Los Disruptores Endócrinos son
toxinas exógenas,
que una vez que entran en contacto con nuestro organismo, pueden alterar el
funcionamiento de nuestro sistema
endocrino, es decir, producir un desequilibrio
hormonal y afectar así la fisiología
normal del cuerpo.
Se han identificado más de 500 sustancias químicas sintéticas, sobre las que se conoce o se
sospecha que tienen capacidad de alterar el equilibrio del sistema endocrino de los seres humanos y de otras
muchas especies de seres vivos.
El equilibrio de los sistemas
del cuerpo humano depende de la presencia de los mediadores químicos naturales que conocemos como hormonas, y los Disruptores Endocrinos pueden
interferir en cualquiera de estos sistemas. Las consecuencias de esta
alteración pueden ser graves y a menudo irreversibles, e incluyen efectos nocivos sobre el sistema inmunológico, la reproducción, el
metabolismo, el desarrollo cognitivo de los niños y hasta aspectos del
comportamiento psicosocial.
La mayoría de los Disruptores
Endócrinos son productos de síntesis, que están incorporados a los productos para el hogar
más comunes, los productos para el cuidado personal e incluso los alimentos y
el agua.
Hay muchas sustancias
tóxicas de este tipo, presentes en nuestra vida cotidiana. El número
de ellas va creciendo año tras año. La
Unión Europea, por ejemplo, en una base de datos del año 2007, incluyó como posibles alteradores endocrinos a 553 sustancias
químicas. Dentro de ellas hay 197
que se ha demostrado que producen alteraciones
hormonales en animales. Y entre ellas, 17 están autorizadas para ser usadas en cosméticos.
Muchos problemas de salud están relacionados con la
acumulación de estas toxinas dentro
de nuestros cuerpos, entre otros:
Cáncer de mama,
pubertad precoz, criptorquidia o no descenso testicular, cáncer de
testículos, endometriosis, cáncer vaginal, hipospadias, cáncer de próstata,
muerte embrionaria, reducción del número de espermatozoides, malformaciones en
el feto, deformaciones, disminución de la calidad de los espermatozoides,
problemas en el desarrollo del sistema nervioso central, problemas en el
desarrollo, disminución del nivel de testosterona, bajo peso en neonatos,
modificaciones en las concentraciones de hormonas tiroideas, hiperactividad,
problemas de aprendizaje, disminución del coeficiente intelectual y de la
comprensión lectora…
Los Disruptores Endocrinos más
nocivos son:
EL BISFENOL-A (BPA):
El BPA es un producto químico utilizado para fabricar todo tipo de plásticos policarbonatos, o resinas epoxi,
que encontramos en latas de
alimentos o bebidas, recibos de compras o extractos bancarios, CDs e, incluso,
biberones o empastes de dientes. Se integran también en muchas pinturas y recubrimientos de superficies,
pegamentos muy usados en construcción y decoración…Puede encontrarse
también, como aditivo en otros plásticos diferentes al policarbonato.
Estudios sobre animales han asociado el bisfenol A con menor producción de esperma, anomalías
genitales masculinas, mayor agresividad o peor cuidado de las crías,
alteraciones en el tejido mamario que pueden propiciar el desarrollo de
tumores...
DIOXINAS:
Las dioxinas son contaminantes ambientales
que pertenecen a la llamada «docena
sucia»: un grupo de productos
químicos peligrosos que forman parte de los llamados contaminantes orgánicos persistentes (COP). Las dioxinas se encuentran en el medio ambiente de todo
el mundo y se acumulan en la cadena
alimentaria, principalmente en el tejido adiposo de los animales.
Más del 90% de la
exposición humana se produce por medio de los alimentos, en particular los productos cárnicos y lácteos, pescados y mariscos. Las dioxinas tienen elevada toxicidad y pueden provocar problemas de reproducción y desarrollo,
afectar el sistema inmunitario, interferir con hormonas y causar cáncer.
PERCLORATO:
Los percloratos son sales del ácido perclórico. Pueden generarse por procesos
naturales o como producto de la actividad humana. En este último caso, suelen
utilizarse principalmente en explosivos
y pirotecnia, pero también están presentes en herbicidas, fertilizantes químicos, blanqueantes y otros agentes de
limpieza.
Muchas personas pueden ser expuestas al perclorato a través de la dieta
diaria, ya que está presente en muchos productos agrícolas. El principal órgano afectado por estas sales
es la tiroides. Actúa sobre
ésta inhibiendo la incorporación de yodo.
ATRAZINA:
La atrazina es un herbicida de producción sintética, de color blanco
sin olor, no muy volátil, reactivo o inflamable. Es soluble en agua y es usada
para eliminar hierbas,
principalmente en fincas, pero también se ha usado a lo largo de carreteras y líneas ferroviarias. En
animales expuestos a la atrazina se
han observado daños en el hígado, el
riñón y el corazón; también se ha demostrado en animales, que la atrazina produce alteraciones en los niveles de hormonas que
afectan a la ovulación y la capacidad para reproducirse.
La atrazina puede afectar a las mujeres embarazadas retardando el
crecimiento normal de sus bebés. En animales expuestos a altos niveles de atrazina se han observado defectos de nacimiento y daños en el
hígado, el riñón y el corazón. Aunque hay datos limitados sobre sus efectos
en seres humanos y animales, puede haber relación entre exposición a la atrazina y varios tipos de cánceres.
PESTICIDAS
ORGANOFOSFORADOS:
Son pesticidas que
se aplican a los cultivos, en las plantas ornamentales y el
césped de edificios. Se utilizan en cultivos
como el maíz, el algodón, la cánola, la alfalfa, las verduras, las frutas
y las nueces. La industria del control de plagas emplea los pesticidas OP en residencias y edificios comerciales.
Asimismo, algunos productos para controlar las plagas en los gatos y los perros también
contienen compuestos organofosforados.
Las personas se exponen a los pesticidas OP a través de las verduras frescas y procesadas que
consumen, las superficies contaminadas que tocan, el aire contaminado que
respiran cerca de donde se aplican los pesticidas (adentro y afuera de los
edificios) y el agua contaminada que beben. La mayoría de la gente está
expuesta en forma rutinaria a varios de estos pesticidas, debido a los múltiples usos y la ubicuidad de estas sustancias químicas.
Los síntomas de exposición a los pesticidas OP incluyen náuseas, dolor de cabeza, temblores,
salivación y lagrimeo excesivo, incapacidad para respirar debido a una
parálisis del diafragma, convulsiones y muerte en casos de una dosis mayor.
Además, algunos pesticidas OP
causan daños reproductivos y al
desarrollo, otros son carcinógenos
y de algunos se sospecha o se ha confirmado que interfieren con el sistema endocrino.
ARSÉNICO:
El arsénico es
un elemento natural de la corteza terrestre; ampliamente distribuido en todo el medio ambiente,
está presente en el aire, el agua y la
tierra. En su forma inorgánica es muy tóxico.
Su mayor amenaza para la salud pública reside en la utilización de agua contaminada para beber, preparar
alimentos y regar cultivos alimentarios.
La exposición prolongada al arsénico a través del consumo
de agua y alimentos contaminados puede causar cáncer y lesiones cutáneas. También se ha asociado a problemas de desarrollo, enfermedades
cardiovasculares, neurotoxicidad y diabetes.
La intervención más importante en las comunidades afectadas
consiste en prevenir que se prolongue la exposición al arsénico implantando un sistema
seguro de abastecimiento de agua
potable.
RETARDANTES DEL FUEGO:
Son sustancias
químicas tóxicas, que se usan como inhibidores de las llamas.
Sin embargo, según Dale Ray, en el
Chicago Tribune, no aportan ningún benefico adicional en caso de incendio,
ya que no protegen realmente ni muebles ni aparatos electrónicos, y sin
embargo, pueden ser peligrosos, ya que al quemarse desprenden mucho monóxido de carbono, gases tóxicos y hollín,
lo que es causa de las peores afecciones y muertes por incencio. Además, cuando
se queman producen gran cantidad de dioxinas
y furanos bromados, clorados y bromoclorados, que son sumamente tóxicos.
Muchos tipos distintos de productos de consumo contienen sustancias químicas tóxicas
comercializadas como retardantes de
llama, el firemaster 550 tiene efectos tóxicos y se usa en los muebles. El tris clorado es tóxico y está presente en los productos para
niños. El DecaBDE se usa
habitualmente en la fabricación de productos electrónicos, y se libera en el
polvo…
Las sustancias
químicas tóxicas comercializadas como retardantes de llama migran desde los productos a los hogares
y al medio ambiente muchas de estas sustancias son persistentes y bioacumulativas. Son altamente tóxicas y peligrosas para la salud.
SUSTANCIAS QUÍMICAS
PERFLUORADAS:
Son sustancias químicas
contaminantes, entre
los que están el PFOS y PFOA. Los
compuestos perfluorados han
sido usados en muchos productos de consumo desde espumas anti-incendios a papeles para
envolver o sartenes anti-adherentes, pasando por pesticidas, ropas,
tapicerías, alfombras o productos de aseo. Se usan también
como tensioactivos y emulsionantes
en procesos industriales.
Hay sustancias de este tipo muy persistentes en
el medioambiente y que han sido detectadas en la fauna silvestre y los
seres humanos de todo el mundo. Diversas investigaciones con animales de
laboratorio han mostrado asociaciones de este tipo de compuestos con daños en el hígado, el sistema inmune,
el desarrollo y los órganos sexuales, entre otras cosas.
PLOMO:
El plomo es
un veneno muy potente. Cuando una persona ingiere un objeto de plomo o inhala polvo de
plomo, parte del veneno puede
permanecer en el cuerpo y causar serios problemas de salud.
El plomo se encuentra en pinturas para el hogar, en juguetes
pintados, perdigones de plomo, plomadas de pesca, pesos de cortina, artículos
de fontanería, tuberías, grifos... El plomo se puede encontrar en el agua potable de casas cuyos tubos
hayan sido conectados con soldadura
de plomo.
Aunque los nuevos códigos de la construcción exigen soldadura libre de plomo, este elemento
aún se encuentra en algunos grifos
modernos y en el suelo contaminado por décadas de emisiones
de los coches o años de raspaduras de pinturas de las casas. Por esto, el plomo es más común en los suelos
cerca de las autopistas y los edificios,
también se encuentra en pasatiempos que implican soldadura, vidrios de colores, fabricación de joyas, barnizado de
cerámica, figuras de plomo en miniatura (siempre mire las etiquetas), elementos
de pintura y suministros de arte para los niños, jarras y vajillas de peltre,
baterías de almacenamiento, utensilios de cocina…
El plomo puede ocasionar problemas de comportamiento o atención, bajo rendimiento escolar,
problemas auditivos, daño renal, reducción del cociente intelectual, lentitud
en el crecimiento corporal, dolor y cólicos abdominales (generalmente el primer
signo de una dosis tóxica alta de intoxicación con plomo), comportamiento
agresivo, anemia, estreñimiento, dificultad para dormir, dolores de cabeza…
MERCURIO:
El mercurio es un metal
pesado, que no es
apenas tóxico por exposición directa
a sus productos mineros, como es el cinabrio
o el mercurio líquido, y que incluso bajo esta forma se tomaba como
laxante, tiempo atrás.
Sin embargo, sus vapores
o sus compuestos orgánicos resultan
muy tóxicos, en particular los complejos metilados, como metilmercurio (CH3Hg) y dimetilmercurio (CH3HgCH3).
Estas formas pueden pasar al hombre bien por inhalación
de los vapores o a través de los alimentos y aunque se excreta a
través del pelo o de las uñas, lo hace tan lentamente que puede terminar
acumulándose en el organismo.
Se encuentra en los alimentos, especialmente en los
pescados de gran tamaño, como el atún, fresco o enlatado y en el agua.
Afecta principalmente al sistema
nervioso, aunque también altera el sistema
inmunológico, los sistemas genéticos y enzimáticos e induce un desarrollo
anormal de los embriones.
FTALATOS:
Los ftalatos son
uno de los grupos de sustancias que contaminan más frecuentemente los hogares, ya que están presentes en montones
de cosas de uso común. Cada año, solo en Europa, se utilizan cientos de miles de toneladas en los más
diversos productos, muchos de los cuales son ampliamente usados en los hogares.
Pueden, por ejemplo, integrar una parte notable del peso de plásticos como el PVC, como reblandecedores o plastificantes del mismo (puede ser un 30%). Pero pueden estar
en muchas cosas más, como pegamentos
y adhesivos, aparatos electrónicos, materiales de construcción, productos de
limpieza, productos de aseo personal (geles, champús, jabones, lociones,
cosméticos...), perfumes, envases (tales como botellas de agua), pinturas,
barnices, juguetes, arcilla para modelar, ceras, tintas de impresión, ropas y
tejidos, ambientadores, pesticidas…
Entre los efectos asociados a los ftalatos se encuentran: asma y alergia infantil, limitación de la
función pulmonar en hombres adultos, daños en el esperma, anomalías en el
desarrollo genital masculino (como la criptorquidia), alteración de los niveles
de testosterona, ginecomastia en adolescentes varones, acortamiento de la
distancia anogenital en varones recién nacidos (síntoma de feminización),
alteraciones del comportamiento (como feminización de la conducta infantil),
telarquia precoz (desarrollo prematuro de las mamas en las niñas),
endometriosis, cáncer de mama, alteración de la formación de los folículos
ováricos, partos prematuros, bajo peso al nacer (que puede traer aparejado
mayor mortalidad infantil y mayor riesgo de problemas cardiovasculares y
metabólicos en el estado adulto ), trastorno de déficit de atención e
hiperactividad, problemas de desarrollo cognitivo y motor en los niños,
obesidad, resistencia a la insulina (ligada a la diabetes)...
ÉTERES DE GLICOL:
Los éteres de
glicol son una familia de más de 80 derivados. Ellos hacen excelentes disolventes. 30 de ellos se utilizan en la
industria, especialmente para la fabricación de pinturas.
Los éteres de glicol están presentes, en particular,
en todos los productos etiquetados como "al
agua". También se encuentran como componentes principales en otros
muchos productos: adhesivos, tintas, pinturas, barnices, disolventes, cosméticos, incluido el tinte para el
pelo, productos de limpieza como lavar ventanas, productos para trabajar el
metal (los fluidos de corte mecánico, desengrasado...).
Si se ingiere, se produce toxicidad aguda, que puede llevar a trastornos neurológicos, hematológicos, metabólicos y renales graves.
Puede tener efectos sobre la reproducción. Existen investigaciones que
demuestran que la exposición a estos productos produce concentración de esperma reducida y dificultades para concebir. En
las células de la sangre se revelan citopenias que afectan, en particular,
a los neutrófilos. Este fenómeno,
normalmente reversible, desaparece con el cese de la exposición. Algunos éteres de glicol son capaces de entrar
en el núcleo de las células y alterar la estructura y funcionamiento del
genoma, lo que puede tener graves consecuencias sobre el crecimiento y desarrollo celular.
Según la OMS: “Los diversos sistemas afectados por los Disruptores
Endocrinos probablemente incluyan a todos los sistemas hormonales que van desde
los que controlan el desarrollo y la función de los órganos reproductivos hasta
los tejidos y órganos que regulan el metabolismo y la saciedad. Los efectos en
estos sistemas corporales van desde la obesidad, infertilidad, reducción de la
fertilidad, problemas de memoria y aprendizaje, hasta diabetes o enfermedades
cardiovasculares, y un largo etcétera”.
El mundo de la industria y de los productos de síntesis ha
invadido nuestra vida y es muy difícil no estar en contacto con Disruptores Endocrinos, pero son
productos muy peligrosos para la salud.
Si sabemos dónde se encuentran podemos evitar el uso y
consumo de todos los productos que los contienen.
Nosotros demandamos y las industrias nos proporcionan lo que
pedimos. Si cambiamos nuestra demanda y a través de nuestras elecciones, pedimos respeto a la salud y al planeta en
que habitamos, eso será lo que obtengamos.
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