas con diabetes tipo 2.
Otro estudio diferente tomó como referencia a
individuos obesos y de peso normal. La mitad de ellos tomaron harina y la otra mitad
la misma harina con 6 gr de canela.
Tras esta ingesta se midieron sus niveles
de glucosa a intervalos, desde 15 minutos
a dos horas. Añadir canela dio como
resultado una reducción significativa de la glucosa en el primer grupo,
comparado con el segundo. Los investigadores concluyeron que la canela puede ser eficaz a la hora de
moderar la respuesta de la glucosa
postprandial en adultos de peso normal y en obesos. También se ha
demostrado que mejora las defensas antioxidantes.
Otra investigación muestra que:
“La ingesta de 2 g de
canela durante 12 semanas reduce significativamente la HbA1c, SBP y DBP, entre
los pacientes con diabetes de tipo 2 mal controlados. La ingesta de
canela podría considerarse como un suplemento alimenticio adicional para
regular la glucosa sanguínea y los niveles de presión arterial junto con
medicamentos convencionales para tratar la diabetes mellitus, tipo 2”.
Un nuevo estudio descubrió, igualmente, que la especia
aumenta el metabolismo de la glucosa casi 20
veces, lo que mejoraría considerablemente su capacidad de regular el azúcar en la sangre.
Incluso se ha indicado que la canela
podría ser un potencial substituto de la insulina en personas
con diabetes tipo 2, debido a un componente bioactivo con efectos “semejantes” a dicho fármaco.
A esto hay que añadir que hay investigaciones que demuestran
que la canela podría ser usada como quimiopreventivo en el cáncer cervical. Se ha señalado, así
mismo, que la canela es una de las
especias más usadas con actividades
biológicas diversas, como inhibir el
crecimiento de tumores. El reporte concluyó que el extracto de canela induce la apoptosis (muerte) de las células
cancerígenas cervicales.
Los investigadores han sugerido que las personas con diabetes pueden ver mejoras, si añaden
de ¼ a una cucharadita de canela a sus alimentos, todo ello con
una dieta adecuada y ejercicio.
En resumen, la canela:
Apoya la función digestiva.
Alivia la congestión.
Alivia el dolor y la rigidez de los músculos y las
articulaciones.
Tienen compuestos anti-inflamatorios que pueden aliviar la
artritis.
Ayuda a prevenir las infecciones del tracto urinario, la
caries dental y las enfermedades de las encías.
Alivia las molestias menstruales.
Posee agentes antiagregantes,
antiescleróticos y antitrombóticos, compuestos que adelgazan la sangre y
estimulan la circulación. Se utiliza, sobre todo, para los tratamientos
para la mala circulación periférica y los sabañones.
Por sus propiedades
antibacterianas, expectorantes y antinflamatorias y porque a su vez aumenta
la sudoración y eleva la temperatura corporal, también es buena en los casos
de enfermedades respiratorias. Se
recomienda su uso en los tratamientos de bronquitis,
resfriados y tos.
Una forma de consumirla es elaborando un bebida que
conste de una cucharada de canela o
un palito de canela en rama y un
litro de agua. Se aconseja tomar dos vasos al día de esta infusión.
Otros usos de la canela
son:
Con canela,
lavanda y romero, podemos alejar a las polillas. Coloca la mezcla en una
bolsita de tela y guárdala en el ropero o cajón donde tengas tus prendas.
También podemos usar canela para
alejar a las hormigas.
Si colocamos un poco de aceite
de canela en un quemador de esencias, tendremos como resultado un olor muy
agradable en toda la casa. También podemos obtener resultados parecidos, si
colocamos algunos palitos de canela
alrededor de una vela encendida o ponemos un poco de canela en polvo junto al pabilo. Igualmente podemos crear un
espray aromatizante, si ponemos un poco de aceite
de canela en un difusor con agua.
Como vemos, la canela tiene
muchos usos y muchas propiedades benéficas. Hasta hace no mucho, ninguno ha
sido tan importante como mejorar el gusto de las comidas, especialmente los
postres. Os dejamos una receta muy
simple, saludable y nutritiva, con canela:
Frutas con Canela y
Lino o Chía molidos.
Ingredientes:
1 cucharada de canela en
polvo.
4 cucharadas de
semillas de lino o chía.
Una manzana o
plátano en rebanadas.
Procedimiento:
Muele las semillas de
lino en un molinillo de café. Añade canela
y mezcla bien.
Cubre las frutas
con la mezcla de lino y canela.
(Es aconsejable que las
frutas están enteras, ya que la proporción de azúcares en ellas disminuye
significativamente).
“Las especias favorecen
la digestión, realzan el sabor de la comida y dan un toque distinto a platos
corrientes. Basta una pizca de estos "polvos mágicos" y nuestra mesa
se convierte en una alfombra, también mágica, que nos transporta hacia
horizontes lejanos”.
Néstor Palmetti
FUENTES:
Alimentos saludables.
Néstor Palmetti. Villa de las Rosas, 2010.
http://nccam.nih.gov/health/cinnamon.
Diabetic Medicine: A
Journal of the British Diabetic Association, October 2010.
Hay una cura para la
diabetes. Dr. Gabriel Cousens. Ed. Sirio, 2014.
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