Cuando escuchamos la palabra cafeína, la
asociamos al café.
Sin embargo, se trata de una sustancia muy consumida que se encuentra en forma
natural en las hojas, semillas y frutos
de más de 60 plantas, entre las que están las hojas de té, las nueces de cola, el café y los granos de cacao, y
que también puede ser producida de manera artificial y agregarse a los productos alimentarios. Podemos
encontrar cafeína, por supuesto, en el café, en el chocolate, en el té, en los
refrescos oscuros, las bebidas energéticas y los estimulantes.
¿Cómo Actúa la Cafeína?
De acuerdo a los expertos, la cafeína, que pertenece al grupo de sustancias llamadas xantinas, estimula el cerebro al interferir en la acción de la adenosina, un transmisor nervioso que produce calma y tranquilidad, y provoca una
sensación de euforia y de fuerza durante algunas horas. También facilita la
actividad intelectual y la creatividad, al mantener despierto y en
estado de alerta a su consumidor. Todo esto ocurre junto con un incremento de
los niveles de adrenalina y
noradrenalina, que son neurotransmisores
activadores. La máxima concentración
en la sangre se alcanza entre los 30
y 45 minutos de haberla ingerido. A las tres horas ya se ha eliminado la
mitad de lo que se absorbió. Pero ¿Qué
buscamos cuando consumimos cafeína? Mejorar
la atención, paliar un dolor de cabeza…
Estamos tratando
síntomas y haciéndola funcionar como un medicamento. De hecho los antigripales
contienen cafeína.
Actualmente, si el té, café o cacao no
son ecológicos, tienen un alto grado de industrialización. Sus plantas
crecen con fertilizantes y pesticidas
a gran escala y tienen muchos conservantes
y otros productos añadidos, para facilitar su almacenamiento. Además en las
bebidas energéticas y las colas se
usa cafeína de síntesis, un producto químico, que aunque tiene los
mismos efectos que la cafeína, no lo
es.
La
cafeína
no se almacena en el organismo ni se acumula en el torrente sanguíneo. Se absorbe, pasa directamente al cerebro y es eliminada muchas horas
después a través de la orina. No existe ninguna necesidad de cafeína en nuestra dieta, pero quizás
el problema más grande, asociado a su consumo, es que aparece en productos de
gran demanda. Además la cafeína es
adictiva. Por ejemplo, el café
es un alimento que tiene gran cantidad de
antioxidantes, pero que al ser procesado, preparado en infusión y
edulcorado, pierde muchas de estas propiedades y se convierte, básicamente, en cafeína edulcorada. Si además de esto,
añadimos leche al preparado,
convertimos una bebida que podría aportarnos algunos beneficios en un brebaje
que nos cuesta mucho digerir y que, por tanto, no nos aporta nada, excepto una mala digestión y acidosis metabólica.
Lo
mismo digo del chocolate que era una
bebida bien digerida por nuestro organismo, cuando se preparaba con cacao, agua y vainilla, tal como lo
hacían los nativos americanos, y que
para nosotros se convierte en cacao,
azúcar y leche, como poco. El chocolate
tal como se vende en las grandes superficies es un alimento problemático,
que presenta un alto índice glucémico
y que está asociado a problemas de
obesidad y diabetes.
El consumo habitual de
cafeína no es saludable, además, el simple hecho de que pueda producirse artificialmente y en
grandes cantidades, hace de ella un alimento más nocivo aún. Colas y refrescos oscuros tienen gran
cantidad de cafeína y su consumo es
preocupante, por su nulo aporte
nutricional y por su contribución a la acidosis
metabólica, tan relacionada con la enfermedad. Más preocupante aún, es
que niños y adolescentes son grandes consumidores de los mismos.
Cafeína y Cerebro
Es
importante reducir la ingesta de cafeína,
porque su consumo masivo está asociado, también, a múltiples problemas de salud
que afectan, especialmente al funcionamiento de nuestro cerebro:
Reduce el flujo
sanguíneo al cerebro y todo lo que dificulta el riego sanguíneo provoca
envejecimiento prematuro.
Deshidrata el cerebro,
lo que dificulta la agilidad de razonamiento.
Interfiere en el sueño, que
es esencial para una buena salud cerebral, el control del
apetito y el rejuvenecimiento de la piel. Estropea los patrones de sueño
porque bloquea la adenosina, una
sustancia que nos indica cuando dormir. Si esto ocurre dormimos menos, nos
levantamos cansados y necesitamos más cafeína
para empezar el día.
En grandes cantidades
puede ser adictiva. Dejarla, genera síndrome de abstinencia con posibles
dolores de cabeza e irritabilidad.
Puede acelerar el ritmo
cardiaco y subir la tensión arterial.
Puede alterar el
sistema nervioso.
Aumenta la tensión
muscular.
Puede provocar
descomposición.
Puede elevar los
marcadores inflamatorios. En dos estudios se demostró que 200mg de cafeína (entre dos
a cuatro tazas de café) aumentan los niveles de homocisteína, un marcador de
inflamación y de trastornos cardiacos.
Puede afectar a la
fertilidad. Está asociada a partos prematuros,
dolencias de nacimiento, imposibilidad de concebir, peso bajo del bebé al nacer
y aborto espontaneo.
Las grandes cantidades
de cafeína pueden detener la absorción del calcio y provocar el
adelgazamiento de los huesos (osteoporosis).
Puede provocar
protuberancias y dolor en las mamas (mamas fibroquísticas).
Además de todos estos
problemas, la cafeína puede llevar a tener: Depresión, Ansiedad, Nauseas,
Inquietud, Temblores, Micción más frecuente y Vómitos.
Se debe evitar por completo la cafeína si:
- Se es propenso al estrés, la ansiedad o los problemas de sueño.
- Se es mujer y se tienen protuberancias y dolor en las mamas.
- Se tiene reflujo ácido o úlceras gástricas.
- Se tiene hipertensión.
- Se tiene problemas con ritmos cardiacos rápidos e irregulares.
- Se tienen dolores de cabeza crónicos.
Es un estimulante que aumenta la frecuencia cardíaca y el metabolismo. Su ingestión no es nada
aconsejable en caso de madres
embarazadas, porque viaja a través del torrente
sanguíneo hasta la placenta y puede tener un efecto negativo en el
bebé.
Se define la cafeína
como una droga porque estimula el sistema nervioso central, lo que aumenta el estado de alerta.
En la mayoría de las personas, la cafeína
produce un aumento temporal de la energía
y una mejora del estado de ánimo, que decae a las seis horas de haber sido
ingerido el producto, que nos la ha proporcionado. Solemos tomar café después de comer, porque como
hacemos comidas muy pesadas, nos
entra sueño y necesitamos estimularnos. Sería mejor hacer comidas ligeras, para no tener necesidad de tomar nada, ni tan
siquiera al levantarnos.
Por lo general, los adolescentes obtienen la
mayor parte de la cafeína de las bebidas gaseosas y energizantes y los
adultos del consumo masivo y habitual de
café. La cafeína también puede
interactuar con algunos medicamentos o
suplementos, si estás estresado o
ansioso, puede empeorar estos estados emocionales y aunque se utiliza para
tratar las jaquecas, puede aumentar
la intensidad de las mismas en ciertas personas.
Síndrome de Abstinencia
Según Roland Griffiths, profesor de biología conductual y
neurociencia en la Johns Hopkins School
of Medicine de Baltimore, Maryland, solo media taza de café al día puede producir una dependencia física que
dé lugar a un síndrome de abstinencia.
Y añade que aproximadamente la mitad de las personas que consumen cafeína, tendrían un síndrome de abstinencia si dejaran de
tomarla, independientemente de qué tipo de producto con cafeína utilizaran.
Tras pasar entre 12 y
24 horas sin tomar cafeína, las
personas con adicción a esta
sustancia pueden tener los siguientes síntomas, que alcanzan su máximo después
de un periodo de entre 20 y 50 horas de
abstinencia:
- Dolor de cabeza.
- Fatiga o somnolencia.
- Depresión o irritabilidad.
- Problemas de concentración.
- Síntomas similares a los de la gripe, con náuseas, dolor muscular y rigidez.
Estos síntomas pueden durar entre dos y nueve
días. Aproximadamente un 13% de las
personas tienen un síndrome de
abstinencia severo, que les lleva a "no
acudir al trabajo, cancelar encuentros sociales, e irse a la cama creyendo que
tienen la gripe", explica Roland
Griffiths.
La mayoría de la gente que toma cafeína regularmente, lo hace para evitar el síndrome de abstinencia y no porque le gusten los productos
que la contienen. Ya hemos dicho también, que la cafeína puede también agravar
la ansiedad o depresión en las personas que padecen estos trastornos.
Algunos de los que consumen gran cantidad de café durante el trabajo, pueden tener síndrome de abstinencia durante los fines de semana o las
vacaciones, sin ser conscientes de lo que les pasa. Estas personas suelen
mejorar tomando algún analgésico de los que contienen cafeína. Es su manera de calmar los síntomas negativos relacionados con la adicción.
Ningún estimulante es
beneficioso para nuestro organismo o necesario. El consumidor de cafeína no la suele consumir con
moderación y cuando lo hace, es a través de productos que por otro lado, nos acidifican. La cafeína es adictiva y como hemos visto su consumo
descontrolado afecta negativamente a
nuestra salud.
Las máximas cantidades
de cafeína, que
según la OMS podrían ser saludables,
son unos 200mg. Estas son las
cantidades aproximadas en diferentes productos de uso normal, e incluso
cotidiano:
PRODUCTO
|
CANTIDAD
|
MG
|
Bebida energizante Monster
|
2 tazas
|
160 mg
|
Bebida energizante Rockstar
|
1 taza
|
80 mg
|
Bebida energizante Red Bull
|
1 taza
|
80 mg
|
Jolt cola
|
1 taza y media
|
72 mg
|
Mountain Dew
|
1 taza y media
|
55 mg
|
Coca-Cola
|
1 taza y media
|
34 mg
|
Diet Coke
|
1 taza y media
|
45 mg
|
Pepsi
|
1 taza y media
|
38 mg
|
7-Up
|
1 taza y media
|
0 mg
|
Café colado (filtros)
|
1 /2 taza
|
115 mg*
|
Té helado
|
1 taza y media
|
70 mg*
|
Bebida con cacao
|
1 /2 taza
|
4 mg*
|
Bebida de leche y chocolate
|
1 taza
|
5 mg*
|
Chocolate amargo
|
25 gr
|
20 mg*
|
Chocolate con leche
|
25 gr
|
6 mg*
|
Goma de mascar
|
1 tira
|
33 mg
|
Medicamento para el catarro
|
1 comprimido
|
30 mg*
|
Vivarin
|
1 comprimido
|
200 mg
|
Excedrin extra potente
|
2 comprimidos
|
130 mg
|
Hay otros productos saludables y naturales que
no contienen cafeína y con sabores muy buenos. Si modificamos nuestra dieta e introducimos alimentos
fisiológicos en ella, no tendremos problemas de adormecimiento por digestiones pesadas y podremos prescindir del consumo adictivo de café, té o bebidas de
cola, monster, red bull o similares.
Somos seres vivos,
activos y saludables.
No necesitamos depender de nada para vivir una vida digna. Cuidemos de nuestro
cuerpo y de nosotros alimentándonos, no estimulándonos con sustancias que nos
proporcionan una energía ficticia. No tenemos más energía por tomar café
o productos con cafeína. Sin
embargo, alteramos nuestros patrones de
sueño y nuestro funcionamiento cerebral y corporal con su consumo y hacemos
de éste un hábito del que no podemos prescindir.
Tomar un café solo y
sin azúcar, un té, especialmente verde, es saludable. Ambos
están cargados de antioxidantes. El hábito y la adicción al té o al café
no lo es. Peor aún es el consumo de bebidas
de cola y bebidas energéticas, porque, aparte de no aportarnos antioxidantes, a la cafeína se suman otros
aditivos presentes en ellas, todos
ellos muy nocivos. Además, esta cafeína es un producto químico aislado, que no funciona igual que el producto natural en nuestro
cuerpo, y… ¿Qué tomamos, cafeína
más qué? ¿Qué tipo de alimento son estas bebidas? Aunque no seamos
conscientes de cómo nos afectan, poco a poco nuestro cuerpo se acidifica y ensucia. La acidificación abre la
puerta a los problemas de salud.
Una dieta repleta de
alimentos vitalizantes, especias, hierbas y plantas medicinales es mucho más afín
a nuestro organismo y por supuesto, mucho más saludable.
¿Qué quieres para ti?
FUENTES:
Cambia tu cerebro,
Cambia tu Cuerpo. Dr. Daniel G. Amen. Ed. Sirio, 2012.
Nutrición Vitalizante.
Néstor Palmetti. Argentina, 2012.
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