“Si hay magia en este planeta, está
contenida en el agua”.
Loran Eisely
Todos
sabemos que el agua es la mejor
bebida y la más saludable, es lo
único que nos puede quitar la sed,
que no es otra cosa que el aviso del cuerpo de que estamos ante una deshidratación inminente. No obstante y
a pesar de esto, solemos preferir las bebidas
carbonatadas e isotónicas, incluso para comer. Las usamos como bebidas
especiales en las comidas familiares y se dan a los niños, porque son dulces y posiblemente porque creemos que nos hidratan como el agua y nos quitan la sed.
Es
más, ante las diarreas veraniegas se nos recomiendan dichas bebidas isotónicas y habitualmente se
ofrecen tras una competición deportiva para reponernos de la pérdida de líquidos que se produce durante
el ejercicio. También las usamos constantemente
durante los entrenamientos; Sin embargo, no son una opción saludable. Nada,
excepto el agua pura proporciona una
hidratación adecuada.
Según
el Dr. Richard Marine, especialista
en nutrición clínica y medicina deportiva de República Dominicana, hidratarse es una prioridad al realizar
actividad física y se debe tomar agua
antes, durante y después de hacer ejercicio. Este doctor explica, además,
que la deshidratación puede generar
un impacto negativo en el rendimiento durante el ejercicio aérobico,
especialmente en un clima caluroso, y puede disminuir potencialmente el
rendimiento mental y cognitivo, entre otras cosas.
Beber líquidos es muy importante, pues el agua es el mayor componente de
nuestro cuerpo e interviene en múltiples procesos
metabólicos, entre otros, participa en la regulación del equilibrio de electrolitos. Muchos creen que, al
perder sales minerales con el
ejercicio intenso u otras actividades al aire libre, las bebidas isotónicas son necesarias para restaurar el equilibrio perdido,
pero aunque la teoría suena bien, la creemos y la ponemos en práctica, las bebidas deportivas comerciales son todo,
menos saludables.
Estas
bebidas y otras "funcionan"
aparentemente porque contienen grandes cantidades de sodio (sal procesada) y otros electrolitos
que están diseñados para reponer los que se pierden al sudar. Sin embargo, esta
sal procesada no es adecuada para
dicha reposición, ya que es sal común,
cloruro sódico y no nos sienta bien,
es un compuesto reducido a sodio y cloro
que nuestro cuerpo no reconoce.
Por
otro lado contienen grandes cantidades de azúcar.
Las marcas más importantes de bebidas deportivas, por lo general contienen
hasta dos tercios de la cantidad de azúcar
encontrada en el resto de los refrescos y muchas tienen, incluso, mucho más azúcar que éstos. También contienen
jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF)
y/o edulcorantes artificiales.
El
consumo de azúcar contribuye al
deterioro de la salud, produce
inflamación y no nos aporta nada excepto sabor. Además, es muy difícil
tener dientes sin caries, si consumimos
grandes cantidades de azúcar, ya que
éste alimenta a las bacterias que
producen la caries dental y la enfermedad de las encías.
Algunas
investigaciones también han demostrado, que el consumo de bebidas deportivas
deteriora 30 veces más los dientes que el de agua. Esto es producido por la actividad corrosiva del ácido fosfórico o ácido cítrico.
Lavarse los dientes no ayuda mucho, porque el ácido cítrico de las bebidas deportivas ablanda el esmalte de los
dientes, de tal forma, que éste podría dañarse con el cepillado.
Además
de este efecto dañino en los dientes,
se sabe que la fructosa procesada,
normalmente JMAF, inhibe la
producción natural de la hormona del
crecimiento humano (HGH),
conocida como "la hormona del
ejercicio" y por lo tanto debería evitarse estrictamente, durante y al
menos dos horas después de hacer ejercicio de alta intensidad.
La fructosa también engaña al metabolismo
y esencialmente engaña al cuerpo al desactivar el sistema de control del apetito. También conduce a
un rápido aumento de peso y obesidad abdominal ("barriga cervecera"), a la disminución del HDL, aumento del LDL, los triglicéridos, la presión arterial
y el azúcar en la sangre, es decir, el síndrome
metabólico clásico.
Curiosamente
sólo el agua nos puede proporcionar
una hidratación adecuada, pero en el
mundo del deporte se habla de hiperhidratación.
Ésta ocurre cuando el cuerpo se esfuerza en mantener una cantidad estable de agua total, y por tanto, también de sodio en sangre. Cuando existe un exceso de sodio, el organismo retiene agua para diluir este mineral,
entonces, se siente más sed y se
orina menos. Cuando los niveles de sodio
descienden o se incrementa la cantidad de
agua, la hipófisis equilibra.
La
hiperhidratación se genera cuando el
consumo de agua es superior a su
eliminación. Los cambios bruscos en el contenido de agua generan la imposibilidad de adaptación de las neuronas y ocasionan confusión mental, convulsiones y
hasta el coma. El descenso de
los niveles de sodio también genera problemas cerebrales. Pero es muy
difícil llegar a ese estado con un consumo de agua pausado y regular, ya que somos deshidratados crónicos.
No
obstante, si se bebe en exceso y de una
vez, como no se obtiene la hidratación
celular necesaria, este mismo agua
es expulsada por la orina o se
acumula en los tejidos. Esta es la razón, por la que deberíamos diferenciar
entre beber e hidratarnos. No nos hidratamos por beber más, sino bebiendo
el agua adecuada, sólo el agua isotónica y alcalina nos proporciona dicha hidratación,
ya que su estructuración molecular en pequeños racimos, permite que el agua llegue a la célula en su
totalidad.
Volviendo
a los electrolitos, el consumo de
los mismos puede ser necesario si se entrena intensamente y se suda mucho. Una
de las mejores formas de medir esta necesidad es la sed. Aunque según el Dr.
Batmanghelidj, la boca seca es
el último signo de deshidratación
crónica y aunque, por todo lo que bebemos, suene raro y sea paradójico, ese
es nuestro estado natural, todo ello gracias a nuestros malos hábitos a la hora de comer y beber.
Hay
que beber siempre que se sienta sed, pero hay que observar el color de la orina, para saber si
realmente estamos proporcionando a nuestro cuerpo la hidratación adecuada. Si practicas ejercicio y ves que tu orina no
es clara, bebe, pero bebe agua. Las bebidas deportivas comerciales contienen
una serie de ingredientes que nuestro cuerpo no necesita, es más, no sabe lo
que hacer con ellos.
Aunque
por lo general estas bebidas son conocidas como bebidas "energéticas", la verdad es que gracias a todo el azúcar
que contienen, hacen todo lo contrario. Después de causar una rápida explosión
de energía, dicha energía se desploma, ya que el páncreas y otras glándulas hacen lo necesario para equilibrar el
estímulo tóxico del azúcar en la sangre.
Una
alternativa saludable puede ser el agua
de coco. Es una fuente natural de electrolitos,
vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, enzimas, antioxidantes y Fitonutrientes.
Además, aunque es baja en azúcar,
tiene sabor dulce.
El
agua de coco también tiene
propiedades antiinflamatorias, protege el
corazón y el tracto urinario, es un tónico digestivo, mejora la apariencia de la
piel y los ojos, refuerza el sistema inmunológico e incluso puede ayudar a
equilibrar la glucosa en sangre y los niveles de insulina.
Otra
opción saludable es elaborar un isotónico
natural con una pizca de sal sin
procesar, sal marina o sal del Himalaya,
agua, un chorro de limón y si se desea un poquito de miel.
Beber sí, pero BEBIDAS NATURALES Y AGUA de verdad.
“El agua es la única bebida del hombre
sabio”.
Henry David Thoreau
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