Dice
el Dr. Gabriel Cousens que “la alimentación consciente es la
conciencia de cómo la comida que consumimos afecta a nuestro cuerpo, a nuestra
mente, a nuestras emociones y a nuestra vida espiritual”. Comer de forma
adecuada, en la cantidad adecuada y conocer el efecto que cada alimento tiene
en nuestro cuerpo, nos permite regular todas nuestras funciones corporales y no sólo
eso, lo que comemos afecta a todo lo que somos.
Yo
añadiría también que todo lo que llega a nuestros sentidos nos alimenta y, por
ejemplo, cuando nos despertamos con la negatividad de las noticias de la radio
o la TV, nos sentimos negativos y lo que comemos refleja esa negatividad,
porque aunque suene muy trivial el “somos lo que comemos”, es eso sumado a cómo
comemos y además comemos lo que somos.
Si
intentamos comer despacio, llevando el tenedor a la boca lentamente,
disfrutando de la textura del alimento, del sabor, el color y el aroma, eso nos
cuesta muchísimo trabajo, porque nos hemos acostumbrado a engullir, a atacar el
plato, a hablar mientras comemos, de hecho, son muy comunes las comidas de
negocios.
La
Dra. Jan Chozen Bays estima que el
problema de nuestra mala asimilación de los alimentos e incluso de la obesidad
está en que comemos de manera inconsciente. Comemos mucho y muy rápido, para
algunos incluso, comer rápido es comer más. Relacionamos poco nuestros hábitos
alimenticios con nuestros procesos internos, elegimos guiados por nuestra
psique, inconscientes de que el hecho de querer dulce significa algo y si
llegamos a ello, algo sanará en nuestro interior, cesando así nuestra ansiedad
y no porque hemos comido lo que nos apetece sino porque hemos llegado a la
consciencia de lo que nos ocurre. No aparecerá la culpa, el descontento con
nosotros, sino el encuentro.
La
dieta es una parte de la vida con la que deberíamos tener una relación armónica
y agradable, no podemos olvidar que en general comemos todos los días y más o
menos tres veces al día. Si lo hacemos tranquilos, masticamos bien, disfrutamos
del alimento, lo agradecemos, nuestra interacción con él será perfecta y toda
su energía vital pasará a formar parte de nosotros. Vivir en armonía con la
tierra es avanzar en armonía con las leyes de la naturaleza y eso exige
respeto, agradecimiento y amor a nosotros y a todo lo que nos rodea que, en
definitiva, es también una expresión de nosotros mismos. También es armonía y
equilibrio con las fuerzas vitales comer el alimento más adecuado para nosotros
y saber qué cantidad necesitamos. Cuando estamos atentos a estos parámetros,
cuando somos conscientes de ellos, nos liberamos de cargas y podemos avanzar
con libertad en nuestro proceso evolutivo. La toxemia corporal de la que hoy hacemos eco, es el reflejo de lo que
nos ocurre dentro, de lo acumulado, de lo que necesita sanación. Liberar el
cuerpo físico es liberar todos nuestros cuerpos de dentro a fuera y de fuera a
dentro. A fin de cuentas, los procesos de desorden que se manifiestan fuera
buscan sanación y consciencia.
Cada comida es un acto de veneración a la
vida, si no somos conscientes de lo que compramos, consumimos y comemos, de las
combinaciones entre alimentos saludables, de lo que individualmente nos
beneficia, de nuestro mágico proceso digestivo, de los maravillosos alimentos
que nos ofrece la tierra, en estado puro, nos aborregamos y simplemente nos alimentamos
pero no nos nutrimos, ni nos involucramos en nuestro propio proceso de
crecimiento personal.
Rudolf
Steiner dice:.. “no comemos para que esto o lo otro nos caiga bien, nos nutrimos
gracias a oponernos a las fuerzas de esta tierra y vivimos gracias a que
ofrecemos resistencia”. En un ser humano sano, todo debiera ser metabolizado e
impregnado por las propias fuerzas yoicas (del YO). Si no logramos despojar de
sus fuerzas a los alimentos, es decir matarlas para transformarlas, ellas actúan
como algo extraño, algo del mundo exterior, dentro de nuestro propio organismo,
como un veneno. Por ejemplo las personas alérgicas, no pueden terminar de matar
las fuerzas de la proteína exterior (ya sea inhalada o ingerida) y por eso se
enferman. El cuerpo produce una reacción frente a esa sustancia “extraña” que
se ha introducido en él. “Todo lo que es naturaleza debe quedar afuera, en la
naturaleza. Cuando se entra en el hombre, está todo aquello que se opone a la
naturaleza”. Lo que nos nutre no son tanto las sustancias, sino las fuerzas de
los alimentos. Esto nos hace ver lo fundamental de contar con una agricultura
que esté en armonía con el hombre y la Tierra. Si lo que ingerimos no porta
fuerzas vitales o son fuerzas muy raquíticas, sino puros químicos, es decir
puro mineral sin fuerzas vivas, esto va directo a la región cefálica, casi sin
oponer resistencia, ya que no hay fuerzas vitales a las que oponerse.
Es un ataque al Yo humano, ya que
no se ofrece resistencia a estas sustancias y ellos actúan como venenos. No
pueden ser transformadas por el Yo. Dentro de lo posible hay que optar por
alimentos orgánicos por lo menos o biológico-dinámicos. Estos son los únicos
que cumplen los requisitos de un alimento que es capaz de nutrir ya que
conservan las fuerzas vitales”.
Cambiar nuestra dieta nos pide
consciencia y compromiso con nosotros mismos, es importante que seamos
conscientes de que cada alimento tiene una carga específica que causa efectos
específicos en cada persona, que nuestro estado de salud de hoy se debe a lo
que comimos ayer, que es posible influir e incluso revertir cualquier desorden
corporal, que nuestra salud de mañana
dependerá de lo que dejemos de comer hoy. Nadie más que tú sabe elegir lo mejor
para ti.
Por
último añadiría unas palabras escritas por Gabriel
Cousens autor del libro “Alimentación
Consciente”:
“La
nutrición es un paso importante hacia una vida con conciencia. La palabra
“conciencia” está bien elegida. Una investigación sobre la longevidad, el
estudio más largo en el mundo, que incluye a 1.500 personas de más de 80 años,
encontró que la característica psicológica más importante para la longevidad
encontrada en niños era la escrupulosidad, hacer las cosas con mucha atención,
esmero y detenimiento. La palabra “conciencia” denota un acercamiento a la vida
donde la gente es persistente con sus hábitos de salud, organizados, prudentes,
y están enfocados en un estilo de vida sano. COMER Y VIVIR DE MANERA CONSCIENTE
está relacionado con la longevidad y la capacidad de superar los cinco sentidos
de la informática biológica de la mente”.
“La dieta óptima tiene que ser
adaptada a la constitución y a la edad de cada uno. Esta dieta está compuesta
por el 80% DE ALIMENTOS VIVOS ecológicos, ricos en minerales y bajos en índices
glicémicos. Tiene que ser adaptada al tipo metabólico de cada individuo. Es
importante que todas las dietas proporcionen una hidratación apropiada. Cuando
estamos comiendo correctamente tenemos un nivel de energía ininterrumpida
durante todo el día, un nivel estable de claridad mental a lo largo del día, un
gran sentido de bienestar, de plenitud, de alegría y amor. En nuestra vida
diaria tenemos un gran sentido de pasión. Esto es el resultado de una dieta
apropiada”.
Gabriel Cousens
FUENTES:
Nutrición en la Nueva Era, Viktoras
Kulvinscas. Ed. Mandala 1992.
La alimentación como camino para
comprender que todos somos UNO. Pablo Elias.
Alimentación consciente, Dr. Gabriel
Cousens. Ed.Epidauro 2011.
Alimentación consciente. Cuadernos de
salud. Javier Iraola.
Fundamentos de la medicina
antroposófica. Rudolf Steiner.
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