
Agua sólo hay una, pero nos gusta jugar con el lenguaje y nos
las hemos arreglado para hacer de ese líquido maravilloso, un término asociado
a montones de calificativos, aplicables a lo que reconocemos como TIPOS DE AGUA. Así, existe para
nosotros el agua ácida o alcalina, con PH inferior o superior
a 7 respectivamente, el agua blanda,
que no contiene grandes cantidades de minerales disueltos y como contrapartida
el agua dura, el agua destilada, que mediante ebullición
y posterior condensación no contiene gases disueltos ni impurezas minerales u
orgánicas, el agua dulce o con una
baja concentración de sales, el agua
freática, el agua mineral, el
agua minero-medicinal, el agua salada, salina…

Muchas aguas, ¿verdad? Sin embargo, nosotros nos vamos a
ceñir a las nomenclaturas que se utilizan para definir el agua considerada apta
para el consumo humano. Las
legislaciones nacional y europea distinguen, por un lado el agua de abastecimiento urbano y por
otro, tres categorías de aguas envasadas:
Las aguas minerales
naturales, consideradas
“protegidas” contra los riesgos de
contaminación y con una composición constante de minerales y otros componentes,
lo que les confiere propiedades favorables para la salud.

Las aguas de manantial,
potables de origen
subterráneo, que emergen de forma espontánea a la superficie o se captan para tal efecto, “manteniendo” las características
naturales de pureza, lo que permite su consumo, previa aplicación de
tratamientos “mínimos”.
Las aguas preparadas, que han sido sometidas a los “tratamientos fisicoquímicos necesarios”
para que cumplan los mismos requisitos sanitarios que se exige a las aguas potables de consumo público.
Éstas se subdividen en dos tipos, potables
preparadas, que son aquellas que proceden de un manantial o captación y han
sido sometidas a tratamiento para que sean potables o de abastecimiento público preparadas, en el supuesto de tener dicha
procedencia.
Hasta aquí lo más conocido, que consideramos bueno, pero para
quien indaga sobre temas de salud, existen otras terminologías, más específicas
y por tanto otros TIPOS DE AGUA. En
primer lugar vamos a conocer las características del agua más común, pero desconocido para nosotros:

AGUA DEL GRIFO: Según nos cuentan, el agua del grifo llega totalmente potabilizada para su consumo. Sin embargo, hasta lograr que sea potable es necesario que se someta a un proceso de desinfección con cloro que elimina agentes como gérmenes, bacterias, parásitos, virus... responsables de causar enfermedades infecciosas. Hasta ahí bien, pero el cloro tiene compuestos tóxicos como los trihalometanos (THM), entre ellos cloroformo, bromoformo, bromodiclorometano o el dibromoclorometano, que llegan a nuestro organismo al beber el agua o cuando nos bañamos. Y aunque está regulado por ley el contenido de los THM que debe tener el agua potable, más de una vez se ha detectado mayor presencia de estas sustancias de lo permitido. Con sólo ducharnos ya nos exponemos a estos compuestos clorados. El cloro puede producir irritaciones en piel, ojos, nariz y garganta, eccemas... y diferentes estudios científicos han relacionado los THM con el cáncer de vejiga.
Pero además de cloro, el agua también puede contener otras sustancias nocivas como nitratos, restos de pesticidas, fertilizantes, medicamentos, cal... No olvidemos que el agua “potable” procede de fuentes a las que llegan todos nuestros desechos.

Esto nos conduce al AGUA
PURIFICADA o agua físicamente procesada para eliminar impurezas (por
ejemplo, por destilación, deionización,
ósmosis inversa, filtro de carbono, etc.). Cuando hablamos de agua purificada, estamos poniendo énfasis
en el tratamiento, no el
origen. El agua pasa a través de diversos procesos científicos para deshacerse
de las bacterias y que sea segura para beber, pero puede proceder de casi
cualquier lugar, incluso de un grifo municipal. El agua purificada está
ampliamente disponible en botellas de refrescos de los fabricantes como
Coca-Cola (Dasani) y Pepsi (Aquafina). Esta suele costar un poco menos que las
aguas consideradas como aguas de
manantial, aunque sean igualmente envasadas.

AGUA EMBOTELLADA: Esta agua proviene típicamente
de un manantial o ha pasado por ósmosis inversa antes de su
embotellado. Sin embargo, como hemos indicado antes, algunas marcas son
simplemente agua del grifo embotellada, que podría haber o no haber pasado por
algún filtrado adicional.
El agua de manantial es un tipo de agua embotellada que
proviene de manantiales subterráneos y fluye naturalmente a la superficie.
De acuerdo con regulaciones de la FDA, para que un agua sea calificada como “agua de manantial”, no se puede recoger en cualquier lugar,
excepto en el sitio del manantial.
Pero el principal problema del agua embotellada, quizás no sea tanto la procedencia como el envasado. Casi todas la que está a la venta, se comercializa en envases baratos de plástico, para que la elaboración con otros materiales no encarezca el producto final. El plástico es un material muy conflictivo para nuestra salud, ya
que libera BPA y ftalatos al agua
que bebemos.
Los ftalatos son productos químicos utilizados
principalmente para ablandar los plásticos.
Ellos contaminan las aguas durante el proceso de embotellado, pero también se encuentran
directamente en el agua subterránea, donde se disuelven parcialmente. La
contaminación por ftalatos se puede
encontrar en el agua situada en las proximidades de vertederos de basura.
Biológicamente, los ftalatos pueden
imitar las funciones hormonales, originando
una interrupción en las actividades
normales del cuerpo. También están relacionados con los recuentos bajos de espermatozoides, el desarrollo fetal masculino anormal y
pueden poseer propiedades carcinogénicas.
Otro problema que afecta a las aguas subterráneas y por tanto, a las agua minerales, son los agroquímicos.
Las áreas agrícolas son vulnerables a la contaminación química de las aguas
subterráneas locales. Los agroquímicos utilizados
como fertilizantes y pesticidas
penetran en el suelo y se almacenan en las fuentes
de agua subterránea. Los agroquímicos incluyen organoclorados, organofosforados, triazinas e hidrocarburos aromáticos
policíclicos (PAH, por sus siglas en inglés). Los organofosforados son los agroquímicos más abundantes. La
exposición materna a agroquímicos como la atrazina
se asocia con complicaciones en el
embarazo, incluyendo la
gastrosquisis, un defecto de nacimiento en los órganos internos que crecen
fuera del abdomen fetal.

Además las aguas de
manantial están expuestas a hormonas
esteroideas, como los estrógenos,
que se inyectan a los animales de granja para aumentar su ganancia de peso y
reducir los requisitos de alimentación. Ellos se excretan en las heces de
animales y entran en el sistema de agua,
cuando se utilizan como abono para la
agricultura. Los estrógenos y otras
hormonas esteroideas, en las aguas
superficiales, están relacionadas con la alteración de las funciones de reproducción de los organismos
acuáticos como peces, ranas y tortugas.
Productos farmacéuticos comunes, como el ibuprofeno y sus metabolitos, han sido
identificados en el agua subterránea tratada y en el agua de grifo. La principal fuente de contaminación farmacéutica
proviene de las plantas de tratamiento
de aguas residuales.
AGUA DESTILADA: El agua destilada es agua que
ha sido hervida en un aparato llamado “alambique”,
y luego recondensada en una unidad
enfriadora (“condensadora”) para
devolver el agua al estado líquido.
La destilación se usa para purificar el
agua. Los contaminantes disueltos tales como sales se quedan en el tanque
donde el agua hierve, mientras que el vapor de agua se eleva hacia fuera. Puede
no funcionar, si los contaminantes son volátiles,
hierven y recondensan, o si se tiene algo de alcohol disuelto.
Algunos alambiques
pueden condensar selectivamente (por licuefacción) el agua y no otras sustancias
volátiles, pero la mayoría de los procesos de destilación permiten el
arrastre de al menos algunas de las sustancias
volátiles. La mayor pureza que se consigue con estos alambiques es
normalmente de 1,0 MWcm; y ya que no
hay nada que impida que el dióxido de
carbono (CO2) se disuelva en el destilado, el pH de esta agua es
generalmente 4,5-5,0.
Adicionalmente, hay que tener cuidado de no
re-contaminar el agua después de haberla destilado.

AGUA DESIONIZADA O DESMINERALIZADA: Es agua cuyos iones minerales (sales, tales como
sodio, calcio, hierro, cobre, cloruro y bromuro) han sido eliminados mediante
su exposición a las resinas de
intercambio iónico, es decir, cargadas eléctricamente y que son atraídas y se unen a las sales. Es bastante difícil encontrar definiciones claras de
estándares para agua destilada,
desmineralizada y desionizada. Teóricamente se puede eliminar el 100% de las sales. La desionización normalmente no elimina los compuestos orgánicos, virus o bacterias, excepto a través del atrapado “accidental” en la resina y con el uso de resinas aniónicas de base fuerte y
fabricación especial, que eliminan las bacterias gram negativo. Otro método usado para eliminar los iones del
agua es la electrodesionización.

AGUA IONIZADA: Es agua que se ha separado en
fracciones alcalinas y ácidas utilizando la
electrólisis, la cual aprovecha las cargas eléctricas presentes en la
naturaleza, encontrada en los iones de magnesio
y calcio; en la industria del agua
potable, el agua ionizada se identifica
con el agua alcalina, agua estructurada
o agua viva. De sus propiedades hablamos extensamente en otro artículo.


No hay comentarios :
Publicar un comentario