El cuerpo utiliza diferentes vías para metabolizar los
azúcares. Hace tres
años, se publicaron diferentes investigaciones cuyos resultados
demostraron que la fructosa es
utilizada rápidamente por las células de
cáncer, lo que aumenta su
proliferación. Estas mismas células
de cáncer no respondieron a la
glucosa de la misma manera.
En este caso, las células de cáncer que se usaron en el experimento fueron células pancreáticas, que por lo
general son consideradas como mortales y la forma de cáncer que mata más rápido. De acuerdo con los autores:
“Tradicionalmente, la glucosa y la fructosa han
sido consideradas como sustratos monosacáridos intercambiables que se metabolizan
de manera similar y se les ha prestado muy poca atención a otros azúcares que
no sean glucosa. Sin embargo, el consumo de fructosa ha aumentado
drásticamente en las últimas décadas y la absorción celular de glucosa y fructosa utiliza
transportes diferentes.
La fructosa brinda un sustrato alternativo para inducir
a la proliferación de las células de cáncer de páncreas. Es importante destacar
que, el metabolismo de la fructosa y la glucosa son bastante
diferentes, en comparación con la glucosa, la fructosa es
metabolizada a través de la vía pentosa fosfato no oxidativa, para sintetizar
los ácidos nucleicos y el ácido úrico y aumentar la producción de este
último".
Estos resultados
demuestran que las células de cáncer pueden metabolizar la fructosa rápidamente para aumentar su
proliferación. Teniendo en cuenta que los pacientes de cáncer consumen fructosa procedente de los alimentos refinados, es importante la
reducción de la misma y los cambios de hábitos
hacia una dieta más saludable. El estudio confirma el dicho de que el azúcar alimenta el cáncer. Aunque en
un principio se creía que el problema lo generaba el consumo de glucosa (otro tipo de azúcar), las células
utilizan la fructosa para
la división celular, acelerando el
crecimiento y la propagación del cáncer.
Esta diferencia claramente es una de las principales consecuencias del consumo
de fructosa y debería ser
considerada cuidadosamente por cualquier persona que está siendo sometida a un
tratamiento para el cáncer o que
busca prevenirlo.
Esto mismo no significa que tengamos que evitar las
frutas, los
beneficios de la mayoría de las frutas
superan cualquier preocupación por la fructosa.
En la actualidad, las frutas son
mucho más dulces de lo que eran en el pasado, por lo que es aconsejable su
consumo con piel y evitar el licuado, aun así son muy saludables. El problema real está generado por el consumo de jarabe de maíz de alta fructosa, cuyo índice glucémico es altísimo y que se
usa añadido a prácticamente todos los alimentos
procesados y bebidas industriales.
Eliminar el consumo de alimentos procesados de nuestra dieta
es un paso decisivo hacia nuestra salud.
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